miércoles, 27 de febrero de 2019

Le puede costar al PRI.


Georgina Morett.

A ocho meses de la elección que lo dejó en un lejano tercer lugar, en el PRI se lleva a cabo una lucha por la dirigencia del partido en la que, parece, no hay una clara conciencia de su fuerza actual, que los tiene en un lejano tercer lugar.

Los priistas aseguran que están a favor de una elección abierta a la militancia y consideran que la mejor opción es que ésta sea organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE); la pregunta es si aceptarán las reglas y los resultados de dicho proceso.

En su Consejo Político Nacional, que se llevará a cabo hoy, el punto tres del orden del día señala que se votará el acuerdo por el que se autoriza al Comité Ejecutivo Nacional solicitar al INE que organice el proceso interno de elección de la dirigencia nacional para el periodo 2019-2023.

Esta definición del Consejo Político es indispensable ya que, de acuerdo con el artículo 45 de la Ley General de Partidos Políticos, deben presentar al INE la solicitud de apoyo cuatro meses antes de que venza el plazo para la elección del órgano de dirección que corresponda.

El periodo de la actual dirigencia vence en agosto y la fecha no podrá adelantarse debido a que hay elecciones en seis estados: Puebla, Baja California, Aguascalientes, Tamaulipas, Quintana Roo y Durango, y el mismo artículo 45 señala que los partidos sólo podrán solicitar la colaboración del INE en periodo no electoral.

Puede ser que con los ánimos caldeados de varios grupos en pos de la dirigencia, algunos propongan que de una vez se vote el método de selección, por lo que primero deben estar conscientes de lo que implica una elección organizada por el INE, ya que es un partido político acostumbrado a la negociación, a los acuerdos y a lo oscurito, y esto puede significar un problema.

El artículo 45 señala que la elección se organizará con cargo a sus prerrogativas, es decir, que tendrán que pagarlo, cuando perdieron casi el 50 por ciento este 2019.

Y, obviamente, después de esta elección, no se podrán dar negociaciones para ver quién queda en la dirigencia, como sucedió cuando contendieron Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo contra Beatriz Paredes y el hoy morenista Javier Guerrero, ya que tendrán que acatar los resultados.

Como dato al calce, el PRI recibirá en 2019, 840 millones 217 mil 689 pesos menos que en 2018 y sólo contará con 849 millones 372 mil 311 pesos.

A pesar de esta fuerte disminución en las prerrogativas, los priistas siguen en la lucha por quedarse con los restos del partido, que ha llegado a sus 90 primaveras.

Sin duda, el grupo más claro en este momento es el que encabeza el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, quién iría en dupla con Carolina Viggiano; este grupo está apoyado por el presidente de la Fundación Colosio, José Murat, por el exgobernador de Coahuila Rubén Moreira, quien es diputado y secretario de organización del PRI, además de que conjunta al grupo cercano a José Antonio Meade y Aurelio Nuño, quienes tienen un fuerte enfrentamiento con Miguel Ángel Osorio Chong.

El senador Osorio encabeza otro grupo fuerte que busca la dirigencia priista, él ha dicho que sólo participará si se llega a un acuerdo de unidad, pero de cualquier forma, podría quedar cualquier otro que fuera cercano a él, como René Juárez Cisneros.

Y el grupo de José Narró, que busca un acuerdo con Ivonne Ortega; aunque los dos pelean por la presidencia y están reacios a aceptar la secretaría general, esta es la carta que para muchos muestra la cara más limpia del priismo, pero todavía no se tienen los acuerdos.

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