Uno de los mayores riesgos para el
país si no se realizan acciones concretas para evitar la pesca furtiva del pez
totoaba, práctica que pone en peligro a la vaquita marina, es que autoridades
estadounidenses ordenen un embargo pesquero generalizado para todo el país y no
sólo donde se comete esa actividad, coincidieron expertos.
Ya hubo un primer antecedente en
2018, cuando, en
respuesta a una demanda presentada por organizaciones no gubernamentales (ONG),
la Corte Internacional de Comercio de
Estados Unidos ordenó prohibir las importaciones de pescados y mariscos ante la
incapacidad de frenar la muerte de la vaquita marina en el Alto Golfo de
California.
Miguel
Rivas, coordinador de la Campaña de Océanos Greenpeace, mencionó que este embargo podría extenderse a todo el país si no se
atiende el problema de la pesca furtiva. Consideró que, si bien se habla de
detenciones, hasta el momento no hay procesados en México por la venta ilegal
de totoaba.
Ramón Franco,
presidente de Administración de la Federación de Cooperativas Ribereñas “Andrés
Rubio Castro”, aseguró que el riesgo del
embargo total está “a la vuelta de la esquina”, pues actualmente los pescadores
salen para capturar pez chano con redes que están prohibidas y ese sería otro
motivo para impulsar la retención de los productos, debido a que la presencia
de las pangas pone en peligro a la vaquita marina.
“A lo mejor el Gobierno no lo asimila
al 100 por ciento porque cree que el embargo sería solamente para San Felipe
del Golfo, cuando la realidad es muy distinta, porque el embargo sería para
todo el producto mexicano, las afectaciones serían a nivel nacional”, explicó.
Como pescadores, añadió, tienen todos
los permisos para ejercer la pesquería legal, pero además de salir al mar con
la prohibición de por medio, porque están en una zona de reserva, trabajan con
redes que no están respaldadas por el Gobierno.
“Nuestras redes trabajan directamente
al fondo del mar, no están en la superficie, donde anda la vaquita. Quiero
dejar claro que los pescadores legales no son los que están acabando con la
vaquita”, afirmó.
Lorenzo
Rojas, presidente del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita
Marina (Cirva) coincidió en que, de
seguir la situación, se puede extender el embargo o hacerlo más estricto.
El problema es tan serio, dijo, que
es responsabilidad de múltiples actores, no sólo del Gobierno, incluso de las
propias ONG que voltearon a ver a la especie hasta muchos años después.
En la
edición de ayer, La Razón dio a conocer
que, en últimos meses, desde que se canceló el apoyo del Gobierno Federal para
los pescadores del Golfo de California, la pesca ilegal se intensificó en la
zona de San Felipe y Santa Clara, al grado de que todos los días hay cazadores
furtivos del pez totoaba.
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