El Quinto
Informe de Gobierno llegó teñido de sangre como ningún otro. Si la tendencia
sigue, el gobierno de Enrique Peña Nieto terminará como uno de los más violentos
de la historia contemporánea de México. A decir de especialistas consultados
por el semanario Zeta –con cuya autorización se reproduce el presente
reportaje–, la extradición del Chapo Guzmán, la atomización del Cártel de
Sinaloa y la expansión del de Jalisco Nueva Generación son los factores que
harán de 2017 el año con el mayor número de ejecuciones.
Uno de cada cuatro homicidios en
México durante los últimos 27 años se ha cometido durante el mandato
presidencial de Enrique Peña Nieto. Los números sangrientos superan incluso a
los de su antecesor, Felipe Calderón, quien declaró la guerra contra el
narcotráfico y despertó a miles de sicarios a las órdenes de los grupos
criminales.
Se trata de 104 mil 602 homicidios
dolosos desde que el priista tomó protesta como presidente de la República, en
diciembre de 2012, hasta el 31 de julio del presente año.
Ésta es la
cifra más actual y más cercana sobre el narcotráfico y la violencia, las
desapariciones forzadas, las narco-fosas o la desintegración de cuerpos, de los
pueblos alejados de todo, que no cuentan con registros de sus muertos.
Los
asesinatos durante la era peñanietista representan 25% del total de los
homicidios registrados de 1990 a 2016, según datos del Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (Inegi).
La violencia
reflejada en la privación de la vida estalló con Felipe Calderón. Sumando el
número de asesinatos durante ese gobierno panista (2006-2012) a los de la
administración actual, representan 49% de las 427 mil 698 víctimas de homicidio
en los últimos 27 años, según las cifras obtenidas por el mismo Inegi. Uno de
cada dos asesinatos ocurrió bajo los mandatos de Calderón y Peña.
Este año van
16 mil 152 muertos.
Si la tendencia en ejecuciones
continúa como en los primeros siete meses, este año romperá récord en sangre
derramada. Del 1 de enero al 31 de julio, el Secretariado Ejecutivo del Sistema
Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), alimentado por las fiscalías y las
procuradurías de justicia de los estados de la República, tiene registradas 16
mil 152 muertes violentas.
El número,
escalofriante por sí mismo, cobra mayor relevancia cuando se compara con el
primer año en que Calderón abrió fuego contra los cárteles de las drogas. Es decir, los más de 16 mil homicidios en
los primeros siete meses de 2017 son prácticamente el doble de los que el
gobierno documentó en 2007 (8 mil 867).
Cada mes, en 2017, se han registrado
entre 2 mil 100 y 2 mil 461 muertes violentas (homicidios dolosos). Algo así
como 2 mil 300 ejecuciones en promedio mensual, 78 cada día, tres muertes por
hora. Si ese promedio se sostiene, este año terminaría con una cifra récord: 27
mil 690 víctimas.
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