La Cámara de Diputados arrancó su
último año de sesiones en plena crisis política, donde PAN y Morena rechazaron
las maniobras del PRI para evitar que el PVEM sea desplazado como cuarta fuerza
política por el partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador y por su
oposición a que Raúl Cervantes Andrade sea designado nuevo fiscal
anticorrupción como parte del llamado “pase automático”.
Durante más
de tres horas, los coordinadores
parlamentarios en San Lázaro –con ausencia del PAN– intentaron llegar a un
acuerdo para la composición de la nueva Mesa Directiva y la toma de protesta
del nuevo presidente, el priista Jorge Carlos Ramírez Marín. Sin embargo, no lo
lograron y Morena y PAN no firmaron el acuerdo respectivo.
Así, por vez primera en la historia de San
Lázaro no se votó ni instaló la nueva Mesa Directiva el último día del mes de
agosto. Lo anterior deja en el limbo la entrega del Quinto Informe de Gobierno
de Enrique Peña Nieto, debido a que se desconoce si habrá una entrega de la
antigua Mesa Directiva a la nueva.
Cada 1 de
septiembre, día en que se entrega el informe presidencial, lo recibe quien
presidirá los trabajos legislativos durante el penúltimo periodo de sesiones de
la Cámara de Diputados, y este jueves, por primera vez, al 31 de agosto no hay
nuevo presidente de la Mesa Directiva.
A las 20:30 horas la Junta de
Coordinación Política (Jucopo) concluyó su reunión sin la firma de Morena y
PAN; a las nueve de la noche la panista Guadalupe Murguía instaló formalmente
la sesión, pero declaró un receso hasta mañana 1 de septiembre a las 15:00.
Luego de
instalar la sesión, Murguía declaró un receso “para recibir el acuerdo firmado
por los coordinadores parlamentarios respecto de la elección de la Mesa
Directiva”.
El malestar
del PAN, quien desde temprano amagó con no asistir a la sesión, generó tensión
en el PRI, debido a que la presidenta, Guadalupe Murguía, podría no acudir y
por lo tanto no instalar la sesión, sin embargo, ello no sucedió.
En primera instancia, Murguía arrancó
formalmente la sesión, pero el priista Jorge Carlos Ramírez Marín no pudo
rendir protesta y, por tanto, se quedó en el limbo a quién entregará el
Ejecutivo federal su Quinto Informe de Gobierno.
La fracción del PAN en San Lázaro,
que hasta hace dos semanas mantenía una relación tersa con el PRI, vio
revertirse ésta tras los señalamientos que se hicieron contra su dirigente
nacional, Ricardo Anaya, y por su rechazo a la imposición de Raúl Cervantes
como fiscal anticorrupción.
A su vez, Morena mantiene un desacuerdo con el PRI
debido a la maniobra política que de última hora realizó el PRI, al “regalar” a
su aliado político, el PVEM, seis de sus diputados, y evitar con ello que el
partido de Andrés Manuel López Obrador pasara a ser la cuarta fuerza política
en San Lázaro.
Morena
inició la actual legislatura con 35 diputados y, hoy, debido a las adhesiones
de 11 diputados que renunciaron, ya sea a PRD, PRI, MC o PVEM, pasó a conformar
una fracción de 46 diputados, desplazando con ello al Verde de la posición
cuatro en San Lázaro.
A su vez, el PVEM, que inició con 42 diputados, tuvo
dos bajas, quedando como quinta fuerza política, y por lo mismo perdía una
secretaría en la Mesa Directiva.
Para evitarlo, el PRI anunció esta
tarde-noche que ocho de sus legisladores se sumaban a la fracción del Partido
Verde, cerrando éste con una fracción parlamentaria de 48 integrantes.
Los ocho diputados del PRI que
pasaron a las filas del PVEM son Miguel Ángel Ramírez Ponce, María Guadalupe
Alcántara Rojas, Juan Antonio Meléndez Ortega, Alex Le Barón González, Pablo
Elizondo García, Fidel Cristóbal Serrato, Victorino Cruz Campos y Elvia
Graciela Palomares Ramírez.
La razón por la cual el PRI se negaba
a que Morena quedara como cuarta fuerza política es porque ello lo obligaría a
darle la posición de vicepresidente y de secretario de la Mesa Directiva que
actualmente tiene el PVEM.
Con ello Morena podría influir en los
temas a discutir en el pleno, pues la Mesa es la que determina finalmente qué
leyes o temas se discuten y cuáles se mandan a la “congeladora”.
En año
electoral la posición de Morena resulta complicada para el PRI, que vería
incrementada la fuerza del partido de López Obrador
El acuerdo
que no firmaron Morena y PAN sobre la Mesa Directiva quedó de la siguiente
manera: presidencia, el priista Jorge Carlos Ramírez Marín; vicepresidentes,
Martha Hilda (PRI), Javier Bolaños (PAN), Anguiano Ojeda (PRD) y María Ávila
Serna (PVEM); como secretario Aguilar Yunes (PRI), Alejandra Reynoso (PAN),
Ivanova Pool Pech (PRD), Andrés Fernández del Valle Laisequilla (PVEM),
Ernestina Godoy (Morena), Verónica Delgadillo (MC), María Eugenia Ocampo
Bedolla (Panal) y Ana Perea Santos (PES).
La sesión se reanudará este viernes a
las tres de la tarde, donde se espera que en el transcurso del día se llegue a
un acuerdo, pero todavía se desconoce si la panista Guadalupe Murguía asistirá
a la sesión o si la fracción del PAN cumplirá su amago de no acudir.
El tema de la elección de la Mesa
Directiva tiene que ver con la “gobernabilidad” de San Lázaro y con la
legalidad de todas las votaciones que ahí ocurran, de hecho, el acuerdo que se
aprobó por PRI, PVEM, Panal, PES, PRD y MC, con el rechazo de Morena y PAN, establece en su punto
tres lo siguiente:
“El pleno de la Cámara de Diputados
del Congreso de la Unión reconoce la plena, total y absoluta validez y certeza
jurídica de los actos, disposiciones, resoluciones, trámites y decisiones que
emanen y sean dictados o instruidos por la Mesa Directiva que sea electa para
el tercer año de ejercicio de la LXIII Legislatura”.
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