Fitch
Ratings confirmó la calificación crediticia para la deuda a largo plazo de
México, pero cambió a negativa la perspectiva tras la incertidumbre generada
por las políticas económicas de la administración que encabezará Andrés Manuel
López Obrador.
Fitch mantuvo en “BBB+” la
calificación de México para la deuda a largo plazo emitida en moneda
extranjera.
En su
comunicado, la calificadora apuntó que la revisión de estable a negativa
también se debe a los crecientes riesgos asociados con los pasivos de Petróleos
Mexicanos (Pemex).
Sin embargo, apunta, el cumplimiento
de las promesas hechas por López Obrador podría complicar el diseño del
presupuesto económico del 2019.
Sobre la
decisión de cancelar el NAIM, dijo que la medida envía una señal negativa para
los inversionistas.
La calificadora apuntó que se espera
que la futura administración continúe con la política macroeconómica de
disciplina presupuestaria y autonomía del Bancos de México.
Sobre el Producto Interno Bruto
(PIB), estima un crecimiento del 2 por ciento para el periodo 2019-2020.
Ayer, la
calificadora mexicana HR Ratings cambió a negativa la perspectiva crediticia de
México en HR A-(G) y justificó el cambio asegurando que la cancelación del proyecto
ha generado una depreciación en el tipo de cambio que pondrá presión al alza
sobre la cifra de deuda neta al cierre del año, y complica mantener su estimado
para la deuda neta presupuestaria de 40.8 por ciento del PIB al cierre de 2018.
La modificación de la perspectiva de
estable a negativa es un aviso para los inversionistas sobre que hay una de
tres probabilidades de que el emisor (México), reduzca su solvencia.
La nota
soberana de México en HR Ratings es “HR A-“, lo que significa que México está entre los emisores de alta solvencia,
sin embargo la perspectiva negativa pone de manifiesto que su solvencia corre
el riesgo de reducirse.
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