Las multinacionales FCC y Acciona,
junto con Sacyr y Aldesa, son las principales empresas españolas afectadas por
la cancelación del nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) por parte
del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
La
suspensión de este proyecto de 13 mil 300 millones de dólares se produce tras
una consulta popular con una participación muy baja e impacta también en los intereses del magnate Carlos Slim, con grandes
contratos sobre el proyecto cancelado.
El principal contrato del NAIM, que
debía sustituir el actual y muy saturado aeropuerto de la Ciudad de México, era
el edificio terminal, que se licitó en enero del 2017 por 84 mil 828 millones
de pesos (4 mil 365 millones de dólares).
Un consorcio con bandera mexicana y
española, liderado por las mexicanas ICA y Carso del magnate Carlos Slim junto
a las españolas Acciona y FCC, ganó ese concurso.
De acuerdo
con información del Gobierno de México, hasta
el momento se habían adjudicado contratos por un monto total de 153 mil 769
millones de pesos (unos 8 mil millones de dólares).
De esta
manera, se ejecutaron 461 procedimientos
de contratación para un total de 366 proveedores en este proyecto estrella del
mandatario saliente, Enrique Peña Nieto, con un avance de alrededor del 30 por
ciento en la construcción de la obra.
La gran
mayoría de estos contratos (88.3 por ciento), unos 135 mil millones de pesos
(unos 6 mil 950 millones de dólares), fueron por licitación pública.
Además de FCC y Acciona, otras dos grandes de la
infraestructura españolas como Sacyr y Aldesa también se verán afectadas por la
suspensión del NAIM.
Sacyr, por ejemplo, ganó junto con
Epccor, el contrato para la cimentación del Centro de Transporte Terrestre del
Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, por un monto de unos mil
400 millones de pesos (unos 72 millones de dólares).
Por su
parte, un consorcio formado por la
española Aldesa y la mexicana Jaguar Ingenieros logró la construcción de la
torre de control del nuevo aeropuerto de 1, 200 millones de pesos (unos 61.7
millones de dólares).
Estas no han sido las únicas empresas
españolas participantes en las licitaciones, pues también han buscado contratos
la constructora Rubau, Dragados, OHL o Assignia Infraestructuras.
Los portavoces de las empresas
españolas declinaron hacer hoy ningún comentario por el momento tras el anuncio
de la cancelación.
Además de
las empresas españolas, otro gran
perjudicado por la cancelación de este gran proyecto, diseñado por Norman
Foster, es el multimillonario mexicano Carlos Slim.
Slim encabezaba el consorcio que ganó
la construcción de la terminal con Operadora Cicsa, parte de Grupo Carso. Además,
directa e indirectamente controla el 81 por ciento de FCC a través de
Inversiones Carso.
Este no es el único contrato que ganó
el magnate con otros socios mexicanos. Por ejemplo,
obtuvieron el contrato del sistema de precarga para la navegación de la pista
tres, por unos 7.359 millones de pesos (379 millones de dólares).
Además, el yerno de Slim, Fernando Romero,
participó en el proyecto del aeropuerto junto con Foster.
En la
consulta popular que concluyó este domingo, venció la opción que apostaba por
mantener el actual aeropuerto y complementarlo con las operaciones del
aeropuerto de Toluca y la base aérea militar de Santa Lucía.
López Obrador aseguró hoy que se
respetarán los contratos ya firmados y se buscará redireccionar las obras hacia
Santa Lucía o, en caso contrario, llegar a “arreglos”.
No obstante,
las empresas mexicanas agrupadas en el
Consejo Coordinador Empresarial se expresaron hoy su firme rechazo a la
decisión de López Obrador y a la forma que se hizo la consulta por carecer de
legitimidad por la baja participación y la validez estadística.
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