Martín
Moreno.
Más allá de odios, estridencias y
embustes – desde llamados en redes sociales a un golpismo empresarial hasta
mentiras como citar una “abrupta devaluación del peso”-, dentro de la tormenta
desatada por la cancelación del Aeropuerto en Texcoco, resulta pertinente
citar, al menos, 10 claves para intentar entender, sin fanatismos ni rencores,
la dimensión de lo que está ocurriendo. No se trata de convencer a nadie porque
las posturas están más que radicalizadas. Sería un ejercicio inútil. Tratemos,
mejor, de limpiar un poco el camino ensuciado por la histeria nacional.
AMLO. “Hay una frontera entre el poder económico
y el poder político. El gobierno es para todos, no para un grupo; no va a ser
un gobierno al servicio de una minoría”, es la frase más relevante de López
Obrador en torno al NAIM. ¿AMLO está dando un manotazo en el escritorio? ¡Cierto! Es un “ya basta” tan urgente como
reclamado en el espíritu de la votación del uno de julio: que se acabe el
contratismo y privilegios con los poderosos de siempre, con los favorecidos
durante los sexenios de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto. Los
dueños del dinero que todos conocemos. Quienes solamente se dedican al negocio
depredador, al favoritismo insultante, al favor corrompido y corruptor. Ya se
los advirtieron: deben cambiar de mentalidad y acostumbrarse a las nuevas
reglas. Fue un mensaje demoledor. De paso, se le da un estate quieto al
concuño-constructor del enemigo histórico de AMLO: Carlos Salinas de Gortari.
Fue directo el mazazo a la nuca salinista.
TEXCOCO.
AMLO mató a los mensajeros, pero debió respetar el mensaje: que el NAIM se
quedara en Texcoco. A final de cuentas, así le convenía más a quienes usan el
Aeropuerto. Es cuestión de distancias, comodidad y tiempos: del AICM de
Balbuena al nuevo en Texcoco, son 5 kilómetros de distancia. Del AICM a Santa
Lucía, son 42 km. Del AICM al de Toluca, son 65 km. Y de Toluca a Santa Lucía,
son 106 km. Está claro cuál opción, por DISTANCIA, convenía más.
CONSULTA
(I). Innecesaria, mal hecha y por tanto vulnerada,
la consulta popular impulsada por el nuevo gobierno fue una mascarada para
ocultar una decisión que todos sabíamos ya estaba tomada: cancelar Texcoco y
habilitar Santa Lucía. Hubiera sido mil veces preferible que el uno de
diciembre, al tomar protesta como presidente de México, AMLO hubiera asumido
una decisión política y ejecutiva, anunciando que se cancelarían LOS CONTRATOS
por estar amañados, mal designados y corrompidos, que se abriría una licitación
pública para nuevos constructores que ofrecieran la mejor obra, y
transparentando la operación gobierno-contratistas, aunque respetando LA
UBICACIÓN en Texcoco.
CONSULTA
(II). Prácticamente la mayoría está a
favor de consultas públicas como herramienta de democracia participativa y de
toma de decisiones consensuadas…pero bien hechas. ¿Le costaba mucho a AMLO
esperar qué en noviembre, con la mayoría legislativa en las Cámaras, se aprobará
la nueva Ley Federal de Consulta Popular y entonces sí, de aquí a futuro,
someter a consultas validadas por la ley, respaldadas por la autoridad
electoral y, sobre todo, bajo una representación ciudadana más amplia y
legítima, realizarlas? Impulsar una consulta de humo fue un error político del
presidente electo.
EMPRESARIOS.
CCE, Coparmex y compañía, tienen razón en algunos lances, pero en otros
muestran el cobre. Aciertan, cuando cuestionan una consulta ilegal por carecer
de los instrumentos jurídico-electorales que se requerían. Yerran, cuando se retuercen comparando el asunto Texcoco con la Casa
Blanca de la familia presidencial, por ejemplo, o al asumirse como agoreros de
un desastre financiero que carece, por lo pronto, de sustentos. En realidad,
las cúpulas empresariales defienden los dineros de sus verdaderos patrones: los
dueños de los capitales en México, en lugar de velar por un estado de derecho,
transparencia y legalidad que siempre se han pasado por el arco del triunfo y
que de pronto recuerdan que existen. Defienden intereses propios, no intereses
colectivos.
PEÑA. El silencio del aún presidente Enrique
Peña Nieto sobre la cancelación del NAIM en Texcoco, es tan desconcertante como
sospechoso. Desconcierta que personalmente no haya salido a defender la obra
cumbre de su sexenio, por la que sería recordado. Y como en política no hay
coincidencias, la respuesta llegó pronto: la SCJN le otorgó a Peña un amparo
que le evitará ser investigado por el caso Chihuahua. Fue el ministro Eduardo
Medina Mora quien tendió el manto protector a EPN y a sus colaboradores. Por
eso estaba tan calladito Peña: para no hacerle ruido a su escudo protector
anti-corrupción. Vaya cinismo.
CONTRATISTAS.
Aunque enojados en privado, ¿por qué no
han protestado públicamente los contratistas-empresarios afectados por la
cancelación del Aeropuerto texcocano? La respuesta la ofreció el avezado
columnista financiero Enrique Galván Ochoa en su cuenta de TW: ¿Por qué los
empresarios están tan furiosos por la cancelación del #NAIM si el proyecto se
edificó sobre los 500 millones de dólares anuales del TUA y el “préstamo” de 35
mil millones de pesos de las Afores? Hasta aquí la precisión de Galván Ochoa.
Nada qué agregar.
AFORES. “Amafore reitera que la cancelación del
proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco
no afecta a las inversiones que realizaron las Afores en dicho proyecto, y por
lo tanto, los recursos de los trabajadores están salvaguardados”, explicó la
Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro en un
comunicado divulgado el lunes pasado. Así de claro.
DÓLAR. Muchos se retorcieron por un desliz de
centavos tras la cancelación del NAIM en Texcoco, vaticinando catástrofes
devaluatorias. No ocurrió así. Hasta la hora de entrega de esta columna, el
dólar se mantenía en 19.45 pesos a la compra, y en 20.30 pesos a la venta. Hay
que recordar que en junio pasado, el dólar arañó los 21 pesitos y que durante
el sexenio peñista, la DEVALUACIÓN ha sido del 60%. Las cifras no mienten. Allí
están, irrefutables.
DUALIDAD. El propio AMLO lo retrató de forma clara el
jueves pasado: “El problema de fondo en la consulta sobre el nuevo aeropuerto,
es que hay medios de comunicación que también se dedican al contratismo”. De
allí se explican y se desprenden los delirios de analistas financieros,
columnistas y jilgueros que responden, en no pocas ocasiones, a intereses
personales o de grupo empresarial, por no citar sus conocidos odios públicos
hacia la figura de AMLO. (Caso concreto: Grupo Empresarial Ángeles es dueño de
Imagen TV, Excélsior e Imagen radio y al mismo tiempo, es contratista del aeropuerto
en Texcoco con 6 contratos por 10 mil 372 millones 332 mil pesos. Fuente:
EconomíaHoy/SinEmbargoMX 17/X/2018).
Insisto: no se trata de convencer a nadie. La feria
de los odios y de las canalladas está a peso el montón. Se salpica por todos
lados. Los rencores y las mentiras inundan redes, vidas, actos y palabras.
Empero, intentemos – también insisto- en limpiar un
poco el camino hoy pavimentado con excremento.
No lo merecemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.