En Hidalgo se activaron de nuevo las
alertas, hace poco más de una semana no se esperaba que la tragedia fuera de
fatales consecuencias en Tlahuelilpan, un municipio vecino, pero en esta
ocasión, el contraste es amplio: un terreno despoblado dentro de una comunidad
con una decena de viviendas alejadas de las llamas.
El fuego alcanzó 10 metros de altura,
muy cercano a líneas de alta tensión, luego de que una maniobra equivocada de
ladrones de combustible hiciera que el producto provocara una explosión que se
veía desde varios kilómetros a la redonda, cerca de la carretera México-Laredo,
en la comunidad de El Durazno.
El lunes por la noche, las
autoridades federales y locales sólo encontraron una camioneta calcinada,
todavía con la manguera a través de la cual fluía el hidrocarburo desde una
perforación al poliducto Cima de Togo-Tula y que llenaba bidones. Esta vez, no hubo
heridos ni mucho menos víctimas mortales como en Tlahuelilpan.
Al día siguiente, ya cerca del
mediodía, llegaron a la zona resguardada por aproximadamente 50 elementos del
Ejército, tres trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) que comenzaron las labores
para inhabilitar la toma clandestina que ardió durante dos horas antes de que
los bomberos lograran sofocarla.
En el lugar,
no había presencia de agentes del
Ministerio Público federal o local, de funcionarios de Protección Civil o
peritos de la Procuraduría estatal, que de acuerdo con mandos de la Secretaría
de la Defensa Nacional (Sedena), realizaron las diligencias correspondientes en
las horas posteriores a la detonación.
De acuerdo con cifras de Pemex, en lo
que va del año se han detectado 164 tomas clandestinas en Hidalgo, el estado en
donde más se localizaron este tipo de puntos ilegales, dos de los cuales se
encontraron en este municipio, que se encuentra a 10 kilómetros de la zona
metropolitana de Pachuca.
El día después no había curiosos,
cámaras o micrófonos de medios de comunicación, ni siquiera la gente de la
comunidad -que permanecía encerrada en sus casas- se acercó para ver el sitio
donde la noche anterior apareció una hoguera en un terreno árido, cubierto de
hojarasca y plantas de nopal.
Bajo un sol
radiante, aunque con rachas de aire helado, el personal de Pemex afirmó que este mismo martes la toma quedaría
inhabilitada, mientras que los militares subrayaron que 250 elementos
permanecerían para labores de vigilancia en el total de la extensión del
poliducto.
En los alrededores del punto, todavía
se apreciaban las huellas de la camioneta calcinada y diez metros de manguera
casi en las mismas condiciones, desde el origen de la ordeña, hasta la caja del
automotor donde, según el personal del Ejército, fueron encontrados restos de
recipientes donde se almacenaba el combustible.
La noche del siniestro, las
autoridades locales ordenaron a los hospitales de la entidad que dieran aviso
por si acudía a recibir atención cualquier persona con quemaduras, pero hasta
el momento no se tiene reporte de ningún lesionado por este motivo.
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