Georgina
Morett.
Sería ideal
que en su cumpleaños número 90, el PRI lanzara la convocatoria para una
elección abierta de su dirigencia, asegura la exgobernadora de Yucatán, Ivonne
Ortega, quien considera que su partido todavía tiene fuertes posibilidades de
sobrevivir, después de la terrible estocada que sufrió en las pasadas
elecciones de julio.
Ivonne
Ortega está segura de que pueden volver a mover a la militancia, acercarse a
aquellos que antaño aseguraban con orgullo ser priistas, pero que para lograrlo
deben movilizarlos y permitirles participar, porque si se repite un acuerdo de
cúpulas, la decisión puede ser terrible.
Este
optimismo de la yucateca contrasta con el ejemplo de lo sucedido en la Ciudad
de México, donde, después del triunfo del PRD, que buena parte se convirtió en
Morena, el PRI no volvió a dar pie con bola ni a ser competitivo en ninguna
elección.
Porque,
finalmente, Morena tiene una forma de organización similar a la del PRI, por lo
que la migración fue tan alta que algunos aseguran que de nueve mil secciones
que ganaba siempre el tricolor, en la pasada elección sólo ganó mil, mientras
que las demás las ganó Morena.
Los priistas
calculan que de los 25 millones de votos que tuvo Morena, al menos 10 millones
eran del PRI. El problema es si algún día podrán recuperarlos, como le sucedió
con el PAN, o si están perdidos para siempre.
Para la
exgobernadora, la mejor forma de hacerlo es con una elección abierta, y señala
que su partido ha tenido muy buenos resultados en este tipo de ejercicios, como
cuando, en 2003, después de que habían perdido la elección presidencial con
Vicente Fox, lograron recuperar el Congreso, con 236 diputados federales.
Pero las
contiendas abiertas también dejaron en su momento muy golpeado al tricolor,
como cuando la dupla Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo se enfrentó a
Beatriz Paredes y Javier Guerrero; por cierto, este último ya renunció al PRI y
actualmente es el titular de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de
Gobernación.
Una elección
en la que incluso María de los Ángeles Moreno, muy cercana a Beatriz Paredes,
acusó a Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo de delincuencia organizada y se
tuvo que definir por los sectores del partido.
Los jóvenes
priistas tuvieron un papel crucial en esta elección, ya que en principio
apoyaban a Beatriz Paredes y después se acomodaron del lado de Roberto Madrazo,
con las terribles consecuencias que finalmente tuvo su presidencia del partido
y su posterior candidatura presidencial.
Entre los
jóvenes que buscaron al mejor postor estaba un personaje de los que ahora se
mencionan para la presidencia del PRI: Alejandro Moreno, quien, entre sus
fortalezas, ha mostrado cercanía con el presidente de la República, Andrés
Manuel López Obrador.
Como son
oposición, muchos priistas están molestos por esta actitud del gobernador de
Campeche, porque temen que pueda llevar al PRI a su extinción.
Además, en
esta contienda que todavía no inicia y mantiene en una fuerte parálisis y
tensión al PRI, están Ivonne Ortega, José Narro Robles, José Calzada, Enrique
de la Madrid y Ulises Ruiz.
Todavía
existen fuertes posibilidades para que estos personajes lleguen a un acuerdo y
hagan mancuerna con Ivonne Ortega, quien es la única mujer que se ha movilizado
buscando la presidencia del partido. Hay que recordar que los estatutos señalan
que debe haber paridad de género en la presidencia y secretaría general.
Una cosa es
segura, si el PRI no cuida su proceso de selección de la próxima dirigencia,
será muy difícil que sobreviva en las próximas elecciones federales. A los 90
años es la primera vez que está tan cerca de la tumba.
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