Por Raúl
Campos.
En 2008, un
terremoto azotó la provincia China de Sichuan, dejando un saldo de casi 70 mil muertos,
de ellos al menos cinco mil eran estudiantes. El hecho de que las escuelas,
edificaciones gubernamentales que se supondría deberían ser fuertes y
resistentes, hubieran sucumbido ante los movimientos telúricos, impactó al
artista y activista Ai Weiwei, “me
frustró el pensamiento de que un estudiante podía desaparecer a causa del
Estado”.
Ante la incertidumbre que se vivía en
su país decidió lanzar una investigación por Internet para conocer el destino
de tales estudiantes y por qué habían tenido tal suerte, pero el gobierno de la
República Popular China no le ofreció respuesta alguna, “ni siquiera cifras ni
nombres de los fallecidos”. Miles se
involucraron.
“Se trataba de llegar a áreas muy
remotas, los estudiantes eran hijos de campesinos y a nadie le importa cuando
ellos mueren; y a pesar de que tuvimos miles de arrestos, de que la policía
destruyó nuestros registros y borró material, logramos, tras un año, localizar
los nombres de cinco mil 290 estudiantes y las ubicaciones de las escuelas
colapsadas.
Este hecho lo conecta con México,
específicamente con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, a
quienes dedica una serie de retratos creados con piezas de Lego, y que forman
parte de la muestra Restablecer memorias, con la que pretende explorar los traumas
de las experiencias de China y México a través de un relato que busca construir
la memoria social; y que inaugura mañana en el Museo Universitario de Arte
Contemporáneo (MUAC).
“Toda mi vida nunca pensé en estar
cómodo, estarlo es una de las condiciones más bajas que puede tener la
humanidad: mi padre, que era un poeta, estuvo exiliado y no le permitieron
escribir sus palabras durante 25 años, ¿ustedes se pueden imaginar que eso es
incomodidad?”
A esta serie se suman los tres
estudiantes asesinados aquel 26 de septiembre de 2014.
“Es mirar hacia la violencia sobre el
pasado y el futuro, mostrar la relación entre dos violencias históricas en
países que, por lejanos que parezcan, son los escenarios de una historia común,
que es la de la humanidad”, detalló Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del MUAC, ayer, en
conferencia de prensa.
Para esta obra se utilizaron un
millón de piezas Lego. El ensamblaje del mural lo hicieron, simbólicamente,
estudiantes de las facultades de Arquitectura, Diseño Industrial y Artes y
Diseño de la UNAM.
Inició este proyecto cuando se reunió
con algunos de los padres de los normalistas en el Centro Prodh, “cuando los
empecé a visitar, me di cuenta de que eran la gente más inocente y pura que
haya conocido; ellos están convencidos de que sus hijos están vivos, por lo que
demandan justicia, información y que regresen vivos. [ Y ] hablando con ellos
decidí hacer un filme sobre su historia”.
“Desde 2009 mi nombre no aparece en
Internet en China, cualquier artículo que lo mencione es borrado, y está
prohibido discutir mi trabajo”
Algunos
avances de este documental To Be (Ser) podrán ser vistos en la exhibición.
“El Estado está involucrado y hay una
negativa absoluta de definir lo que está pasando, y en vez de plantear
respuestas se han inventado la llamada Verdad histórica. Esto importa porque
cada crimen que se produce deja un vacío, y eso es una ofensa contra la
dignidad”, denunció.
Otra de las grandes piezas de la
exhibición es el ready-made Salón ancestral de la familia Wang, una ruina que
data de la dinastía Ming y que en su tiempo perteneció a un clan aristócrata
que, tras la reforma agraria de 1950, fue despojado de su estatus y patrimonio.
El Dato: La
primera muestra que tuvo en México fue en 2014, en el Museo de Antropología.
Cuenta con mil 300 piezas, y posee
una superficie de 560 m2, 12 de altura y pesa 50 toneladas. Para ser armado,
fueron traídos maestros carpinteros de las provincias chinas de Zhejiang y
Jiangxi, guardianes del método de construcción antiguo con el que fue edificado.
“Todo artista es un activista, no
importa si soy un maestro del arte, de los legos o de la selfie, como Rembrandt
lo fue del óleo, o Warhol de la serigrafía; soy un ser humano y lo que me
concierne es lo que le sucede a las personas con las que tengo consideración;
yo uso el medio que me toca”, remató.
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