Por Yuriria
Ávila.
La Reforma
Energética fue una de las reformas estructurales propuestas por el expresidente
Enrique Peña Nieto desde su campaña electoral. En 2013, el Congreso aprobó la
modificación de los artículos 25, 26 y 27 de la Constitución para permitir que
el gobierno federal estableciera contratos con la inversión privada para la
exploración y extracción de petróleo. El pago para los inversores se definió,
que podía ser dinero, utilidades compartidas o la entrega de hidrocarburos.
Desde
entonces, Andrés Manuel López Obrador ha sido un opositor a los cambios,
considera que la Reforma Energética ha sido “un gran fracaso y una gran
mentira”; pues no ha cumplido con los beneficios que prometió.
Pero ¿qué dicen los datos sobre lo que ha dejado
la Reforma Energética tras su aprobación? Lo cierto es que el tema no es blanco
o negro: algunas promesas no se han cumplido, pero también hay resultados
positivos.
¿Qué
prometió?
El gobierno
de Enrique Peña Nieto presentó a la Reforma Energética como “una oportunidad
histórica” para el aprovechamiento de los recursos energéticos del país y
generar bienestar en la población. Los
beneficios prometidos fueron:
-La caída en la tarifa de luz por la
mayor participación de empresas generadoras de energía eléctrica.
-Reducción en el precio de gas
natural por el aumento en la oferta de combustible gracias a la apertura a más
participantes en el sector.
-Reducción de costos de algunos servicios
y alimentos, como consecuencia de caída de precio de combustible.
-Creación de medio millón de empleos
formales para 2018 y 2.5 millones para 2025.
-Aumento en la renta petrolera, es
decir, la diferencia entre el precio de venta del petróleo o gas natural, y su
costo de extracción.
-Fortalecimiento de exportaciones de
energía y reducción de la dependencia de importación de energéticos.
¿Qué ha
logrado?
Duncan Wood,
director del Instituto México del Centro Woodrow Wilson señala en el informe
sobre “Las nuevas reformas energéticas en México”, la reforma energética ha
logrado una rápida y profunda liberalización del mercado. En el sector
petrolero se han firmado más de 100 contratos para la exploración y producción
con un valor de 160 mil millones de dólares.
Según
publicó el diario Reforma con información de la Comisión Nacional de
Hidrocarburos, el gobierno mexicano recibió 2 mil 296 millones de dólares por
contraprestaciones e impuestos de las asociaciones con las empresas Ogarrio y
Cárdenas- Mora, en Veracruz y Tabasco.
Por la firma
de contratos, el gobierno mexicano está recibiendo el 54% de los recursos y
Pemex —que ya es una empresa productiva del Estado y no una paraestatal— junto
con sus socios, Cheiron Holdings de Egipto y Deutsche Erdoel de Alemania, 46%.
Las inversiones en contratos de asociaciones y estudios de exploración por
asociación suman 7 mil 568 millones de dólares.
Pese a las
ganancias, Wood sostiene que las
promesas de las reformas no se han materializado, además de una baja producción,
Pemex se enfrenta a un futuro financiero y comercial precario. Sin embargo,
considera que los avances en materia energética han sido amplios para un
periodo tan corto. Los verdaderos beneficios en términos de producción de
petróleo, ingresos fiscales y creación de empleo serán notables después de
2020, apunta.
Por su
parte, Peter Nance, Director General, Que Advisors y quien ha escrito sobre los
resultados de la reforma, argumentó que los avances han sido notables considerando
la magnitud de la reestructuración de los sectores energéticos y la
interdependencia previa del sector del gas natural.
¿Qué no ha
cumplido?
Contrario a
lo prometido, ha existido un descenso en
la producción de petróleo y gas natural. Entre diciembre de 2013 y diciembre de
2018, la producción de barriles diarios de petróleo pasó de 2 mil 517 millones
de barriles diarios a 1,669. Es decir, ocurrió una reducción de 48.57%.
En cuanto a gas natural, también hubo
una caída de 6 mil 453 millones de pies cúbicos diarios a 4 mil 857. La caída
en la producción fue de 24.72%.
Precios de
energéticos.
La promesa
era que bajaría el precio de la tarifa de la luz por permitir la entrada de más
empresas que pudieran generan energía eléctrica.
Sin embargo,
a pesar de las modificaciones legales
para integrar a las compañías privadas en la provisión de energía eléctrica, la
CFE aún domina el mercado mexicano de electricidad. Peter Nance, sostuvo que a
pesar de que las compañías privadas pueden solicitar un permiso de suministro
básico, es probable que la CFE siga siendo el proveedor básico principal.
La tarifa de energéticos no se ha
modificado y la participación en el mercado para generar mayor competencia
continúa bajo el dominio de CFE. Si bien las tarifas de consumo doméstico se
han mantenido estables, sí han aumentado las tarifas de uso industrial y
comercial.
Participación
de empresas extranjeras.
De acuerdo
con Wood, la participación de compañías extranjeras ha sido relativamente baja.
La eliminación de la posibilidad de una privatización total o parcial
desincentivó la participación internacional del capital.
También, la
incertidumbre frente al financiamiento y desarrollo de proyectos generó que el
capital privado pequeño y mediano se retirara de las actividades de desarrollo.
Algunas compañías multinacionales se asociaron con fondos internacionales de
infraestructura para proporcionar capital, con el objetivo de obtener ganancias
a largo plazo. Sin embargo, las ganancias no se han materializado y el
crecimiento de las tasas de interés amenazan el financiamiento de los
proyectos.
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