miércoles, 24 de abril de 2019

AMLO dice que la Reforma Energética es un fracaso, ¿pero qué ha dejado a favor y en contra su aprobación?


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Por Yuriria Ávila.

La Reforma Energética fue una de las reformas estructurales propuestas por el expresidente Enrique Peña Nieto desde su campaña electoral. En 2013, el Congreso aprobó la modificación de los artículos 25, 26 y 27 de la Constitución para permitir que el gobierno federal estableciera contratos con la inversión privada para la exploración y extracción de petróleo. El pago para los inversores se definió, que podía ser dinero, utilidades compartidas o la entrega de hidrocarburos.

Desde entonces, Andrés Manuel López Obrador ha sido un opositor a los cambios, considera que la Reforma Energética ha sido “un gran fracaso y una gran mentira”; pues no ha cumplido con los beneficios que prometió.

Pero ¿qué dicen los datos sobre lo que ha dejado la Reforma Energética tras su aprobación? Lo cierto es que el tema no es blanco o negro: algunas promesas no se han cumplido, pero también hay resultados positivos.

¿Qué prometió?

El gobierno de Enrique Peña Nieto presentó a la Reforma Energética como “una oportunidad histórica” para el aprovechamiento de los recursos energéticos del país y generar bienestar en la población. Los beneficios prometidos fueron:

-La caída en la tarifa de luz por la mayor participación de empresas generadoras de energía eléctrica.

-Reducción en el precio de gas natural por el aumento en la oferta de combustible gracias a la apertura a más participantes en el sector.

-Reducción de costos de algunos servicios y alimentos, como consecuencia de caída de precio de combustible.

-Creación de medio millón de empleos formales para 2018 y 2.5 millones para 2025.

-Aumento en la renta petrolera, es decir, la diferencia entre el precio de venta del petróleo o gas natural, y su costo de extracción.

-Fortalecimiento de exportaciones de energía y reducción de la dependencia de importación de energéticos.

¿Qué ha logrado?

Duncan Wood, director del Instituto México del Centro Woodrow Wilson señala en el informe sobre “Las nuevas reformas energéticas en México”, la reforma energética ha logrado una rápida y profunda liberalización del mercado. En el sector petrolero se han firmado más de 100 contratos para la exploración y producción con un valor de 160 mil millones de dólares.

Según publicó el diario Reforma con información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, el gobierno mexicano recibió 2 mil 296 millones de dólares por contraprestaciones e impuestos de las asociaciones con las empresas Ogarrio y Cárdenas- Mora, en Veracruz y Tabasco.

Por la firma de contratos, el gobierno mexicano está recibiendo el 54% de los recursos y Pemex —que ya es una empresa productiva del Estado y no una paraestatal— junto con sus socios, Cheiron Holdings de Egipto y Deutsche Erdoel de Alemania, 46%. Las inversiones en contratos de asociaciones y estudios de exploración por asociación suman 7 mil 568 millones de dólares.

Pese a las ganancias, Wood sostiene que las promesas de las reformas no se han materializado, además de una baja producción, Pemex se enfrenta a un futuro financiero y comercial precario. Sin embargo, considera que los avances en materia energética han sido amplios para un periodo tan corto. Los verdaderos beneficios en términos de producción de petróleo, ingresos fiscales y creación de empleo serán notables después de 2020, apunta. 

Por su parte, Peter Nance, Director General, Que Advisors y quien ha escrito sobre los resultados de la reforma, argumentó que los avances han sido notables considerando la magnitud de la reestructuración de los sectores energéticos y la interdependencia previa del sector del gas natural.

¿Qué no ha cumplido?

Contrario a lo prometido, ha existido un descenso en la producción de petróleo y gas natural. Entre diciembre de 2013 y diciembre de 2018, la producción de barriles diarios de petróleo pasó de 2 mil 517 millones de barriles diarios a 1,669. Es decir, ocurrió una reducción de 48.57%.

En cuanto a gas natural, también hubo una caída de 6 mil 453 millones de pies cúbicos diarios a 4 mil 857. La caída en la producción fue de 24.72%.

Precios de energéticos.

La promesa era que bajaría el precio de la tarifa de la luz por permitir la entrada de más empresas que pudieran generan energía eléctrica.

Sin embargo, a pesar de las modificaciones legales para integrar a las compañías privadas en la provisión de energía eléctrica, la CFE aún domina el mercado mexicano de electricidad. Peter Nance, sostuvo que a pesar de que las compañías privadas pueden solicitar un permiso de suministro básico, es probable que la CFE siga siendo el proveedor básico principal.

La tarifa de energéticos no se ha modificado y la participación en el mercado para generar mayor competencia continúa bajo el dominio de CFE. Si bien las tarifas de consumo doméstico se han mantenido estables, sí han aumentado las tarifas de uso industrial y comercial.

Participación de empresas extranjeras.

De acuerdo con  Wood, la participación de compañías extranjeras ha sido relativamente baja. La eliminación de la posibilidad de una privatización total o parcial desincentivó la participación internacional del capital.

También, la incertidumbre frente al financiamiento y desarrollo de proyectos generó que el capital privado pequeño y mediano se retirara de las actividades de desarrollo. Algunas compañías multinacionales se asociaron con fondos internacionales de infraestructura para proporcionar capital, con el objetivo de obtener ganancias a largo plazo. Sin embargo, las ganancias no se han materializado y el crecimiento de las tasas de interés amenazan el financiamiento de los proyectos.

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