Notimex.
Más de dos mil migrantes partieron la
madrugada de este lunes rumbo al municipio de Huixtla, Chiapas, en una caminata
que durará más de ocho horas.
Alrededor de las 1:30 horas, los
organizadores comenzaron a despertar a las familias que pernoctaban en el
anfiteatro del espacio para que comenzaran a recoger la basura del lugar y se
alistaran para retomar el camino.
Con bolsas
negras de basura y dos escobas, los
centroamericanos comenzaron a levantar envases de agua, cartones que ocupaban
como “colchones” y demás desechos para dejar una buena imagen a la población
local y demostrar “que no todas las caravanas son iguales”, afirmaron.
Rehusándose
a despertar, llorando y viendo fijamente a sus padres, los infantes de la
caravana mostraron el rostro desgarrador de la migración. La ruta hacia el
“sueño americano” de niños, niñas, mujeres y hombres, continúa.
Formando el
contingente en la calle aledaña al parque, algunos de los organizadores
decidieron que fueran las mujeres y los menores quienes, detrás de un pequeño
grupo de varones, encabezaran el contingente.
Al no tener líderes visibles,
organizar a las más de dos mil migrantes para comenzar la marcha, fue una ardua
tarea que les llevó poco más de 40 minutos.
El viaje rumbo a Huixtla comenzó a
las 3:00 horas, en donde ya en los dos primeros kilómetros se suscitaron
paradas continúas para reagruparse, lo que ocasionaba esporádicos reclamos de
algunos migrantes que querían mantener un ritmo de marcha más rápido.
“Tenemos mujeres y niños, no
desesperen, la frontera no se va a ir, pero ustedes sí se van a cansar”, gritaban los organizadores.
Escoltados
al inicio por dos motocicletas de la policía municipal, y seguidos por una
patrulla de la Policía Federal y una ambulancia de Protección Civil, los
migrantes, al llegar a la calle décimo séptima a las afueras de la zona centro
de Tapachula, se encontraron de repente sin apoyo de seguridad que los guiara
en su trayecto.
Hasta la gasolinera de Petróleos
Mexicanos (Pemex), localizada sobre esta calle, llegó la custodia de las dos
motocicletas de la autoridad municipal, quienes se sorprendieron de que en este
punto no estuviera la Policía Federal esperando por la caravana.
El trayecto
por esta zona lo realizarán a oscuras, pues los migrantes no cuentan con
lámparas. Solo la voz de los organizadores de la caravana, apoyados con una
cuerda que sostiene el cuerpo de seguridad del grupo en la primera fila del
contingente son los instrumentos que mantienen con dificultades el orden.
El viaje de Tapachula a Huixtla le
llevará a los migrantes centroamericanos más de ocho horas de trayecto a pie.
Mientras tanto, el anfiteatro del Parque Central que los acogió desde la noche
del pasado viernes se observa tranquilo y limpio.
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