Por lo obvio, el
tamaño de su población –dos millones de personas- y su importancia electoral
–20% de quienes pueden votar en la CDMX-, pero también porque podría ser
definitoria en la contienda para la Jefatura de Gobierno y determinante para la
Presidencial, Iztapalapa será uno de los centros de la batalla electoral. Ya lo
es.
La disputa, no hay que ser adivinos para saberlo, será, como
en el resto de la Ciudad, entre Morena y el PRD. En ambos partidos, no pocos ya
levantaron la mano para convertirse en él o la primera Alcalde de ese
territorio, y las patadas por debajo de la mesa, ya iniciaron.
En Morena, la ex delegada Clara Brugada querrá regresar a la
demarcación que ya gobernó, y enfrente tendrá a la neo morenista Aleida Alavés,
quien tiene cuentas que saldar con la actual jefa delegacional Dione Anguiano.
Alavés no pudo derrotar en las internas perredistas a la delegada y Morena no
ha logrado, ni en 2015, ni en la elección constituyente el año pasado, ganarle
al sol azteca. Un cálculo que hace AMLO para evitar el desgaste interno y la
grilla entre grupos es postular a su hijo, Andrés López Beltrán para el cargo.
El tabasqueño ya le ha dado el control de la estructura de Morena en la capital
-5 mil 539 comités seccionales de la Ciudad de México-, y bien podría hacerlo
candidato en la joya de la corona. Podría generar disgustos y hasta
turbulencias internas, pero no habrá quien se atreva, en Morena, a contradecir
a López Obrador.
En la esquina de enfrente, el PRD, Anguiano tiene trabajo
territorial desde hace años en Iztapalapa y, en apariencia, controla el
territorio, el asunto es que su equipo ya se ha fracturado, por un lado, y por
el otro, hay una revuelta interna en el sol azteca en la demarcación.
En lo que toca a la ruptura del equipo interno, los
protagonistas son la propia Dione y Alfredo Hernández Raigosa, quien ocupa una
subsecretaría en Movilidad. Cada uno empuja a una de sus sobrinas. Ella, a
Karen Quiroga; él, a Janet Hernández. La escisión, de pronóstico reservado, ha
comenzado a revolver las aguas, a lo que se ha sumado la grilla interna.
Apenas el martes de esta semana, un grupo de perredistas
planeaba mostrar músculo contra la jefa delegacional, a quien acusan de marginarlos.
En teoría sería un TUCOD (Todos Unidos Contra Dione), pero el acelere de Jesús
Valencia, que buscó apropiarse de la convocatoria, minimizó el posicionamiento.
Al diputado federal y ex delegado solo le hicieron segunda Arturo Santana y
Alejandro Ojeda, y lo dejaron plantado las diputadas Francis Pirin, Abril
Trujillo, Nury Obando, Penélope Campos, Janet Hernández, Rebeca Peralta y el
legislador Iván Texta quien, por cierto, sí podría aglutinar a más de uno en
ese equipo y ponérsele enfrente a Dione quien, por lo pronto, ante la falta de
cohesión de sus potenciales rivales en una interna, respira tranquila. Todavía.
Y si los contendientes se van alistando, el ring ya lo tiene
preparado en la CDMX, el IEDF que será el encargado de organizar la elección
para Jefe de Gobierno, diputados locales y las futuras alcaldías. Ayer hasta
certificado ISO 9001:2008 le entregaron. Y no se lo dio cualquiera; fue la
Organización de los Estados Americanos. Ya nomás falta que le metan nivel y calidad
los partidos. ¿Será mucho pedir?
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