Daniela
Barragán.
El Grupo
Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) tiene disponibles los 321 contratos
que hasta el momento se han celebrado para la construcción del Nuevo Aeropuerto
Internacional de México (NAIM)
Al hacer una
revisión detallada de cada uno de esos contratos, se puede corroborar que por
321 contratos se han pagado 137 mil 232 millones 459 mil 135 pesos. Sin embargo, en el apartado sobre
Indicadores en Materia de Contrataciones Abiertas, el GACM plantea que sólo el
0.4 por ciento de las licitaciones para la construcción del NAIM se han hecho
por la vía de la Adjudicación Directa, CUANDO EL PORCENTAJE REAL ES DE 47 POR
CIENTO.
En cuanto a
la forma en que se han otorgado los contratos para la construcción del Nuevo
Aeropuerto, la información abierta del GACM, de los 321 contratos, 151 se han entregado por Adjudicación
Directa, 59 por Invitación A Tres Personas, 44 por Licitación Pública
Nacional, 15 por Licitación Pública Internacional y 11 por Licitación Pública
por Adhesión. Dos más han sido contrataciones con Aeropuertos y Servicios
Auxiliares (ASA) más 39 Convenios.
Es decir, el 47 por ciento del total
de los contratos se han entregado por Asignación Directa y NO sólo el 0.4 por ciento como se informa en el portal web del
Aeropuerto.
En cuanto a las licitaciones públicas
nacionales e internacionales serían el 18.3 por ciento del total de las
licitaciones y NO el 87.1 por ciento, como se señala
en el mismo espacio.
El artículo
41 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público
indica que las entidades del Gobierno pueden contratar adquisiciones y
arrendamientos y servicios sin sujetarse a la licitación pública en varios
casos. Uno de ellos es cuando se pone en riesgo la seguridad nacional o la
seguridad pública.
El Instituto
Mexicano para la Competitividad (IMCO) expuso el 14 de marzo pasado, al
presentar su “Índice de Riesgos de Corrupción: el Sistema Mexicano de
Contrataciones Públicas” que la utilización de este modo de contratación (en el
que no se compite) debiera ser excepcional y no predominante.
De acuerdo
con el estudio “El Sistema Mexicano de Contrataciones Públicas”, la causa por
la que durante esta administración federal se incrementó el uso de la
Adjudicación Directa se debe a una omisión por parte de las unidades de
vigilancia y a que resulta más fácil una Adjudicación Directa que un concurso
público y a que no hay nadie que castigue esa irregularidad.
El 36 por ciento de las empresas en
las que se concentró el gasto de las compras, han ganado el 50 por ciento de
los procedimientos; ganan dos de cada tres concursos.
En teoría, este procedimiento se debe utilizar si sólo
existe un solo proveedor capaz de prestar el servicio, si se trata de un caso
de urgencia o fuera mayor o cuando se trate de contrataciones con fines
exclusivamente militares.
En lo que se
refiere al NAIM, el inicio de las licitaciones coincidió con el señalamiento
que se hizo al Presidente Enrique Peña Nieto de incurrir en conflicto de
interés en la licitación del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro, justo
cuando se revelara la “casa blanca”, una mansión de la familia presidencial,
fue construida por una empresa de Juan Armando Hinojosa Cantú, constructor
cercano a EPN, desde su Gobierno en el Estado de México [del 16 de septiembre
de 2005 al 15 de septiembre de 2011], y quien apareció entre de los ganadores
para la construcción del tren México-Querétaro.
Otra de las
ganadoras de ese concurso fue la compañía China Railway. Pero sólo un día
después, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Estrada,
anunció que la obra se cancelaba debido a la desconfianza pública. De acuerdo
con la agencia Reuters, la decisión causó molestia en Pekín y la empresa china
exigió la indemnización prevista en las bases de licitación y que, hasta ese
momento, ascendía a 500 millones de pesos.
Derivado de
ese episodio, funcionarios federales de distintos niveles cuando hablan del
NAIM tocan el tema de la transparencia que tiene el proyecto y destacan que
cada uno de los contratos están disponibles al público en el portal del GACM.
El desglose de
esos contratos se muestra dividido en cuatro rubros: Obra Pública, Servicios
Relacionados con la Obra, Adquisición de Bienes y Servicios y Convenios.
En
Adquisición de Bienes y Servicios es en donde más Adjudicaciones Directas se
registró Adjudicación Directa, con un total de 90, más 26 Invitaciones a Tres
Personas. En este rubro, en el que se han gastado mil 982 millones 040 mil 980
pesos, sólo se registraron 26 Licitaciones Públicas nacionales e
internacionales.
En Servicios
Relacionados con la Obra, se celebraron 46 Adjudicaciones Directas y 27
Invitaciones a Tres Personas. Sólo hubo 15 licitaciones públicas. El monto
gastado en este sector es de 9 mil 755 millones 377 mil 404 pesos.
Y en Obra
Pública, que es en donde más dinero se ha pagado –116 mil 753 millones 377 mil
320 pesos– los contratos se dieron bajo 18 licitaciones públicas, 11 bajo
Adjudicación Directa y seis por Invitación.
En 2016, la
Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su dictamen sobre la “política de
adquisiciones” de la actual Secretaría de la Función Pública (SFP) reveló que
ésta no cuenta con una manera de saber si las decenas de miles de
contrataciones de bienes y servicios públicos que realizan las dependencias de
la administración federal “garantizan las mejores condiciones de compra para el
Estado”.
Uno de los motivos, advirtió la
entidad revisora, es la caída en el número de licitaciones públicas y un
aumento en el de procedimientos de “adjudicación directa”. Tan sólo en los
cinco años analizados por la ASF, entre 2009 y 2014, las primeras decrecieron a
un promedio anual de 12.6 por ciento mientras que las segundas –consideradas
con mayor margen de discrecionalidad– aumentaron en casi la misma proporción:
un 11.9 por ciento más cada año.
Estadísticas
de la Secretaría de la Función Pública muestran, por separado, que en la actual administración del presidente
Enrique Peña Nieto el número de adjudicaciones directas son ya casi el doble de
las que había en los últimos años del anterior sexenio.
En el caso del NAIM, se pueden
encontrar Licitaciones Públicas por 183 mil 917 pesos o 9 mil 146 pesos y
Adjudicaciones Directas por 16 millones 213 mil 056 pesos a Banca Mifel para el
arrendamiento Torre Murano.
La SFP
define una Adjudicación Directa como un procedimiento que se realiza sin puesta
en concurrencia y por ende sin que exista competencia, adjudicándose el
contrato a un proveedor que ha sido preseleccionado para tales efectos por la
dependencia o entidad.
Incluso dice
que “recomienda enfáticamente no utilizar el procedimiento” porque no garantiza
“como regla general” la obtención de las mejores condiciones de contratación.
El GACM afirma que sólo el 0.4 por
ciento de las licitaciones para la construcción del NAIM se han hecho por la
vía de la Adjudicación Directa, cuando este porcentaje es en realidad de 47 por
ciento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.