A partir de noviembre, la Península
comenzará a sufrir los efectos del desabasto, aunque se espera que “la bomba”
estalle en mayo del próximo año, cuando el consumo de energía es mayor, debido
al uso de aires acondicionados y aparatos de refrigeración.
El sureste mexicano se abastece del
gas que produce Petróleos Mexicanos (Pemex) en los litorales de Tabasco y Campeche,
el cual está escaseando al grado de terminarse, detalló el investigador en
entrevista.
De esta
planta Pemex obtiene aproximadamente 4 mil 800 millones de pies cúbicos de gas
diariamente, los cuales unos 3 mil 800 requiere la propia paraestatal en sus
procesos industriales y tiene la capacidad de poner aproximadamente mil
millones de pies cúbicos de gas diariamente a disposición del mercado en
México, mismo que tiene una demanda de unos 7 mil millones de pies cúbicos al
día; el faltante se exporta al país desde la frontera sur de Texas.
El gas que produce Pemex en la zona
de Tabasco y Chiapas no alcanzará en el corto plazo para satisfacer la alta
demanda de energía que tienen los estados de la Península, principalmente
Quintana Roo, donde el sector hotelero y restaurantero tienen altos gastos de
electricidad.
Ocampo
Téllez apuntó que importar el gas desde
el sur de Texas, como lo hacen los otros estados del país, es logísticamente
inviable, por la distancia y falta de infraestructura en la región, pues existe
únicamente un gasoducto, el Mayakan, que es de baja capacidad.
El traslado de gas vía terrestre
implicará a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) un incremento elevado en
sus costos de producción de energía, lo que se traducirá en un aumento de hasta
400 por ciento en la factura de electricidad para hoteles, restaurantes, casas
e industrias.
“Simultáneamente a este proceso de
pérdida de producción de gas, el sector inmobiliario en la Península se está
desarrollando de una manera brutal, y todo va con aire acondicionado. La carga
de materia eléctrica está aumentando de una manera explosiva y la capacidad de
gas se está desplomando”, afirmó.
Así mismo,
indica el académico, para evitar un
colapso en la red de energía, la CFE se verá obligada a realizar recortes de
electricidad sectorizados en horas de alto consumo, con lo que implica en la
región subsistir de dos a cuatro horas sin refrigerador para alimentos o aire
acondicionado, situación que a su vez podría ser catastrófica para el turismo
en Quintana Roo y la industria en Yucatán.
“El problema que tiene CFE es que las
líneas de transmisión del territorio nacional hacia la Península están
totalmente saturadas, no se puede mandar más energía eléctrica. Hay un grave
problema” añadió.
‘Estallará
la bomba’ a AMLO
El
investigador del ITAM sostuvo que la
mala planeación llevará al colapso energético en la región en los próximos
meses, cuando el presidente electo Andrés Manuel López Obrador asuma el cargo.
El desabasto de gas dice, se ha
tratado con discreción y no se han previsto alternativas para evitar
situaciones catastróficas, como una severa caída en el turismo por falta de luz
y gas, además de un encarecimiento en todos los productos y servicios.
“Nadie ha dicho nada, están pateando
el bote hacía enfrente a ver a quién le toca y al que le va a tocar es a Andrés
Manuel López Obrador, a Manuel Bartlett, el próximo director de la CFE”, refirió.
El traslado del problema de la falta
de gas al próximo gobierno federal también fue advertido advirtió por la
Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco
Servytur), la cual dijo que, además, la administración de Enrique Peña Nieto
traspasa los problemas de las tarifas eléctricas, el aumento de los costos de
producción y la reducción de la competitividad de las empresas.
El
presidente de la Confederación, José Manuel López Campos, explicó que ante la situación, los establecimientos se verán obligados
a consumir otros combustibles alternos, como el gas licuado, combustóleo o
diesel, que llegan a ser hasta 500 por ciento más costosos, lo cual, a su vez,
encarece los costos de producción de las empresas y las deja fuera de
competencia, con el consiguiente riesgo de que muchas de ellas cierren sus
puertas.
La solución del problema a mediano plazo
dijo López Campos, se ubica en la terminación del ducto marino del Golfo de México
que conecta a Texas con Tuxpan y Zempoala, Veracruz, así como la terminación de
un tramo en Tula, Hidalgo, que también lleva gas natural al Norte del país.
La alerta de Concanaco Servytur se da
luego una notificación de Pemex a sus clientes industriales del sureste sobre
el desabasto de gas natural para el mes de noviembre.
Después de
que se hiciera pública dicha notificación, la
petrolera emitió un comunicado en el que aseguró tener garantizado el
suministro en la región, con 100 millones de pies cúbicos de gas natural por
día.
Sin embargo, la demanda de gas natural para la
industria en el sureste es de 140 a 170 millones de pies cúbicos diarios, según
explicaron industriales de la zona al diario Reforma.
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