Por Juan
Carlos Cruz Vargas.
Especialistas en Sistemas de
Detección Distribuido para Ductos Petroleros AMBHER TM propusieron al gobierno
de Andrés Manuel López Obrador combatir el huachicol mediante un sistema de
detección acústica.
De acuerdo con Juan Carlos Ambrosi,
director general de AMBHER TM, una fibra óptica adecuada como sensor acústico
súper sensible permite detectar cambios de temperatura y movimientos de la
tierra de manera simultánea.
“Es lo equivalente a colocar cuatro mil
micrófonos virtuales en un tramo de 40 kilómetros con una precisión de 10
metros”, señaló en
rueda de prensa.
De esta
forma, detalló, la capacidad auditiva
del sistema permite detectar señales específicas a lo largo de todo el ducto,
como vehículos, personas caminando, gente excavando manualmente y el uso de
maquinaria de excavación pesada.
Además, esos algoritmos dan la posibilidad de tener
menos falsas alarmas y, por tanto, un sistema mucho más confiable, eficiente y
rentable para el monitoreo de fugas en ductos.
El ecosistema de monitoreo en tiempo
real permite configurar las diferentes aplicaciones de detección de fugas, el
monitoreo del derecho de vía, prevención de robo, seguridad perimetral de las
instalaciones, monitoreo del movimiento de la tierra, seguimiento de los
dispositivos de limpieza y mantenimiento (Diablos), y el monitoreo general de
la condición del ducto, según Ambrosi.
De acuerdo con el equipo de
ingenieros, esa tecnología podría ser esencial para evitar tragedias como la
explosión de Tlahuelilpan, Hidalgo –con 117 personas fallecidas hasta el
momento–, pues la capacidad del sensor también registra fugas pequeñas de forma
eficaz.
El empresario sostuvo que en los
últimos tres años se han abierto 36 mil tomas clandestinas, o sea, es como
tener una toma cada kilómetro de ducto.
Y en cifras reveló la magnitud de la
problemática: de 2000 a 2018, el número de tomas clandestinas ascendió́ a 47
mil 202, lo que equivale a casi tres tomas clandestinas por kilómetro en toda
la red de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), cuya longitud es superior a
los 14 mil kilómetros.
En 2000 se ubicaron 155 tomas
clandestinas y para 2018 ya eran 12 mil 581, recalcó.
Detalló que de 2000 a 2010 el aumento
fue de 155 a 691 tomas clandestinas, y a partir de ahí el crecimiento fue
exponencial, hasta llegar a las 12 mil 581 el año pasado.
“Al término de la administración
federal de Vicente Fox Quesada existían 890 tomas clandestinas, y para el
final de la administración de Felipe Calderón Hinojosa había 4 mil 841 tomas
clandestinas, las cuales representan un crecimiento de 443%, mientras que al
final del gobierno de Enrique Peña Nieto la cifra llego a un total de 41 mil
316 tomas clandestinas, que representan un crecimiento de 753%”, acotó.
Según Juan
Carlo Ambrosi, estas cifras se sustentan
en datos duros de Pemex y de especialistas en seguridad y análisis de riesgos,
como lo revela la compañía Etellekt.
Los sistemas propuestos al gobierno,
apuntó, han sido implementados en más de 20 mil kilómetros de ductos a nivel
mundial en 40 países, y en México contamos con una experiencia de más de 500
kilómetros.
“Por ello queremos comunicar a los
operadores de los ductos de petróleo y gas, a la gente que toma las decisiones
en el gobierno y en las empresas del sector energético de México, que Ambher
Ingeniería y sus socios queremos contribuir con nuestro conocimiento y la
tecnología para reducir daños, mitigar riesgos y salvar vidas al transportar
de manera más segura y confiable el petróleo y el gas al mercado mexicano”, concluyó.
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