Por Arnoldo
Cuellar.
En campaña, cuando prometer no
empobrece, el aspirante panista a la gubernatura de Guanajuato firmó sin que le
temblara la mano los once compromisos contra la corrupción que le pusieron
enfrente las distintas agrupaciones de la Confederación Patronal de la
República Mexicana en el estado de Guanajuato.
Al aceptar
la propuesta, impulsada a nivel nacional por el sindicato patronal, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo se
comprometió a concretar desde su gobierno los siguientes puntos:
1. Asegurar
Fiscalías Generales independientes y autónomas.
2. Acatar y
publicar observaciones de auditorías.
3. Eliminar
archivos de papel, cumplir con la ley de archivos y de transparencia.
4. Publicar
voluntariamente la “3de3” de todo el gabinete.
5. Unificar
Padrón de Beneficiarios de los servicios públicos.
6.
Establecer requisitos para proyectos de infraestructura y disponer toda la
información en datos abiertos.
7. Impulsar
la Ley General de Adquisiciones y Obras Públicas.
8. Informar
oportunamente sobre pasivos, pagos pendientes y obras inconclusas.
9. Realizar
las compras a través de CompraNet nacional.
10. Reducir
al mínimo los pagos en efectivo.
11.
Respaldar independencia y eficacia del Sistema Anticorrupción
Al día de hoy se sabe que el
gobernador de Guanajuato no piensa en una fiscalía autónoma, sino en ratificar
a quien ha sido el procurador carnal de dos exgobernadores y va por su tercero.
Además, en abierto despreció a la figura de autonomía, ni siquiera piensan
celebrar un proceso abierto para designar a Carlos Zamarripa, sino simplemente darle
pase automático, incluso contrariando la postura nacional del PAN sobre la
Fiscalía General de la República.
En Guanajuato no son públicas las
observaciones de las auditorías. Tampoco se ha avanzado en la digitalización de
archivos y su puesta en línea en datos abiertos.
El gabinete no ha hecho públicas sus
declaraciones patrimoniales, fiscales y de conflicto de intereses. Ni siquiera
se habla de eso.
El sistema estatal anticorrupción
cojea, lo conforman funcionarios y la reducida participación de los ciudadanos,
cuyo comité de participación está incompleto, es acotada en el sistema.
Las compras se mantienen en el mismo
nivel de opacidad. Recientemente se realizó una nueva adjudicación de los
medicamentos y el material de curación del Seguro Popular a las mismas empresas
cuestionadas que favoreció Miguel Márquez en todo el sexenio.
La posposición siquiera de una ruta
que muestre la intención de cumplir los puntos firmados en campaña, en un acto
que hoy parece meramente propagandístico y no un compromiso serio, ha originado
dos tibios recordatorios de la Coparmex que ni siquiera han ameritado una
respuesta de parte del gobernador.
Para los medios el tema tampoco
parece ser noticia, como sí ocurrió en México con el incumplimiento del
gabinete obradorista, oportunamente reclamado en una de las ruedas de prensa
matutinas en Palacio Nacional lo que obligó a la reafirmación del compromiso de
parte del presidente de la República.
La próxima designación de Zamarripa
como Fiscal General, pese a múltiples evidencias de su mal desempeño, tanto en
resultados como en respeto a los derechos humanos, será la prueba palpable de
que Sinhue nunca contempló llevar a la práctica los planteamientos del sector
empresarial y que de parte de este no hay ni siquiera la intención de exhibir
el desplante.
Hoy que la guerra contra el robo de
combustibles emprendida por el gobierno de López Obrador pone en evidencia el
auge de ese delito en Guanajuato, practicado con total impunidad a lo largo de
los años en que Zamarripa ha sido a la vez procurador y jefe de facto del área
preventiva, resulta más inexplicable que nunca la decisión de sostenerlo contra
viento y marea.
¿Dirán algo los empresarios
guanajuatenses sobre la burla de que han sido objeto o continuarán acudiendo a
sentarse en mesas de consejo simbólicas donde se les usa como escenografía para
intentar generar una legitimidad perdida hace mucho tiempo?
Veremos si ante el desgaste del
gobierno panista de Guanajuato que está entregando las peores cuentas en su
historia, el sector empresarial asume el rol de vigilante desde su espacio en
la sociedad civil o sencillamente se presta a la simulación.
De ser así, ¿con qué cara podrán
intervenir en comicios venideros para pedir a los candidatos que asuman nuevos
compromisos? Las buenas ideas ameritan congruencia, y el cambio de paradigmas
necesita consistencia. Rendirse así, a las primeras de cambio, le restaría
calidad moral a la Coparmex de Guanajuato, ese insumo tan necesario en los
tiempos que corren.
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