martes, 23 de abril de 2019

Los años pasaron. 29 murieron. Y aún hoy reclaman a Fox y FCH por “regalar” Mexicana y Aeroméxico.




Por Dulce Olvera.

Frente a la Puerta 3 de la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México, ex sobrecargos jubilados de Mexicana de Aviación siguen su lucha de casi nueve años, aunque las autoridades los han intentado desalojar al menos dos veces.

En la zona de lo que fue una de las aerolíneas mexicanas líderes en la industria, que entró en concurso mercantil en 2010 y fue declarada en quiebra desde 2014, lucen lonas pidiendo justicia al Presidente Andrés Manuel López Obrador para los 8 mil 650 trabajadores y sus familias.

Los miembros de la Asociación de Jubilados, Trabajadores y ex Trabajadores de la Aviación Mexicana (AJTeam) colocaron una cafetería con sillas y mesas improvisadas para sobrellevar sus gastos. Venden café, chilaquiles, sincronizadas. Otros 29 ya fallecieron. Les pusieron un altar con flores blancas y un cuadro de la Virgen de Guadalupe. La última en fallecer, por cáncer, fue Silvia.

Los 2 millones 400 mil pesos que ahorró la ex sobrecargo María Antonieta Díaz durante 23 años desaparecieron al igual que el de 700 compañeros más. Entró a trabajar en Mexicana en 1981 a los 21 años. A sus casi 60 años va todos los días al Aeropuerto Internacional de la CdMx a vender chilaquiles durante 12 horas, pero se ve limitada en sus gastos. Está cansada y frustrada. Incluso ha pensado en el suicidio, contó.

A partir del Contrato Colectivo de Trabajo, comenzaron un fideicomiso de pensiones de los trabajadores. Pero aterrizó la quiebra luego de que el empresario Gastón Azcárraga Andrade la compró por 165 millones de dólares en 2005. “Es muy triste que tú ahorres toda tu vida y de pronto te digan que no está tu dinero. Hay gente que debía su casa, que tenían hijos pequeños en la escuela. Nosotros tenemos fe en que López Obrador haga algo”, dijo.

Se fueron a juicio laboral ante la Junta de Conciliación y Arbitraje y ganaron en 2016 una sentencia que expone que deben pagarles tres años de salarios caídos, pero no les han cumplido.

“El señor [Gastón] Azcárraga está viviendo en Nueva York, tal vez con nuestro dinero, no sabemos”, lamentó. “A mí me encantaría que le quitaran el dinero a Azcárraga, pero ya ve que en este país no pasa eso”.

LA VENTA DE LAS AEROLÍNEAS.

La industria aérea aporta 2.9 por ciento del PIB nacional y genera un millón de empleos directos e indirectos, de acuerdo con la Cámara Nacional de Aerotransportes (CANAERO). Este mes, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) multó a Aeroméxico y a Mexicana de Aviación con 86 millones 190 mil pesos por incurrir en prácticas monopólicas absolutas en el mercado de transporte aéreo de pasajeros con origen y destino en el territorio nacional.

Desde 2011, luego de que Mexicana entró en concurso mercantil, Grupo Aeroméxico lidera las operaciones de vuelos de pasajeros y de comercio, principalmente a nivel internacional, por arriba de Volaris, Interjet y Vivaerobús, de acuerdo con la Dirección General de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

El martes pasado, el Presidente Andrés Manuel López aseguró –como lo ha repetido durante años– que Vicente Fox Quesada (2000-2006) como candidato “recibió apoyo” del empresario Gastón Azcárraga Andrade, de Grupo Posadas y, ya cuando el panista ganó la Presidencia, “le entregó” Grupo Mexicana de Aviación en 2005.

Gastón Azcárraga, quien compró a Mexicana solo en 165 millones de dólares, está prófugo de la justicia. Giran sobre él dos órdenes de aprehensión vigentes por difundir información falsa al público inversionista y por omitir un acontecimiento relevante entorno al concurso mercantil de Mexicana en agosto de 2010.

Se presume que vive en Estados Unidos. Mientras los ex trabajadores exigen justicia, la Fiscalía General de la República (FGR) sigue sin cumplimentar las órdenes.

Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), “le permitió la quiebra”, afirmó López Obrador y, además, en 2007 le “entregó” Aeroméxico a un grupo de inversionistas por 249 millones de dólares, entre ellos, a Roberto Hernández de Grupo Banamex; Eduardo Tricio de Grupo Lala; y José Luis Barraza, quien era entonces presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que participó en la difusión de los spots de la campaña electoral de 2006 en los que se le acusaba de ser “un peligro para México”.

LA SERIE DE IRREGULARIDADES.

Rosario Avilés, analista de la industria aérea, explicó en entrevista con este diario digital una serie de irregularidades tanto en la venta de ambas aerolíneas como en el proceso de quiebra de Mexicana de Aviación, derivadas de una falta de política pública para el sector.

“Siempre hay un grado de discrecionalidad de a quién se otorgan, porque así son las privatizaciones. Se cometieron errores. El principal fue haberlas vendido por separado, lo cual hizo que –con falta de una política de Estado para conectar ambas– con esta guerra entre Aeroméxico y Mexicana, una de las dos sobraba. Eso es lo que decían los secretarios de Comunicaciones de la época de Calderón”, dijo.

“Eso pasó hace 12 años, era la época de las guerras de tarifas. Esto descapitalizó a todo el mundo y en lugar de hacer una política en favor de la aviación mexicana, fue un ‘todos contra todos’, y propició la descapitalización de las dos aerolíneas y sobrevivió Aeroméxico. La quiebra de Mexicana ayudó a que las empresas de bajo costo se beneficiaran con lo que dejó Mexicana que fueron las rutas”, aseguró la especialista.

La holding Controladora Internacional de Transporte Aéreo (CINTRA) era la dueña de las dos aerolíneas Mexicana y Aeroméxico, y se pretendía unificarlas para generar una gran empresa que cubriera la conectividad de México. No obstante, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) lo impidió.

“Ese fue el primer mal paso que se dio, por falta de una política de Estado en materia de transporte aéreo. Es el gran error que han tenido todos los gobiernos desde Zedillo, Fox, Calderón, Peña y ahorita no tenemos todavía una”, dijo Avilés. “Juntas el Gobierno se hubiera hecho de al menos mil millones de dólares, y al venderlas separado de alguna manera las malbarató”.

“México está en una situación privilegiada, donde pudimos haber sido un centro de conectividad global muy importante. Ese avión lo perdimos y fue falta de visión de Estado”, determinó.

Durante el sexenio de Vicente Fox, Mexicana se vendió en 165 millones de dólares. La oferta era mayor, pero el empresario Gastón Azcárraga alegó una reducción porque había un pasivo laboral, y se lo concedieron.

“No puedo jurar que fue un favor político, pero efectivamente fueron condiciones súper favorables. La puja por esa aerolínea fue muy baja y todavía le descontaron el pasivo laboral”, afirmó Avilés. “Fue muy discrecional la decisión”.

Durante el Gobierno de Felipe Calderón, en agosto de 2010, Mexicana entró en concurso mercantil.

“Si el Gobierno mexicano está buscando que se le haga justicia a los trabajadores de Mexicana, como en su momento se prometió en la campaña, tendrían que empezar por anular las irregularidades. Lo que no sé es si hay la voluntad política para hacerlo. Se puede, hay la ruta. Se regresa la concesión a alguien que pueda hacerse cargo del servicio, fincas responsabilidades… No sabemos si es algo que este Gobierno quiere hacer”, planteó la analista.

La ex sobrecargo de Mexicana, María Antonieta, afirmó que a diferencia de los sexenios pasados el nuevo Gobierno se ha abierto al diálogo. En diciembre y enero los recibieron en Palacio Nacional en el área de Atención Ciudadana.

“Muchas veces cerrábamos las calles, la SCT o la Secretaría del Trabajo para que hubiera diálogo, pero hoy nos han recibido las propuestas”, reconoció.

Pero en su momento, “fue una decisión que no la pensaron”. Juan Francisco Molinar Horcasitas, Secretario de Comunicaciones y Transportes de Felipe Calderón, “no tuvo idea de lo que hizo. Fue un daño patrimonial enorme para el país”, aseguró la analista Avilés.

De acuerdo con abogados de los sindicatos y de Mexicana, dijo Avilés, se presume que fue una quiebra fraudulenta y planeada. “Hay muchos indicios de que la ruta hacia el concurso mercantil estuvo plagada de irregularidades”, dijo.

Mexicana de Aviación tenía activos y pasivos todo junto. Pero después crearon otra empresa, Nuevo Grupo Aeronáutico, la cual se quedó con los activos y los pasivos (deudas y problemas) se los dejaron a Mexicana. “Eso sería materia para fincar responsabilidades”, consideró.

Asimismo, “se creó al vapor” la empresa Tenedora K, que absorbió las acciones del Nuevo Grupo Aeronáutico.

“Las acciones eran lo de menos, lo importante era la concesión que otorga el Estado. El Estado no puede dar la concesión de una aerolínea a una empresa que no tiene la capacidad técnica, operativa y jurídica para llevarla adelante. Ahí, el Estado fue omiso. El Secretario de Comunicaciones Molinar Horcasitas no hizo su trabajo. Es un acto que debería revertirse”, insistió.

Después, vino la privatización de Aeroméxico. Grupo Sada reclamó que no les dejaron hacer su oferta bajo el argumento de que “se cayó el sistema” y se le terminó dando a un grupo de 13 empresarios, entre ellos, el ex dirigente del CCE, José Luis Barraza, y Eduardo Tricio, principal accionista de Aeroméxico y dueño de Grupo Lala.

“El Presidente dice que fue un favor político [de Calderón], pero cuando menos sí fue muy extraño”, aseveró Avilés.

Actualmente, las aerolíneas nacionales con mayor crecimiento en enero-febrero de este año fueron Volaris (14.5 por ciento), VivaAerobus (14.2 por ciento) e Interjet (6.6 por ciento), de acuerdo con la Dirección General de Aeronáutica Civil de la SCT.

“Ya han crecido lo suficiente. Podrían crecer más”, estimó Avilés. “La apuesta de las aerolíneas era el gran aeropuerto en Texcoco, pero ya no pasó. Tendría que haber una conciliación de intereses entre las empresas y el gobierno para que se sentaran todos juntos y planear que esta actividad promueva el turismo, el comercio y se logre estar presentes en todo el mundo siendo un gran centro de conectividad. Eso ya lo hace Estados Unidos y Europa”.

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