Javier Risco.
El miércoles
20 de marzo, Andrés Manuel López Obrador dedicó varios minutos de su
conferencia matutina a recordarnos la importancia de la Cruz Roja: “El que se
rescaten vidas, el que se actúe en casos de desastre como lo hace la Cruz Roja,
son acciones humanitarias sublimes; esto que hacen los voluntarios de apoyar a
damnificados por inundaciones, sismos, es ejemplar (…) vamos a apoyar en esta
colecta. Convoco a todo el pueblo de México a ayudar y cooperar en esta colecta
para cumplir la meta de fondos para salvar vidas”. Importantes palabras para
enmarcar y hoy recordar, subrayaría las “acciones humanitarias sublimes” y el
llamado al pueblo de México a ayudar; bueno, señor presidente, hoy esa Cruz
Roja no puede hacer su trabajo y necesita el apoyo del Estado más que nunca.
Ayer, esta institución dio a conocer
que, en Salamanca, Guanajuato, no podía trabajar más. De acuerdo con una nota
publicada por el medio Zona Franca: “Por motivos de seguridad, la Cruz Roja
Salamanca suspendió servicios de emergencia hasta nuevo aviso, luego de que
este sábado un grupo de hombres armados privó de su libertad a un hombre
herido, cuando era trasladado al hospital en una ambulancia de la Cruz Roja.
“Paramédicos de la Cruz Roja llevaban
en la ambulancia al herido, pero al atravesar la colonia El Deportivo un
vehículo les cerró el paso y sujetos armados se aproximaron para bajar al
lesionado, obligándolo a subir a su unidad para luego escapar”. La información
es demoledora, pero no nos es ajena, no es la primera vez que los servicios de
emergencia se ven amenazados. El problema es la reacción, pensar que las cosas
están cambiando, que los homicidios van a la baja, decir airadamente que
“tienen otros datos”.
Lo de
Guanajuato es un despropósito, Salamanca
se ha convertido en los últimos meses en una zona de violencia desmedida –un
ejemplo rápido, de acuerdo con una nota de AFP del 9 de marzo pasado, “hombres
armados ingresaron durante la madrugada de este sábado a un centro nocturno
ubicado en Salamanca, Guanajuato, dejando al menos 15 personas muertas y cinco
heridas de bala, informó Juan José Martínez, vocero de la Fiscalía de
Guanajuato. Varios hombres armados llegaron al sitio y abrieron fuego contra
los presentes en el centro nocturno para luego darse a la fuga a bordo de un
vehículo”.
Y nos volvemos a hacer la misma
pregunta, ahora en este sexenio, ¿qué significa decir que vivimos en un Estado
de derecho? Cuando la Cruz Roja decide parar operaciones, ¿qué sigue? La
respuesta contra la violencia en este país está más allá de las mañaneras del
Ejecutivo, entiendo los argumentos de aquellos que defienden su gestión y piden
tiempo para que empecemos a ver los resultados de la estrategia, pero el
reconocimiento de la crisis de violencia, incluso en estos primeros 136 días,
debería de ser el primer paso para la solución.
De nada sirve que los
cuestionamientos con datos del propio gobierno hechos por un periodista sean
descalificados con la frase “yo tengo otros datos”, cuando en la realidad la
Cruz Roja decide irse de Salamanca porque simplemente no puede garantizar la
vida de los que viven para salvarla, sí, los que salvan vidas temen por la
suya.
El
periodista Jorge Zepeda Patterson escribía una lúcida columna hace algunos días
en El País, hablando de cómo la realidad supera a la voluntad del presidente, y
hablaba del tema de la violencia, ojalá el Ejecutivo vea esta realidad, es
tiempo de que el discurso mañanero se empape de presente y deje de vivir de
ejemplos trágicos del pasado y de un futuro que nos sigue pareciendo lejano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.