lunes, 15 de abril de 2019

Los que salvan vidas temen por la suya.


Javier Risco.

El miércoles 20 de marzo, Andrés Manuel López Obrador dedicó varios minutos de su conferencia matutina a recordarnos la importancia de la Cruz Roja: “El que se rescaten vidas, el que se actúe en casos de desastre como lo hace la Cruz Roja, son acciones humanitarias sublimes; esto que hacen los voluntarios de apoyar a damnificados por inundaciones, sismos, es ejemplar (…) vamos a apoyar en esta colecta. Convoco a todo el pueblo de México a ayudar y cooperar en esta colecta para cumplir la meta de fondos para salvar vidas”. Importantes palabras para enmarcar y hoy recordar, subrayaría las “acciones humanitarias sublimes” y el llamado al pueblo de México a ayudar; bueno, señor presidente, hoy esa Cruz Roja no puede hacer su trabajo y necesita el apoyo del Estado más que nunca.

Ayer, esta institución dio a conocer que, en Salamanca, Guanajuato, no podía trabajar más. De acuerdo con una nota publicada por el medio Zona Franca: “Por motivos de seguridad, la Cruz Roja Salamanca suspendió servicios de emergencia hasta nuevo aviso, luego de que este sábado un grupo de hombres armados privó de su libertad a un hombre herido, cuando era trasladado al hospital en una ambulancia de la Cruz Roja.

“Paramédicos de la Cruz Roja llevaban en la ambulancia al herido, pero al atravesar la colonia El Deportivo un vehículo les cerró el paso y sujetos armados se aproximaron para bajar al lesionado, obligándolo a subir a su unidad para luego escapar”. La información es demoledora, pero no nos es ajena, no es la primera vez que los servicios de emergencia se ven amenazados. El problema es la reacción, pensar que las cosas están cambiando, que los homicidios van a la baja, decir airadamente que “tienen otros datos”.

Lo de Guanajuato es un despropósito, Salamanca se ha convertido en los últimos meses en una zona de violencia desmedida –un ejemplo rápido, de acuerdo con una nota de AFP del 9 de marzo pasado, “hombres armados ingresaron durante la madrugada de este sábado a un centro nocturno ubicado en Salamanca, Guanajuato, dejando al menos 15 personas muertas y cinco heridas de bala, informó Juan José Martínez, vocero de la Fiscalía de Guanajuato. Varios hombres armados llegaron al sitio y abrieron fuego contra los presentes en el centro nocturno para luego darse a la fuga a bordo de un vehículo”.

Y nos volvemos a hacer la misma pregunta, ahora en este sexenio, ¿qué significa decir que vivimos en un Estado de derecho? Cuando la Cruz Roja decide parar operaciones, ¿qué sigue? La respuesta contra la violencia en este país está más allá de las mañaneras del Ejecutivo, entiendo los argumentos de aquellos que defienden su gestión y piden tiempo para que empecemos a ver los resultados de la estrategia, pero el reconocimiento de la crisis de violencia, incluso en estos primeros 136 días, debería de ser el primer paso para la solución.

De nada sirve que los cuestionamientos con datos del propio gobierno hechos por un periodista sean descalificados con la frase “yo tengo otros datos”, cuando en la realidad la Cruz Roja decide irse de Salamanca porque simplemente no puede garantizar la vida de los que viven para salvarla, sí, los que salvan vidas temen por la suya.

El periodista Jorge Zepeda Patterson escribía una lúcida columna hace algunos días en El País, hablando de cómo la realidad supera a la voluntad del presidente, y hablaba del tema de la violencia, ojalá el Ejecutivo vea esta realidad, es tiempo de que el discurso mañanero se empape de presente y deje de vivir de ejemplos trágicos del pasado y de un futuro que nos sigue pareciendo lejano.

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