Raymundo
Riva Palacio.
Hace
aproximadamente un mes, el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió
informes desde Washington sobre un problema que se veía venir ante la asimetría
en los ciclos de la pandemia del coronavirus y la forma diferenciada como se
restablecería la actividad económica entre Estados Unidos en México, que
generaría tensiones si ignoraba la dislocación en la cadena de suministro. El
Presidente, que no lo tenía en su radar, ignoró la alerta.
Hace una
semana en este espacio, se habló que la urgencia de los estadounidenses para
reencausar su economía, le daba una oportunidad a México. Pero una vez más,
López Obrador le dio la espalda a la realidad, y en lugar de ir un paso
adelante, se colocó contra la pared.
El 17 de
abril, los presidentes de las asociaciones de la Industria Aeroespacial de
Estados Unidos, Canadá y México, enviaron una carta a los responsables de la
política exterior, Defensa, Economía y Salud de los tres países, para que
consideraran su negocio como esencial dentro de la cadena de suministro, que
requería satisfacer las demandas de defensa nacional y seguridad colectiva, la
respuesta médica y el transporte de cargas de equipos para enfrentar el
Covid-19, y el tráfico aéreo global. Cuando menos en México, no les
respondieron.
La semana
pasada, la subsecretaria de Defensa de Estados Unidos, Ellen Lord, platicó con
el embajador Christopher Landau sobre el tema, quien iba a conversarlo con el
canciller Marcelo Ebrard.
Llegó el
lunes, y el gobierno de Estados Unidos decidió hacer pública su molestia con
México, ante la ausencia de señales que se restablecieran los suministros. “Una
de las cosas que hemos visto es que hay algunas dependencias internacionales”,
dijo Lord. “Ahora mismo, México es de alguna manera problemático para
nosotros”. Para entender la profundidad de esa frase hay que entender el
escenario geopolítico internacional, donde Estados Unidos no puede mostrarse
débil ante otras potencias mundiales. Si la dependencia mutua con México corre
de un solo lado, como sugiere la actitud de López Obrador al pedir ayuda médica
al presidente Donald Trump sin actuar en forma recíproca, no deberá extrañar un
eventual latigazo.
Varias de
las principales empresas aeroespaciales, que juegan un papel preponderante en
el complejo industrial-militar, como Lockheed, Textron, Boeing y Honeywell,
dependen de los suministros de México. Boeing ya había hablado con Landau,
preocupado por el cese de operaciones de sus proveedores en Sonora, desde hace
tres semanas. Boeing es el mejor caso de estudio porque tiene más de 20
proveedores, casi todos también estadounidenses, en 22 ciudades. Lord dijo que
estas compañías son especialmente importantes para Estados Unidos, y su
gobierno necesitaba asegurar su capacidad industrial a largo plazo.
López
Obrador no escuchó. El miércoles, 327 presidentes de las principales
manufactureras de ese país con subsidiarias en México, le enviaron una carta
donde, tras subrayar la prioridad –como también lo hizo la industria
aeroespacial– en salvar vidas durante la crisis sanitaria que se vive,
expresaron su “profunda preocupación” por los decretos de suspensión de
actividades comerciales que afectan una producción esencial para los dos
países. Se quejaron sutilmente que la falta de reconocimiento y actitud
recíproca de su gobierno a los esfuerzos que realizan para proporcionar todos
los recursos para que sus trabajadores puedan continuar las líneas de
producción a salvo del coronavirus, minaban lo que estaban haciendo, y ponían
en riesgo su capacidad para suministrar productos críticos y esenciales para
ciudadanos en los dos países.
Los CEO
estadounidenses le pidieron armonizar los criterios mexicanos con los del
Departamento de Seguridad Interna y la Agencia de Seguridad de Infraestructura
de Estados Unidos “al máximo posible”, para que las operaciones entre los dos
países puedan continuar sin interrupción en la cadena de suministro. Estados
Unidos, Canadá y México tienen desde 1994 sus economías integradas y una base
industrial común con cadenas de valor globales. Pero también, como se ha visto
en esta crisis sanitaria, cuando se trata de “actividades económicas
esenciales”, no existe homologación entre los tres países, como señalaron las
empresas de la manufactura.
López
Obrador no puede decirse sorprendido. Tenía información que esto venía,
particularmente con la industria aeroespacial y la manufactura, por la inmensa
proveeduría directa e indirecta de actividades que consideran esenciales en esa
nación. El Presidente no ha encargado aún, que se conozca, a la secretaria de
Economía, Graciela Márquez, que analice y ofrezca soluciones para evitar que
continúe la dislocación de la cadena de suministro norteamericana, y revisar
dónde acercar los criterios sobre empresas esenciales.
Por ahora,
sectores que se consideran en esa categoría en Estados Unidos, no lo son en
México, como alimentos, tecnologías de información, transporte, manejo de
materiales peligrosos y comercio digital, entre otros. Para ejemplificar la
escala de afectación que ven en Estados Unidos, está el caso de Emerson
Electric Company, que entre otras cosas produce en México ventiladores que usan
pacientes del Covid-19, que tiene 400 proveedores en 20 estados. Minimizar la
preocupación que estaban mostrando las empresas estadounidenses ante la ceguera
mexicana de ver el restablecimiento escalonado de las cadenas de suministro,
generó una tensión con Estados Unidos que se pudo haber evitado.
Pero López
Obrador, sigue en otras cosas. Dijo que evaluarán coordinar la reapertura, pero
en lugar de pedirle a Márquez que se enfocara en ello, la puso a trabajar en
los créditos de 25 mil pesos para pequeñas empresas familiares, que colocará un
efímero piso frente a la crisis que se vive, pero no es motor para que la
economía mexicana se vuelva a prender y evite la pauperización nacional,
empezando por los receptores de esos apoyos.
Es lo malo
de López Obrador, que tiene la mira baja, alcance chico, y una visión que en
estos tiempos extraordinarios, cada vez se ve más corta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.