Una investigación en curso de la
Fiscalía General de Justicia de Veracruz acusa al diputado federal del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), Alberto Silva Ramos, de haber encubierto
pagos a por lo menos diez empresas fantasma durante su gestión como coordinador
de Comunicación Social del exgobernador, Javier Duarte.
Al respecto, Silva asegura que él no
autorizó ni ejecutó esos pagos, sino que solo consiguió las facturas de los
mismos.
Añade que los responsables de gestionar
y ejecutar esa entrega de dinero a las compañías fachada fueron su antecesora
en la coordinación de Comunicación, Gina Domínguez, y la Tesorería de la
Secretaría de Finanzas, que encabezaba el hoy diputado federal, Antonio Tarek
Abdalá Saad.
y que ya
forma parte del expediente que la Cámara de Diputados integra por la solicitud
de desafuero contra Silva, promovida por el fiscal de Veracruz.
Ese expediente revela que la Fiscalía
señala a Silva de ser parte de una presunta operación de manejo ilegal de
recursos públicos, que involucró a una decena de empresas fantasma de la misma
red que Animal Político reveló en 2016.
También se le acusa de no haber
transparentado los pagos realizados por la oficina de Comunicación Social de
Veracruz cuando él estuvo al frente, y de haber financiado una campaña en
distintos medios para favorecer al PRI, en las elecciones locales del año
pasado.
El diputado federal niega la
responsabilidad en cualquier de esos delitos y pidió a la Cámara de Diputados
que deseche la solicitud de desafuero pues, asegura, hay presuntas omisiones en
las investigaciones y violaciones al debido proceso.
Yo no fui,
fueron otros.
En su
respuesta enviada a San Lázaro, Silva Ramos sostiene que él no estuvo
involucrado en ninguna operación ilegal, y asegura que tampoco le interesa
encubrir a otros que posiblemente sí lo hayan estado.
El diputado
explica que, de acuerdo con lo asentado
en la carpeta de investigación FGE/FIM/CI/36/2017 que integra la Fiscalía en su
contra, y que pudo conocer tras comparecer voluntariamente ante el Ministerio
Público, se le acusa con otras dos personas de haber encubierto una operación
fraudulenta que permitió el desvío de recursos públicos.
En dicha operación estarían
involucradas por lo menos diez empresas fantasma o fachada, que recibieron
pagos por supuestos actos de difusión que nunca realizaron. Esto habría
ocurrido entre los años 2012 y 2014.
Silva, quien
llego a la Coordinación de Comunicación Social de Veracruz en febrero de 2014, sostiene que él nunca autorizó ni ejecutó
esos pagos, pues ya se habían hecho previamente. Añade que solo los regularizó
porque faltaban las facturas que marca la ley, para la comprobación de los
recursos.
“Durante mi
gestión se regularizó y se terminó con una tramitación meramente administrativa
que tuvo como efectos que las empresas emitieran los documentos idóneos
(facturas)”, dice en su escrito.
Silva sostiene que los pagos a los que hace
referencia la Fiscalía en realidad fueron gestionados y ejecutados por su
antecesora en el cargo, es decir Gina Domínguez, quien actualmente se encuentra
presa y procesada por presuntos actos de corrupción.
Además, recuerda que esos pagos, de acuerdo con la
ley, tuvieron que ser autorizados por la propia Secretaría de Finanzas. Prueba
de ello, dice, es que hay oficios en donde se solicita la autorización de esos
pagos al entonces tesorero de Finanzas de Veracruz y hoy diputado federal,
Tarek Abdalá Saad.
“Para que se haya realizado el pago a
las empresas, mi antecesor (Gina) debió emitir un dictamen de procedencia que
justificara la contratación de éstas, y solicitar la suficiencia presupuestal
señalándole que es la Secretaría de Finanzas y Planeación la que autorizará (…)
toda esa tramitación de ninguna manera fue responsabilidad del suscrito”, dice Silva en sus alegatos.
El diputado insiste en que cuando él
llegó se encontró con que había pagos ya realizados, sin que se hubieran
facturado, por lo que tuvo que solicitar a las empresas las facturas.
“Lo único
que se realizó durante mi gestión fue finalizar un trámite meramente
administrativo derivado de la omisión de mi antecesor, siendo que esa
‘comprobación’ de ejecución de recursos es un hecho conocido e incuestionable,
ya que en su momento esa disposición de recursos fue autorizada y ejecutada por
la Secretaría de Finanzas”, indica Silva Ramos.
Las empresas
y la simulación.
De acuerdo
con la Carpeta de Investigación FGE/FIM/CI/36/2017, durante la gestión de
Alberto Silva como coordinador de comunicación social se realizaron
comprobaciones fiscales mediante facturas, con la finalidad de encubrir pagos a
empresas fantasma. Todo esto como parte de una presunta operación organizada
para el desvío de recursos.
Las empresas que recibieron los
recursos públicos son Anzara S.A. de C.V., Carrirey S.A. de C.V., Centro de
Recursos de Negocios CERENE S.A. de
C.V., Publicidad Akkira S.A. de C.V., Desarrolladores Mercalim S.A. de C.V., Saervizios
Oktagonales S.A. de C.V.., Marvercar S.A. de C.V., Merca carrey S.A. de C.V.,
Mogarver S.A. de C.V. y Ravsan Servicios Múltiples S.A. de C.V.
Todas estas
compañías forman parte de una red de empresas fantasma, que no solo recibieron
recursos desviados de comunicación social, sino de distintas dependencias del
gobierno de Veracruz.
Animal
Político publicó en mayo de 2016 que estas compañías y otras once más
recibieron 645 millones de pesos provenientes de las secretarías de Desarrollo
Social, Educación, Protección Civil y el DIF Estatal. Los pagos fueron por
servicios que nunca se realizaron. Una investigación del SAT confirmó que eran
empresas fantasma, ya que solo podían emitir facturas pero no daban servicio
alguno.
En diciembre
de 2016 este portal también reveló el uso de estas empresas para desviar pagos
de comunicación social, que es el caso que ahora se imputa Silva. Estas
empresas junto con otras seis recibieron tan solo en 2014 más de 500 millones
de pesos por supuestas actividades de difusión. En este caso no hubo ni
siquiera contratos o procesos de licitación.
Al responder a esta acusación en una
declaración por escrito, entregada a la Fiscalía de Veracruz, Alberto Silva
niega que él haya sido cómplice en la comprobación de operaciones simuladas
pues, reiteró, todos esos pagos y su justificación fueron responsabilidad de su
antecesora y de la Secretaría de Finanzas.
“Si en esa tramitación existió la
comisión de alguna conducta delictiva… no tengo nada que ver con ello y jamás
me interesaría encubrir a nadie que deba enfrentar la justicia por haber
actuado en contra de la legislación aplicable”, señala Silva.
Pide cancelar desafuero.
En el documento de sus alegatos
entregado a la Cámara de Diputados el pasado viernes, el diputado Alberto Silva
solicita a la comisión responsable de analizar la solicitud de desafuero que
desestime este procedimiento, debido a que existen presuntas irregularidades
que afectan sus derechos humanos y el debido proceso.
El legislador detalla más de 20
hechos que desde la perspectiva de sus abogados son irregulares. Entre ellas
destaca que tuvo que recurrir a demandas de amparo para conocer que la Fiscalía
estaba integrando tres carpetas de investigación en su contra, en las que nunca
se les citó a declarar.
Pero además añade que la Fiscalía estatal le ha
ocultado pruebas que se encuentran en los expedientes, y que se niega a revelar
datos como, por ejemplo, la identidad de tres testigos que declaran en su
contra.
“Dicho desconocimiento se traduce en
una incertidumbre jurídica respecto al ejercicio de mi derecho de defensa, en
el sentido de que no puedo declarar, u ofrecer datos de prueba o el desahogo de
dichas testimoniales sin conocer si el propio ofrecimiento de pruebas o su
desahogo puede traducirse en un acto perjudicial o benéfico para el suscrito”, apunta.
El diputado
advierte además que, en el caso de las
acusaciones por haber operado campañas mediáticas con recursos públicos en
favor del PRI, la Fiscalía no aporta datos de prueba que expliquen cómo se
cometió este hecho, ni cuál es su presunta participación.
De hecho,
según el legislador, no queda claro en ninguno de los casos cómo es que cometió
delitos que se le imputan, entre ellos coalición y abuso de autoridad.
“En conclusión, es posible afirmar
que el C. Fiscal General del Estado de Veracruz omitió realizar un estudio
profundo respecto de los delitos que se me imputan y de las hipótesis específicas
aplicables a cada uno”, dice Silva en su pronunciamiento escrito.
Por estos motivos, el diputado pidió
a la comisión del caso que deseche la solicitud de desafuero en su contra o, en
todo caso, que al resolverla determine que no es procedente.
La decisión
está ahora en las manos de los diputados, quienes ya con anterioridad
desecharon una demanda de desafuero contra el diputado federal Tarek Abdalá.
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