Entre enero de 2007 y marzo de 2018,
los servicios forenses de Jalisco preservaron al menos 760 cuerpos sin
identificar, recuperados en el estado, y tal como consta en documentación
oficial, más de la mitad de esos cuerpos (413 cadáveres, acumulados entre 2007
y 2009) fueron incinerados.
Según el reporte oficial
IJCF/UT/268/2018, emitido por el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses en
abril pasado, los restantes 347 cuerpos no identificados que se acumularon
entre 2010 y enero de 2018 no se cremaron, pero se informa que tampoco fueron
enviados a la fosa común. Entonces, ¿dónde quedaron?
La respuesta vino cinco meses después
de emitido el informe oficial del Instituto Jalisciense, el 13 de septiembre
pasado, cuando por denuncias vecinales fueron descubiertos dos tráileres
refrigerantes (uno de ellos abandonado en un lote baldío), en los que el
gobierno estatal almacenaba más de 300 cuerpos no identificados.
La estadística de cuerpos sin
identificar en Jalisco retrata la curva de violencia por la que atraviesa la
entidad: en 2010 hubo seis cuerpos; cifra que se triplicó para 2011 y
cuadruplicó para 2012, hasta llegar a 24 cadáveres sin identificar.
Pero para el
año siguiente, 2013, la cifra de cuerpos
no identificados en jalisco llegó a 94, siendo este el año con más cuerpos no
identificados, y entre 2014 y enero de 2018 se acumularon 187 más.
El número total de cuerpos no
identificados recuperados en Jalisco en los últimos 12 años, sin embargo,
podría ser mucho mayor a los 760 cadáveres preservados en fosas comunes,
contenedores refrigerantes o incinerados, debido a que, según el reporte oficial
del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, en el lapso señalado
(2007-2018) “un aproximado de 40 cadáveres anuales” han sido “donados a
escuelas de medicina”.
Eso quiere
decir que, a los 413 cuerpos no
identificados incinerados por las autoridades, habría que sumar otros 480
cuerpos (en promedio) que se perdieron tras ser donados a escuelas de medicina
para la realización de prácticas estudiantiles.
Sumados, dan 893 cuerpos de los que la autoridad
dispuso su eliminación, sin haberlos identificado previamente.
El reporte
oficial obtenido por Animal Político
señala que, en el año 2007, las autoridades de Jalisco incineraron 107 cuerpos
de personas no identificadas, aunque no se explica la justificación.
Luego, en 2008 fueron incinerados otros 138
cuerpos, y en 2009 se convirtió en cenizas 168 cadáveres más de personas no
identificadas.
En total, 413 cadáveres incinerados
antes de poder identificar a las víctimas.
El oficio
IJCF/UT/268/2018 es enfático al señalar
que, al concluir el año 2009, se suspendió la incineración de cuerpos de
personas no identificadas.
Entre 2007 y 2018, en Jalisco se ha
denunciado formalmente la desaparición de 3 mil 387 personas.
Tal como
informó la autoridad estatal a partir del escándalo de los tráileres refrigerantes,
de los más de 300 cuerpos no
identificados (que no fueron incinerados y que preservaba en bolsas, apilados
uno sobre otro), sólo a 60 se les tomó muestra genética para intentar
identificarlos, a partir de la base de datos de personas desaparecidas.
Desde el año
2013, la República Mexicana cuenta con
un sistema digitalizado que permite comparar los registros de cuerpos no
identificados, con los reportes de personas desaparecidas en cualquier lugar
del país, con el objetivo de identificar cadáveres, y encontrar personas no
localizadas que perdieron la vida.
En abril de
2018, la Procuraduría General de la
República informó que el estado de Jalisco (junto con otras 28 entidades del
país) no ha ingresado ningún perfil genético de cuerpos no identificados en
esta base de datos nacional, a pesar de que han transcurrido cinco años de su
puesta en funcionamiento.
La omisión en el adecuado manejo de
cuerpos no identificados, y en el procesamiento de su información genética con
fines de identificación, no es exclusiva del estado de Jalisco.
Aunque se tiene registro de que en
México han sido recuperados cerca de 35 mil cuerpos no identificados en los
últimos años (cifra difundida este año por la Secretaría de Gobernación), sólo
se han ingresado muestra genética a 556 cadáveres a la base de datos denominada
Ante Mortem/Post Mortem (AM/PM).
La mayoría de esas muestras (396)
fueron tomadas directamente por la autoridad federal, y no por las autoridades
de los estados donde fueron encontrados esos cuerpos.
De hecho, aunque en el sistema AM-PM han ingresado
muestras genéticas tres entidades, las cifras son ridículas: Veracruz sólo ha
ingresado la muestra de un cadáver; Guerrero ha ingresado 31 muestras, y
Michoacán 128.
El resto de los gobiernos estatales
lleva cinco años sin emplear este sistema, proporcionado por la Cruz Roja
Internacional, ante la crisis de desapariciones forzadas que atraviesa México.
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