miércoles, 24 de abril de 2019

El Plan 'Nacionalista' de Desarrollo.


Atzayaelh Torres.

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) que presentará la siguiente semana el gobierno de México a la Cámara de Diputados pretende ser la hoja de ruta para alcanzar tres metas específicas: justicia y Estado de derecho, bienestar, y desarrollo económico.

En este último punto, que atañe directamente al sector energético, se reafirmarán las metas encaminadas a la autosuficiencia, tanto en hidrocarburos como en electricidad.

Pero serán enfáticos en separar las actividades desde el Estado y las que tengan que ver con el desarrollo del sector privado. Sin embargo, dirán que todas las acciones deberán estar encaminadas al desarrollo del país.

A pesar de que el gobierno reconoce que es importante permitir el desarrollo del sector privado energético, como lo estamos viendo en la competencia en gasolineras, reconocida por el propio presidente, será enfático en asegurar que cualquier actividad que venga de ellos deberá ser regida desde el Estado y estar alineado a los intereses de la cuarta transformación.

Dicho en otras palabras, el gobierno se encargará de que los privados complementen las actividades de las empresas productivas del Estado, y no al revés.

Para llevar a cabo el plan no se requieren cambios intensos, ni siquiera de forma, pues en el papel se sigue llevando la batuta. Es decir, por un lado se anuncian dos años sin rondas petroleras, pero no se han cancelado aún los farmouts de Pemex para octubre próximo. Y en electricidad, se suspendieron las subastas eléctricas que impulsaban a las renovables, pero no se han cancelado los llamados “contratos leoninos” de la Comisión Federal de Electricidad.

Esa carta de dos vistas que ha manejado el gobierno en política energética en estos cinco meses de gobierno es la misma que se reflejará en el PND. Recordemos que la Secretaría de Energía convocó a tres foros para la elaboración de su parte en Campeche, Tabasco y Tamaulipas. ¿Habrán sido suficientes? ¿Recolectaron todas las impresiones? Al menos sí las que querían.

¿Necesitas ingenieros?

Este viernes la Universidad Tecnológica de Tula Tepeji (UTTT) dará a luz a la primera generación de la Ingeniería en Construcción y Montaje de Plantas Industriales; 82 ingenieros que podrían aportar mucho al desarrollo de proyectos estratégicos para esta administración como la nueva refinería en Dos Bocas, así como el rescate a las seis restantes.

Esta ingeniería tiene una historia interesante. Surgió desde 2008 ante la promesa de la fallida refinería calderonista Bicentenario, cuando a solicitud de Construcciones Industriales Tapia (Citapia), dicha casa de estudios superiores abrió la carrera técnica en construcción de montajes, de donde egresaron los primeros 48 estudiantes en 2015; y de los cuales 20 se quedaron a trabajar con dicha empresa hidalguense.

Posteriormente, Tapia solicitó en 2017 que esta carrera técnica se elevara a grado de ingeniería, y después de una serie de estudios, la Universidad Tecnológica Tula Tepeji se lo otorgó, coincidiendo justamente ahora con otro intento del gobierno de construir una nueva refinería en el país.

La noticia no es menor si tomamos en cuenta la amplia necesidad de mano de obra calificada que se requiere en el sector energético, principalmente en este tipo de áreas especializadas en infraestructura.

Citapia y la UTTT tienen vigente un convenio que permite además a estudiantes de otras carreras afines llevar a cabo estadías, asesorías y prácticas, con la oportunidad de incorporarse a su bolsa de trabajo. ¡Suerte!

Tripulación exige pago.

La empresa Tecnologías Relacionadas con Energía y Servicios Especializados (TRESE) lleva más de 22 catorcenas que no paga su salario a la tripulación de la plataforma agosto 12, que a su vez depende del consorcio All Solutions, y que ejecutan el contrato 422213801 con Pemex para compresión de 200 millones de pies cúbicos de gas amargo en Cantarell (un contrato célebre en este espacio).

Además de sueldos caídos, los trabajadores no han recibido vacaciones, aguinaldos, días festivos y descansos laborados, así como seguros de gastos médicos mayores desde 2016. Y por si fuera poco, la tripulación afirma que por los mismos problemas financieros que la empresa dice tener a raíz del concurso mercantil por el que comenzó en noviembre de 2017 y culminó con su quiebra en agosto de 2018, no se les han provisto los equipamientos de seguridad necesarios, lo que los hace trabajar, dicen, en una situación de riesgo, vaya, dicen que no tienen ni siquiera soporte en tierra, incumpliendo múltiples renglones del Anexo SSPA de Pemex.

No es un secreto que los proveedores de Pemex se han visto apretados por el cambio de gobierno, pues los recursos de la petrolera se han tardado en bajar; sin embargo, en el caso de TRESE, los trabajadores afirman que la petrolera nacional no ha dejado de pagarle, por lo que exigen que se les haga justicia.

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