Guadalupe
Correa-Cabrera.
En los
próximos días, el Senado de la República tomará una decisión clave al elegir a
quien sucederá al actual titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CNDH), Luis Raúl González Pérez, quien comenzará un periodo de cinco años este
15 de noviembre. Cincuenta y siete fueron los candidatos que comparecieron ante
la Cámara Alta esta semana pasada (12 mujeres y 45 hombres), representando una
gran diversidad de intereses, ideologías y posturas con respecto a la defensa
de los derechos humanos en México. En los actuales tiempos de gran
incertidumbre con relación a este tema, de crecientes niveles de violencia,
expansión del crimen organizado, y en el contexto de una crisis humanitaria y
migratoria en las dos fronteras de México, la decisión del Senado de la
República con respecto a la persona que encabezará la defensa de los derechos
humanos en el país a nivel institucional, se vuelve particularmente importante.
Por la
relevancia de esta selección, me di a la tarea de seguir este proceso en medios
de comunicación formales y redes sociales con toda puntualidad. Asimismo, pude
escuchar y analizar algunas de las comparecencias que me parecían claves dada
las posibilidades del candidato (o candidata) o su relación con importantes
organizaciones nacionales e internacionales que tienen agendas particulares o
un peso importante en esta decisión. Me preocupa sobremanera la trayectoria
obscura de algunos candidatos y los perfiles de quienes se vinculan a intereses
nacionales o extranjeros que pondrían en tela de duda la independencia y
autonomía de una comisión tan importante como la CNDH.
Llaman la
atención las acusaciones y señalamientos en redes sociales en contra de algunos
candidatos que, según la opinión de quienes conocen bien sobre el tema, tienen
las mayores posibilidades de conformar la terna de la cual surgirá la próxima
cabeza de la CNDH. También destaca la mediocridad e irrelevancia de algunos de
los aspirantes a encabezar la máxima institución de defensa de los derechos
humanos en México. Pero lo que más preocupa es la crítica a ciertos personajes
que se perfilan como favoritos en la contienda. Mensajes con los hashtags
#noalacorrupción #noalaimposición, #CNDHindependiente, #CNDHautónonoma,
#nicuatesnicuotas, #mentirescorrupción, aparecen recientemente exhibiendo a
algunos aspirantes de alto perfil. Mucha de esta información no es fácilmente
corroborable, pero valdría mucho la pena investigar a profundidad estos casos
por lo delicado de las acusaciones y más aún porque se trata de una decisión
clave en términos de ética, transparencia y acceso a la justicia.
Destaca, por
ejemplo, el caso de Elizabeth Lara Rodríguez, cuya independencia se encuentra
fuertemente cuestionada. Además, circula en redes información sobre un supuesto
fraude académico por la ausencia de título que avala el grado académico que
asegurar tener. Según esta información (no confirmada hasta el momento),
fuentes de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca dicen que Lara Rodríguez
“carece de historial académico y módulos aprobados con las materias en el
programa de maestría” en derecho que ostenta la aspirante a encabezar la CNDH.
Otro caso
delicado es el de Alberto Xicoténcatl Carrasco, conocido defensor de derechos
humanos, y Director de la Casa del Migrante de Saltillo. Este albergue se había
ostentado como un espacio fundamental en la defensa de la seguridad y los
derechos humanos de los migrantes en tránsito por México. Operado por la
diócesis de Saltillo, fundado con el liderazgo del Padre Pedro Pantoja y
contando con el apoyo del Obispo José Raúl Vera López se había reconocido como
uno de los albergues de migrantes menor organizados y administrados del país.
Sin embargo, en fechas recientes—y con una mayor presencia en medios y en otros
espacios de Alberto Xicoténcatl, quien al parecer toma el liderazgo de las
acciones de la Casa del Migrante—se comienzan a leer testimonios en prensa y
otros medios de la supuesta presencia de traficantes de personas y drogas en el
albergue
(https://www.elheraldodesaltillo.mx/2019/07/25/casa-del-migrante-refugio-para-adictos-y-traficantes/).
Asimismo, se
leen acusaciones en diversos medios de comunicación de Coahuila y redes
sociales en contra de uno de los coordinadores del albergue por supuesto abuso
de poder y acoso sexual
(https://vanguardia.com.mx/articulo/ex-voluntarias-de-la-casa-del-migrante-de-saltillo-acusan-de-acoso-activista-y-maestro-de).
Esta persona, según testimonios diversos, fue protegida por el llamado defensor
de derechos humanos y hoy candidato a dirigir la CNDH. Por su parte, la labor
de Xicoténcatl en el marco de la organización y facilitación de las caravanas
migrantes y su apoyo y relación con algunos miembros de la organización Pueblo
Sin Fronteras, preocupan a algunos observadores interesados en el tema de los
derechos humanos.
Entre
algunos que han seguido este proceso, también preocupa la relación del
aspirante Michael William Chamberlin Ruiz con poderosas organizaciones no
gubernamentales centradas en el tema de los derechos humanos de gran influencia
en el país y que reciben financiamiento extranjero. Preocupa a algunos, la
posible sumisión de este candidato a encabezar la CNDH ante intereses
extranjeros o de organizaciones filantrópicas con agendas definidas que podrían
presionar al gobierno mexicano y desestabilizarlo o minar su soberanía. Cabe
destacar que Chamberlin cuenta con amplia experiencia en el tema de derechos
humanos y conoce bien las funciones de la CNDH. Al mismo tiempo, cuenta con
importantes aliados en ONGs internacionales y cuenta con el apoyo de algunos
senadores que juegan un papel fundamental movilizando apoyos de la oposición en
el presente proceso de selección.
Entre la
lista de los 57 candidatos a dirigir la CNDH, hay nombres que generan una gran
animadversión entre la opinión pública como pude constatarlo en los casos de
Álvaro Vizcaino Zamora, quien fuera titular del Secretariado Ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública, y Arturo de Jesús Peimbert Calvo, quien
encabezara la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).
Me quisiera enfocar en este último por las posibilidades que algunos le ven en
la contienda para encabezar la defensa de los derechos humanos en México a
nivel federal. De acuerdo con la información que he recopilado—aun por
verificar con todo cuidado—la llegada de Peimbert Calvo a la CNDH sería
trágica.
Conocí a Arturo
Peimbert en Oaxaca en el año 2007, en los tiempos de la APPO y cuando yo
escribía mi tesis doctoral y él colaboraba de forma cercana con Romualdo
Francisco Wilfrido Mayrén Peláez (conocido como “El Padre Uvi” y vinculado a la
Teología de la Liberación). En ese tiempo, ambos personajes jugaron un papel
clave y fueron reconocidos como importantes activistas comprometidos con los
derechos humanos en uno de los estados más pobres y desiguales de toda la
República Mexicana. Desafortunadamente, la trayectoria de estos personajes no
parece haber continuado por el mismo buen camino. Estuve en contacto con
miembros destacados de los medios y la sociedad civil en Oaxaca desde 2007
quienes me reportaron lo contrario. También revisé múltiples reportes de prensa
y opiniones sobre el deterioro de las carreras de quien fuera el ombudsman de
Oaxaca y algunos de sus aliados en los tiempos de la APPO.
La
información que recolecté me preocupa particularmente en este momento, cuando
Peimbert Calvo aspira a encabezar la CNDH. Existen numerosos reportes
informales sobre supuestos actos de corrupción de su parte, incompetencia y
sobre otros escándalos que son graves, sobre todo si hablamos de un aspirante a
dirigir la máxima organización encargada de la defensa de los derechos humanos
en México. Sólo basta con una sencilla búsqueda en medios electrónicos para
recopilar una serie de testimonios que dejan muy mal parado al otrora ombudsman
del estado de Oaxaca de Juárez. Los escándalos van desde acusaciones de
violencia intrafamiliar, su falta de responsabilidad hacia el hijo que tuvo con
una antigua pareja, la solicitud de su renuncia por permitir injusticias contra
los indígenas de la región triqui, el deficiente trabajo a la cabeza de la
DDHPO, entre otros (http://imparcialoaxaca.mx/opinion/234237/peimbert-polemico/).
Además se registran reportes de frivolidad y gastos en exceso, lo que culminó
con indignación general—en Oaxaca y más allá—por su suntuosa boda en últimas
fechas que se llevó a cabo en una zona protegida del país. Vale la pena revisar
los reportes de prensa y las fotos sobre este último evento, que cuestionan
severamente la seriedad de este personaje y ponen en tela de duda su compromiso
con los derechos humanos y la justicia social en uno de los estados más pobre de
nuestro país.
El poder
corrompe y a algunos los corrompe absolutamente. Este podría ser el caso de
Peimbert Calvo si atendemos a lo que muchos han escrito sobre su trayectoria y
escándalos. Como dije anteriormente, e insisto, la información que recopilé
para esta columna se encuentra en plataformas de información abiertas y me fue
corroborada por conversaciones con expertos y personas interesadas en la
defensoría de los derechos humanos en México. Es necesario verificar esta
información que se repite y está fácilmente accesible en distintas plataformas
de medios y redes sociales. No obstante lo anterior, y en tanto se realizan las
muy necesarias investigaciones con relación a las supuestas faltas y
trayectoria obscura de algunos de los aspirantes a encabezar la CNDH, hago un
respetuoso llamado a los miembros del Senado de la República, quienes tienen en
sus manos una decisión crucial en estos tiempos de crisis de seguridad,
violencia, desapariciones y migraciones masivas en nuestro país.
Las
informaciones que cuestionan fuertemente la trayectoria, capacidad, ética e
independencia de algunos aspirantes a reemplazar a Luis Raúl González Pérez,
debieran ser tomadas con toda seriedad. Aunque no es posible en este momento
verificar todas y cada una de las acusaciones múltiples de algunos candidatos,
los testimonios en su contra cuestionan de manera clave la integridad de dichas
personalidades. Creo en la necesidad de contar con una CNDH independiente y
autónoma, tanto del actual gobierno como de intereses extranjeros. También
apoyo totalmente los llamados de #noalacorrupción #noalaimposición,
#nicuatesnicuotas y #mentirescorrupción. Me solidarizo con aquellos que desean
una CNDH encabezada por una persona íntegra e independiente del gobierno actual
y de agendas que vienen de exterior.
Dentro de
los 57 aspirantes hay nombres de personas más independientes y capaces que las
arriba mencionadas, las cuales cuentan con amplia experiencia dentro de la
administración pública o son miembros destacados de la sociedad civil y han
trabajado en tierra, en la defensoría de los derechos humanos. Espero se
consideren otros nombre y perfiles más íntegros que no estén tan cuestionados
como algunos que se mencionan en el presente texto. Los hay. La integridad y el
futuro de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por los siguientes cinco
años está en sus manos senadoras y senadores de México.
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