Enrique
Galván Ochoa.
En su
informe de resultados correspondiente a los meses de enero a abril de este año,
la Secretaría de Hacienda presenta un dato que atrae la atención: La deuda neta
del sector público se situó en 12 billones 361 mil millones de pesos, dice. La
deuda neta incluye todo: gobierno central, Pemex, CFE y banca de desarrollo. La
pregunta: ¿por qué creció si la administración del presidente Andrés Manuel
López Obrador se ha rehusado consistentemente a tomar préstamos? En el reporte
de 2008, la deuda neta sumaba 10 billones 829 mil 906 millones de pesos.
Incluía –e incluye– un componente en dólares: 201 mil 307 millones. Al
dispararse el precio del dólar, explica la Secretaría de Hacienda, la deuda en
pesos automáticamente se incrementó a su nivel actual: más de 12 billones.
Desde luego, también sube el pago de intereses, cuyo monto se acerca a un
billón de pesos al año. El prianismo dejó en quiebra las finanzas públicas. De
ahí la oposición de López Obrador a contraer más deuda, a pesar de la presión
de algunos dirigentes del sector privado, cuyo interés consiste en que el
gobierno tenga recursos para rescates empresariales.
Debuta el
Frente AntiAmlo.
El Frente
Nacional AntiAMLO (FRENA), cuya creación anunció recientemente el sub(riano)
Pedro Luis Martín Bringas, ex consejero del Grupo Soriana, debutó el sábado con
manifestaciones no muy concurridas en varias ciudades de la República. Hubo una
petición común: la renuncia inmediata del presidente López Obrador. No hubo
alteraciones al orden público, mas allá de los claxonazos de los automóviles de
los manifestantes. Muchas personas se manifestaron sin cubrebocas, les
estorbaban para gritar. En los meses que precedieron a la elección de 2008, en
el círculo cercano del lopezobradorismo, se comentaba que la oposición probablemente
reaccionaría con manifestaciones públicas en su contra en caso de que ganara.
Pero triunfó en forma tan aplastante que la oposición quedó petrificada.
Reacciona un año y medio después, y en forma débil, como lo mostró el sábado.
En este punto, AMLO cuenta con tres apoyos muy importantes: sus programas
sociales –80 por ciento de la población estará incorporada a alguno de ellos la
próxima Navidad–, un reconocimiento internacional claro, en particular su buena
relación con el presidente Donald Trump, que ha resultado una sorpresa, y la
lealtad del Ejército y sus mandos renovados. Eso no significa que la oposición
no pueda crecer. Tiene poco tiempo. Hay elecciones el próximo año en 15 estados
y las encuestas indican que en 14 ganará AMLO, a pesar del desorden en Morena.
Trump: la
relección.
Con el
coronavirus lejos de ser contenido, 40 millones de desempleados y la violencia
convulsionando algunas ciudades, las posibilidades de relección del presidente
Trump parecen esfumarse. Una encuesta llevada a cabo por el diario The
Washington Post y ABC News muestra que el electorado favorece con 53 por ciento
al aspirante del Partido Demócrata, Joe Biden, frente a 43 por ciento de Trump.
Informa el Post que el sondeo se llevó a cabo entre el 25 y el 28 de mayo con
la participación de 1001 adultos, de los que 75 por ciento fueron encuestados
por teléfono celular. Las elecciones serán el martes 3 de noviembre. Parece
difícil que Trump consiga en cuatro meses crear 40 millones de empleos,
conseguir una vacuna y apaciguar las zonas violentas de su país, pero sí puede
recurrir a otros medios impredecibles para ganar la elección.
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