miércoles, 29 de marzo de 2017

Menos gasto, no más impuestos.

Luis Pazos.

El actual Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, recibió las finanzas públicas con desequilibrios crecientes, a punto de que las calificadoras le bajaran la nota a México. Esa baja empeoraría la situación al aumentar el riesgo país, que se traduce en un incremento del costo de la deuda, en menores flujos de inversión y en la necesidad de aumentar más las tasas de interés. Para evitar esa reducción de calificación es necesario reducir déficit y deuda pública, que se puede lograr por dos caminos: aumentar ingresos o reducir gasto.

Para compensar la reducción de ingresos por la baja del precio y de la producción del petróleo, el gobierno decidió aumentar impuestos: pasó el costo del ajuste a los contribuyentes y siguió incrementando el gasto.

Aunque los ingresos tributarios subieron a niveles record de 2013 a 2016, de 9.7% a 14% del PIB, 5 veces más que la reducción de ingresos por baja del precio y de la producción de petróleo, no achicaron en ese lapso la deuda y el déficit. La causa es que el gasto público creció de 24.3% del PIB en el 2012 al 27.5% en 2016 (ver gráficas en las páginas 19 y 138 del libro EPN: EL RETROCESO).

El gobierno tuvo los recursos suficientes, provenientes del aumento de impuestos, para equilibrar las finanzas públicas, pero aumentó más el gasto y no aplicó los planes de austeridad que prometió (gráficas págs. 139 y 141). Por motivos políticos gastó más en elecciones, en cubrir las pérdidas de Pemex, debidas a su pésima administración y corrupción, y en los hoyos fiscales abiertos por el saqueo de “gobers” en varios estados.


El mayor esfuerzo del Secretario de Hacienda debe encaminarse a reducir el gasto, hay tela de dónde cortar, como lo demostramos en el libro citado. Ya no deben seguir exprimiendo a empresarios, profesionales, trabajadores y consumidores, con más impuestos, ya sean municipales, estatales o federales. Los ciudadanos no son los principales responsables de la mala administración, dispendios y corrupción con que se manejaron las finanzas públicas en los últimos cuatro años.

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