Enrique
Quintana.
Los dos
personajes más mediáticos del país se apellidan López: López Obrador y
López-Gatell.
A lo largo
de este año han dicho muchas cosas que no se pueden olvidar.
Hoy, que
tenemos 90 mil 664 contagiados y 9 mil 930 fallecidos, mientras que se estima
en 7.5 por ciento la caída del PIB este año, conviene recordar algunos de
ellos, simplemente para que no se nos olviden.
“No es,
según la información que se tiene, algo terrible, fatal, ni siquiera es
equivalente a la influenza, para que todos los que están escuchando tengamos
esta información. Primero, estamos preparados para enfrentar esta situación del
coronavirus, tenemos los médicos, los especialistas, los hospitales, la
capacidad para hacerle frente. En la medida en que se vaya desarrollando,
presentando, vamos a atender los casos”. AMLO, 28 de febrero.
“Hay quien
dice que por lo del coronavirus no hay que abrazarse. Pero hay que abrazarse,
no pasa nada”. AMLO, 17 de marzo.
“Le voy a
decir una cosa muy pragmática, casi sería mejor que padeciera coronavirus
(AMLO) porque lo más probable es que él en lo individual, como la mayoría de
las personas, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune y ya nadie
tendría está inquietud sobre él”. López-Gatell, 17 de marzo.
“El escudo
protector es como el detente, saben lo que es el detente, ¿verdad? El escudo
protector es la honestidad, eso es lo que protege, el no permitir la
corrupción. Miren, éste es el detente. Esto me lo da la gente… Miren, aquí hay
otro detente. ‘Detente, enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo’”. AMLO,
18 de marzo.
“Yo les voy
a decir cuando no salgan. Pero si pueden hacerlo y tienen posibilidad
económica, sigan llevando a la familia a comer, a los restaurantes, a las
fondas”, AMLO, 22 de marzo.
“Vamos a
salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de
acabar con la corrupción y que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir
fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el
propósito de la transformación”. AMLO, 2 de abril.
“El
coronavirus lo que precipitó fue el derrumbe del modelo neoliberal en el mundo,
eso ya no funciona”. AMLO, 6 de abril.
“El 6 de
mayo sería el momento cumbre de la epidemia y después empezará a descender si y
sólo si se sigue con las medidas de distanciamiento social; si no, la curva
podría subir”. López-Gatell, 3 de mayo.
“En el
descenso de la curva podemos tener las otras más o menos dos mil o tres mil
(muertes), y con ello ya tendríamos casi seis mil o cinco mil 271”.
López-Gatell, 4 de mayo.
“Como se
decía antes de los médicos que sólo buscaban enriquecerse y cuando llegaba el
paciente lo primero que hacían era preguntarle: –¿Qué tienes? –No pues es que
me duele acá doctor –No, ¿qué tienes de bienes?”. AMLO, 11 de mayo.
“Les voy a
dar algunos datos para que los refuten y saquen los datos malos y así se puede
enriquecer el debate, es interesante porque la mayoría de los expertos apuestan
a que nos va a llevar el tren y yo sostengo que no”. AMLO, 22 de mayo.
Podrían ser
muchos más dichos, pero los anteriores son una muestra de frivolidad,
imprecisiones, faltas de consistencia, con los que las dos figuras del gobierno
más relevantes en el tema de la pandemia, han enfrentado esta circunstancia.
Esto le va a
costar en popularidad e imagen al presidente López Obrador. No sé cuánto ni
cuándo, pero va a ocurrir.
La crisis de
salud por falta de previsión y errores en el manejo; el desplome económico sin
precedentes; la pérdida masiva de empleos; el incremento de la pobreza en
millones y la crisis social que todavía está por verse, todo ello no lo resiste
ni el más carismático de los políticos. Ni con el ‘detente’.
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