Por Dolia
Estévez.
Marcelo Ebrard negó que Jared Kushner
haya viajado a México la semana pasada para transmitir un “mensaje duro” de
Donald Trump al Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la insuficiencia
de los esfuerzos mexicanos para frenar los flujos migratorios o que la polémica
cena en la residencia de Bernardo Gómez haya sido “ríspida”.
El Canciller
aseguró que el motivo del viaje a México
del asesor y yerno del Presidente de Estados Unidos, fue “conocer mejor” a
Andrés Manuel “y nada más”. En conversación telefónica anoche con la
corresponsal, Ebrard dijo que el tema que ocupó más tiempo fue el interés de
Kushner por conocer “cómo le hace Andrés para tener esa comunicación política
tan interesante” con el pueblo mexicano.
El encargado
de la diplomacia del Gobierno defendió
el hecho de que el diálogo se haya realizado en el domicilio particular del
Vicepresidente de Televisa creando así la percepción de conflicto de interés.
Ebrard explicó que Kushner preguntó a Gómez si era posible tener una reunión en
su casa para conocer mejor a AMLO en un marco “informal”. AMLO aceptó.
Ebrard dijo que se enteró del viaje dos días antes
de que se celebrara, el martes 19 del presente mes. Argumentó que ese tipo de
reuniones informales son un recurso diplomático válido. Reveló que no sólo
Gómez participó en la tertulia sino también Alfonso de Angoitia, CEO del Grupo
Televisa. Además de Kushner, AMLO y Ebrard, la sexta persona presente fue John
Creamer, encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos.
Ebrard dijo que los temas que Kushner trató fue la
preocupación de Estados Unidos por el alto auge de los flujos migratorios que
en parte atribuyó a la llegada de un nuevo gobierno en México, las perspectivas
de ratificación del Tratado México Canadá Estados Unidos (T-MEC) en el Senado
estadounidense y la posibilidad de que Washington levante las tarifas
arancelarias contra el acero y el aluminio mexicanos.
“Todo lo que dijo Kushner en la cena
me lo puede decir el Secretario de Estado Mike Pompeo”, sostuvo, por lo que
rechazó que haya sido una conversación delicada. Ebrard también negó fricciones
en su relación con Pompeo debido a diferencias sobre Venezuela asunto que,
aseguró, no fue tratado en la cena.
El de la
semana pasada, fue el tercer viaje de
Kushner a la Ciudad de México. En su primera visita, el 7 de marzo de 2018, fue
recibido por el entonces Presidente Enrique Peña Nieto en Los Pinos y tuvo una
reunión de trabajo con el Secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray.
Tras el triunfo de López Obrador, Kushner regresó a México, el 13 de julio,
como parte de una delegación estadounidense que incluyó a Pompeo, a la
Secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen y al titular del Tesoro,
Steven Mnuchin, entre otros funcionarios. Fueron recibidos por el entonces
Presidente electo en su casa de campaña.
La visita relámpago de Kushner
coincidió con el lanzamiento en Estados Unidos de Kushner Inc., Avaricia.
Ambición. Corrupción. La extraordinaria historia de Jared Kushner e Ivanka
Trump por la periodista Vicky Ward. El texto narra el sorprendente ascenso de
Kushner e Ivanka en la jerarquía presidencial que la autora compara con un
príncipe y una princesa en una corte imperial. Explotando los privilegios que
les confiere el parentesco a Trump, han amasado un enorme poder que les abre
las puertas de las capitales del mundo. Ward detalla cómo Kushner controla la
relación con México.
Kushner es un personaje polémico debido a la
cofradía que formó con Videgaray a lo largo de tres años. En secreto tramaron
la controvertida visita de Trump a Los Pinos en plena campaña presidencial en
2016. Unas horas antes de concluir su sexenio, Peña Nieto condecoró a Kushner
con el Orden del Águila Azteca en Buenos Aires en medio de fuertes criticas en
México. La llegada de nuevos interlocutores mexicanos no cambió la prerrogativa
de Kushner frente México como muestra el encuentro de la semana pasada.
Sobre el tema de España, Ebrard dijo
que no podía compartir la carta de López Obrador al rey Felipe VI, en la que le
insta a reconocer y pedir disculpas por los atropellos que España cometió en la
Conquista, porque “no la tenemos en Cancillería”. Explicó que el perdón tiene
“fundamento en la propia experiencia española respecto a los judíos sefaradíes,
en la guerra civil y en la memoria histórica”.
La ley de
Memoria Histórica citada por Ebrard:
A
continuación la versión de Ebrard sobre la cena en la que estuvo presente y que
generó un amplio debate en los medios y redes sociales.
–¿A qué fue
Kushner a México?
–Él quería tener una conversación, un
poquito informal, si se quiere. Mandó preguntar si esto era factible por
conducto de la persona que hizo la cena. Nosotros dijimos que sí.
–¿Por qué
informal?
–Una conversación ya sea en
Cancillería o en Palacio Nacional hubiera sido bastante formal. De esta no se
puede decir eso. Son recursos que puede tenerse en la relación. Quiere decir
que no vino en misión oficial ni con una agenda oficial.
–¿Cuándo
pidió Kushner esa reunión?
–Muy pegado a la fecha que se llevó a
cabo.
–¿Salió a
última hora?
–Sí.
–¿Te
enteraste el mismo día?
–No, no creo. Ha de haber sido un par
de días antes. No fue una cena prevista con mucha distancia.
–¿Quién
propuso que fuera en casa de Gómez?
–No lo sé, probablemente Gómez lo
habrá propuesto a Kushner para que fuera en un ámbito más privado. Menos
oficial.
–¿Gómez y
Kushner son amigos?
–Hasta lo que yo sé sí. No lo sabía
pero ahora queda claro.
–¿Viajó a
México explícitamente a ver al Presidente?
–Sí, él vino a México explícitamente
a ver al Presidente. Quería hablar con el Presidente. No sé si haya tenido otra
actividad. Fue muy poco el tiempo que estuvo en México.
–¿Horas?
–Sí, llegó en la tarde. No sé a qué
hora. Fue a la cena y después regresó a Estados Unidos. No se quedó a dormir.
Viajó la misma noche. Tuve reportes de que había despegado sin novedad.
–¿Corrió una
versión de que se había reunido con un grupo de influencers?
–Eso no lo sé. Fue muy poco tiempo el
que estuvo. Unas horas. Quería hablar con el Presidente y nada más.
–¿Se tomaron
apuntes sobre lo conversado?
–No, porque pues era una cena.
–¿De qué
hablaron?
–Kushner le preguntó a Andrés sobre
su plan sobre todo de carácter social. Andrés le dio su punto de vista de los
avances que había logrado en sus primeros 100 días de gobierno. Lo que él
pensaba que se había avanzado. Kushner le preguntó sobre la comunicación
política. Cómo hace Andrés para tener esa comunicación política tan
interesante. Realmente ese fue el porcentaje mayor de la reunión.
–¿Pidió
Kushner que México cerrara la frontera con Guatemala para frenar el reciente
auge de migrantes?
–No, eso no dijo. Dijo que a ellos
les llamaba la atención el aumento de lo flujos de migrantes y que se entendía
que era parte de la entrada de un nuevo gobierno y que probablemente había
otros factores. Pero fue bastante corta esa parte. También dijo que el T-MEC en
su perspectiva podía aprobarse en los próximos meses. Y que el tema del acero
[imposición de tarifas de Estados Unidos] probablemente se resolvería. Pero
todos esos comentarios fueron cortos. Esos fueron los temas que se tocaron.
–¿Fue duro
cuando dijo que México no está haciendo lo suficiente para detener los flujos
migratorios y protestó por el traslado de migrantes en camiones de la frontera
sur a la frontero norte?
–Nunca mencionó el uso de camiones.
Dijo que estaban preocupados porque había subido mucho el flujo en los últimos
meses, pero nunca dijo que cerráramos la frontera. Y menos dio un mensaje duro
del Presidente Trump sobre la frontera sur.
–¿Transmitió
un mensaje específico de parte de Trump?
–No, todo lo que dijo en la cena me
lo puede decir el Secretario Pompeo, como se lo puede decir Nielsen a la
Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero. Sobre el tratado recientemente
hubo una reunión en Washington. O sea, no había un motivo derivado de esos
temas que ameritara la reunió con Kushner. A mí la impresión que me dio era que
quería hablar con el Presidente.
–¿Para qué
quería hablar con el Presidente?
–Para ubicarlo. Conocerlo mejor.
Nunca había platicado con él. Kushner vino en julio de 2018, pero eso fue muy
superficial. No hubo manera. Y ahora sí tuvo una conversación más larga. No
entendí que hubo un mensaje de Trump y la verdad es que para eso no se
necesitaría que él viniera.
–¿Hubo
momentos ríspidos?
–No. No, no sentí nada ríspido. La
verdad. Nos están diciendo: uno, nos preocupa el aumento en los números
migratorios, sí, pero están ustedes entrando al gobierno; dos, el tratado se va
a aprobar, con las dificultades del caso, la política en Estados Unidos está
muy polarizada pero pensamos que sí; tres, lo del acero creemos que se puede
llegar a un acuerdo; y finalmente, creemos que la relación puede ser muy buena
en los próximos meses y años.
–¿El
ambiente entonces fue relajado?
–Sí, yo pienso que sí. En un momento
dado dijo, “el Presidente [Trump] dice tal cosa”. Él, en general es cuidadoso.
Yo diría que tiene un estilo firme y claro, pero no es un hombre que amenace.
No sentí yo que hubiera una cosa ríspida.
–¿Quiénes
estuvieron en la cena?
–John Creamer, en un momento Alfonso
de Angoitia. Él nos recibió cuando llegamos allí, tu servidor, Andrés y
Kushner.
–¿Estuvo
Beatriz Gutiérrez?
–No, ella no estuvo.
–¿Otros
funcionarios mexicanos?
–No.
–¿Kushner
llegó con su asesor sobre México?
–No lo vi. Si estaba en México no
llegó a la cena.
–¿Qué
cenaron?
–Sirvieron
algo así como un ceviche, luego nos dieron salmón. Y ya.
–¿Vino?
–Se sirvió
un vino tinto pero casi nada más se usó para brindar.
–¿Brindar?
–Bueno, como
para saludar nada más. Cuando se inició la cena. No hubo un brindis especial.
–¿Quedó
satisfecho López Obrador?
–Me dijo que le pareció interesante,
tranquilo y que había sido útil esa plática. Para él fue interesante dialogar y
escuchar a este hombre. No me hizo otro comentario.
–¿No hubo
invitación de parte de Kushner para que el Presidente visite Washington?
–No, no hizo invitación. No se habló
tampoco de que Trump viniera para acá. Ni se acordó una nueva reunión.
Simplemente se agradeció la oportunidad de la cena. Y ya, en eso quedamos.
–¿Cómo está
tu relación con Pompeo?
–Tenemos buena relación. Hablamos con
frecuencia. Con él trato las cosas diarias de la relación bilateral. Ahora no ha
habido incidentes o temas específicos que estemos hablando cada semana, pero sí
diría que nos comunicamos cada 15 días.
–¿Ha hecho
más reclamos por Venezuela?
–No, yo le expliqué en un principio
que nosotros íbamos a jugar ese papel, tener esa política y creo él entendió
que esa es nuestra postura y que no la vamos a modificar. Debo decir que no he
recibido presiones. Ni me ha dicho ‘ojalá Ustedes pudieran apoyar esto’.
Tampoco se trató en la cena el tema de Venezuela. Para nada. Pensé que a lo
mejor me decía algo pero no lo hizo.
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