jueves, 28 de marzo de 2019

Kushner no vino con un “mensaje duro” para AMLO: Ebrard; también estuvo De Angoitia, otro Televisa.


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Por Dolia Estévez.

Marcelo Ebrard negó que Jared Kushner haya viajado a México la semana pasada para transmitir un “mensaje duro” de Donald Trump al Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la insuficiencia de los esfuerzos mexicanos para frenar los flujos migratorios o que la polémica cena en la residencia de Bernardo Gómez haya sido “ríspida”.

El Canciller aseguró que el motivo del viaje a México del asesor y yerno del Presidente de Estados Unidos, fue “conocer mejor” a Andrés Manuel “y nada más”. En conversación telefónica anoche con la corresponsal, Ebrard dijo que el tema que ocupó más tiempo fue el interés de Kushner por conocer “cómo le hace Andrés para tener esa comunicación política tan interesante” con el pueblo mexicano.

El encargado de la diplomacia del Gobierno defendió el hecho de que el diálogo se haya realizado en el domicilio particular del Vicepresidente de Televisa creando así la percepción de conflicto de interés. Ebrard explicó que Kushner preguntó a Gómez si era posible tener una reunión en su casa para conocer mejor a AMLO en un marco “informal”. AMLO aceptó.

Ebrard dijo que se enteró del viaje dos días antes de que se celebrara, el martes 19 del presente mes. Argumentó que ese tipo de reuniones informales son un recurso diplomático válido. Reveló que no sólo Gómez participó en la tertulia sino también Alfonso de Angoitia, CEO del Grupo Televisa. Además de Kushner, AMLO y Ebrard, la sexta persona presente fue John Creamer, encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos.

Ebrard dijo que los temas que Kushner trató fue la preocupación de Estados Unidos por el alto auge de los flujos migratorios que en parte atribuyó a la llegada de un nuevo gobierno en México, las perspectivas de ratificación del Tratado México Canadá Estados Unidos (T-MEC) en el Senado estadounidense y la posibilidad de que Washington levante las tarifas arancelarias contra el acero y el aluminio mexicanos.

“Todo lo que dijo Kushner en la cena me lo puede decir el Secretario de Estado Mike Pompeo”, sostuvo, por lo que rechazó que haya sido una conversación delicada. Ebrard también negó fricciones en su relación con Pompeo debido a diferencias sobre Venezuela asunto que, aseguró, no fue tratado en la cena.

El de la semana pasada, fue el tercer viaje de Kushner a la Ciudad de México. En su primera visita, el 7 de marzo de 2018, fue recibido por el entonces Presidente Enrique Peña Nieto en Los Pinos y tuvo una reunión de trabajo con el Secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray. Tras el triunfo de López Obrador, Kushner regresó a México, el 13 de julio, como parte de una delegación estadounidense que incluyó a Pompeo, a la Secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen y al titular del Tesoro, Steven Mnuchin, entre otros funcionarios. Fueron recibidos por el entonces Presidente electo en su casa de campaña.

La visita relámpago de Kushner coincidió con el lanzamiento en Estados Unidos de Kushner Inc., Avaricia. Ambición. Corrupción. La extraordinaria historia de Jared Kushner e Ivanka Trump por la periodista Vicky Ward. El texto narra el sorprendente ascenso de Kushner e Ivanka en la jerarquía presidencial que la autora compara con un príncipe y una princesa en una corte imperial. Explotando los privilegios que les confiere el parentesco a Trump, han amasado un enorme poder que les abre las puertas de las capitales del mundo. Ward detalla cómo Kushner controla la relación con México.

Kushner es un personaje polémico debido a la cofradía que formó con Videgaray a lo largo de tres años. En secreto tramaron la controvertida visita de Trump a Los Pinos en plena campaña presidencial en 2016. Unas horas antes de concluir su sexenio, Peña Nieto condecoró a Kushner con el Orden del Águila Azteca en Buenos Aires en medio de fuertes criticas en México. La llegada de nuevos interlocutores mexicanos no cambió la prerrogativa de Kushner frente México como muestra el encuentro de la semana pasada.

Sobre el tema de España, Ebrard dijo que no podía compartir la carta de López Obrador al rey Felipe VI, en la que le insta a reconocer y pedir disculpas por los atropellos que España cometió en la Conquista, porque “no la tenemos en Cancillería”. Explicó que el perdón tiene “fundamento en la propia experiencia española respecto a los judíos sefaradíes, en la guerra civil y en la memoria histórica”.

La ley de Memoria Histórica citada por Ebrard:

A continuación la versión de Ebrard sobre la cena en la que estuvo presente y que generó un amplio debate en los medios y redes sociales.

–¿A qué fue Kushner a México?

–Él quería tener una conversación, un poquito informal, si se quiere. Mandó preguntar si esto era factible por conducto de la persona que hizo la cena. Nosotros dijimos que sí.

–¿Por qué informal?

–Una conversación ya sea en Cancillería o en Palacio Nacional hubiera sido bastante formal. De esta no se puede decir eso. Son recursos que puede tenerse en la relación. Quiere decir que no vino en misión oficial ni con una agenda oficial.

–¿Cuándo pidió Kushner esa reunión?

–Muy pegado a la fecha que se llevó a cabo.

–¿Salió a última hora?

–Sí.

–¿Te enteraste el mismo día?

–No, no creo. Ha de haber sido un par de días antes. No fue una cena prevista con mucha distancia.

–¿Quién propuso que fuera en casa de Gómez?

–No lo sé, probablemente Gómez lo habrá propuesto a Kushner para que fuera en un ámbito más privado. Menos oficial.

–¿Gómez y Kushner son amigos?

–Hasta lo que yo sé sí. No lo sabía pero ahora queda claro.

–¿Viajó a México explícitamente a ver al Presidente?

–Sí, él vino a México explícitamente a ver al Presidente. Quería hablar con el Presidente. No sé si haya tenido otra actividad. Fue muy poco el tiempo que estuvo en México.

–¿Horas?

–Sí, llegó en la tarde. No sé a qué hora. Fue a la cena y después regresó a Estados Unidos. No se quedó a dormir. Viajó la misma noche. Tuve reportes de que había despegado sin novedad.

–¿Corrió una versión de que se había reunido con un grupo de influencers?

–Eso no lo sé. Fue muy poco tiempo el que estuvo. Unas horas. Quería hablar con el Presidente y nada más.

–¿Se tomaron apuntes sobre lo conversado?

–No, porque pues era una cena.

–¿De qué hablaron?

–Kushner le preguntó a Andrés sobre su plan sobre todo de carácter social. Andrés le dio su punto de vista de los avances que había logrado en sus primeros 100 días de gobierno. Lo que él pensaba que se había avanzado. Kushner le preguntó sobre la comunicación política. Cómo hace Andrés para tener esa comunicación política tan interesante. Realmente ese fue el porcentaje mayor de la reunión.

–¿Pidió Kushner que México cerrara la frontera con Guatemala para frenar el reciente auge de migrantes?

–No, eso no dijo. Dijo que a ellos les llamaba la atención el aumento de lo flujos de migrantes y que se entendía que era parte de la entrada de un nuevo gobierno y que probablemente había otros factores. Pero fue bastante corta esa parte. También dijo que el T-MEC en su perspectiva podía aprobarse en los próximos meses. Y que el tema del acero [imposición de tarifas de Estados Unidos] probablemente se resolvería. Pero todos esos comentarios fueron cortos. Esos fueron los temas que se tocaron.

–¿Fue duro cuando dijo que México no está haciendo lo suficiente para detener los flujos migratorios y protestó por el traslado de migrantes en camiones de la frontera sur a la frontero norte?

–Nunca mencionó el uso de camiones. Dijo que estaban preocupados porque había subido mucho el flujo en los últimos meses, pero nunca dijo que cerráramos la frontera. Y menos dio un mensaje duro del Presidente Trump sobre la frontera sur.

–¿Transmitió un mensaje específico de parte de Trump?

–No, todo lo que dijo en la cena me lo puede decir el Secretario Pompeo, como se lo puede decir Nielsen a la Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero. Sobre el tratado recientemente hubo una reunión en Washington. O sea, no había un motivo derivado de esos temas que ameritara la reunió con Kushner. A mí la impresión que me dio era que quería hablar con el Presidente.

–¿Para qué quería hablar con el Presidente?

–Para ubicarlo. Conocerlo mejor. Nunca había platicado con él. Kushner vino en julio de 2018, pero eso fue muy superficial. No hubo manera. Y ahora sí tuvo una conversación más larga. No entendí que hubo un mensaje de Trump y la verdad es que para eso no se necesitaría que él viniera.

–¿Hubo momentos ríspidos?

–No. No, no sentí nada ríspido. La verdad. Nos están diciendo: uno, nos preocupa el aumento en los números migratorios, sí, pero están ustedes entrando al gobierno; dos, el tratado se va a aprobar, con las dificultades del caso, la política en Estados Unidos está muy polarizada pero pensamos que sí; tres, lo del acero creemos que se puede llegar a un acuerdo; y finalmente, creemos que la relación puede ser muy buena en los próximos meses y años.

–¿El ambiente entonces fue relajado?

–Sí, yo pienso que sí. En un momento dado dijo, “el Presidente [Trump] dice tal cosa”. Él, en general es cuidadoso. Yo diría que tiene un estilo firme y claro, pero no es un hombre que amenace. No sentí yo que hubiera una cosa ríspida.

–¿Quiénes estuvieron en la cena?

–John Creamer, en un momento Alfonso de Angoitia. Él nos recibió cuando llegamos allí, tu servidor, Andrés y Kushner.

–¿Estuvo Beatriz Gutiérrez?

–No, ella no estuvo.

–¿Otros funcionarios mexicanos?

–No.

–¿Kushner llegó con su asesor sobre México?

–No lo vi. Si estaba en México no llegó a la cena.

–¿Qué cenaron?

–Sirvieron algo así como un ceviche, luego nos dieron salmón. Y ya.

–¿Vino?

–Se sirvió un vino tinto pero casi nada más se usó para brindar.

–¿Brindar?

–Bueno, como para saludar nada más. Cuando se inició la cena. No hubo un brindis especial.

–¿Quedó satisfecho López Obrador?

–Me dijo que le pareció interesante, tranquilo y que había sido útil esa plática. Para él fue interesante dialogar y escuchar a este hombre. No me hizo otro comentario.

–¿No hubo invitación de parte de Kushner para que el Presidente visite Washington?

–No, no hizo invitación. No se habló tampoco de que Trump viniera para acá. Ni se acordó una nueva reunión. Simplemente se agradeció la oportunidad de la cena. Y ya, en eso quedamos.

–¿Cómo está tu relación con Pompeo?

–Tenemos buena relación. Hablamos con frecuencia. Con él trato las cosas diarias de la relación bilateral. Ahora no ha habido incidentes o temas específicos que estemos hablando cada semana, pero sí diría que nos comunicamos cada 15 días.

–¿Ha hecho más reclamos por Venezuela?

–No, yo le expliqué en un principio que nosotros íbamos a jugar ese papel, tener esa política y creo él entendió que esa es nuestra postura y que no la vamos a modificar. Debo decir que no he recibido presiones. Ni me ha dicho ‘ojalá Ustedes pudieran apoyar esto’. Tampoco se trató en la cena el tema de Venezuela. Para nada. Pensé que a lo mejor me decía algo pero no lo hizo.

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