Georgina
Morett.
Hay un lugar
en el que cualquiera temería ser mencionado y que cuando oyes tu nombre debes
temblar por muchos días, porque es muy probable que venga una terrible
venganza.
Y si no lo
creen, pregúntenle al titular de la Comisión Reguladora de Energía (CRE),
Guillermo Ignacio García Alcocer, a quien, de acuerdo con el periódico Reforma,
la secretaría de la Función Pública (SFP) le abrió cuatro expedientes.
Sin duda,
los comunicadores son un grupo de los que más descalificaciones reciben en ese
espacio que llaman ‘la mañanera’, en el que el presidente Andrés Manuel López Obrador
habla entre una hora y dos para informar, desinformar y hasta calumniar.
A una parte
de la prensa la describió como “fantoches, conservadores, sabelotodos,
hipócritas, doble cara”, que hacen cuestionamientos sin ton ni son.
El
periodista Ciro Gómez Leyva hizo un interesante ejercicio en el que entrevistó
a diferentes abogados para preguntarles si el Presidente tiene pleno derecho a
expresarse así.
Fernando
Gómez Mont señaló que el marco en que se dan esas descalificaciones es muy
importante, porque se trata de “espacios institucionales donde señala estar en
cumplimiento de su obligación al derecho de información pública que debe a los
gobernados en su calidad de presidente de la República”.
Y explica
que, por esta razón, no le es dable ejercer derechos personales porque está
actuando como órgano del Estado mexicano y cualquier apropiación personal de
espacios implicaría un abuso de los recursos del Estado.
Y considera
que si alguien se siente ofendido, habría que explorar si se trata de actos de
responsabilidad patrimonial del Estado reclamados por la vía administrativa y
se exijan derechos de reparación del daño.
El abogado
Agustín Vargas señaló categórico que el Estado no goza de libertad de
expresión, por lo que ninguna autoridad puede hacer uso de las garantías y
derechos fundamentales que tenemos los ciudadanos.
Para lo cual
hizo referencia a una sentencia de la Suprema Corte, el expediente 2931/ 2015,
en la que se señala que el Estado y sus instituciones no son titulares de
derechos fundamentales. Las instituciones públicas sólo pueden llevar a cabo
aquello que les es ordenado o facultado expresamente. El problema es que violar
la ley no detiene al Presidente.
INM:
acciones neoliberales.
Donde las
cosas también están muy mal es en el Instituto Nacional de Migración, organismo
dependiente de la Secretaría de Gobernación. No pueden ordenar un directorio y
ya quieren cambiar la Ley de Migración y repetir lo que hacían los gobiernos
neoliberales.
Aunque ahora
lo encabeza un académico importado del Colegio de la Frontera Norte, Tonatiuh
Guillén López, con muchos títulos, pero sin experiencia alguna, en el
directorio del IMN, consultado vía INAI, siguen apareciendo Ardelio Vargas
Fosado, como comisionado, entre otros.
No pueden
actualizar un directorio, pero, eso sí, ya la secretaria Olga Sánchez Cordero
anuncia como novedosa una acción que puso en marcha el comisionado Felipe de
Jesús Preciado Coronado, allá por el año 2000: utilizar el Istmo de Tehuantepec
para frenar la migración centroamericana, como se lo propuso Estados Unidos.
No es
casualidad que la secretaria Sánchez Cordero anuncie la misma medida justo
después de reunirse con la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos,
Kirstjen Nielsen, quien, según la versión de la propia mexicana, le ofreció el
apoyo de Estados Unidos para un paquete de acciones que buscará contener el
paso de la “caravana madre” que se está organizando en Centroamérica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.