Por Dolia Estévez.
Es poco probable que la llegada de Christopher Landau a la
Embajada de Estados Unidos en México debilite el control que tiene Jared
Kushner de la relación con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. “Yo no
quisiera su chamba, de verdad no, porque sobre mí estaría alguien que es un
backchannel”, me dijo Christopher Sabatini, Profesor de Asuntos Internacionales
y Públicos de la Universidad de Columbia, en referencia al termino que se usa
para describir un canal diplomático extraoficial. “Duele porque los embajadores
en México son percibidos como si fueran más grandes que la vida”. El Embajador
John Feeley, quien renunció al Servicio Exterior de carrera en desacuerdo con
las políticas de Trump, presiente que Kushner no se la pondrá fácil a Landau.
“No creo que Kushner ceda su territorio y creo que Landau se va a frustrar”.
Esta semana la Casa Blanca envió al Senado el nombramiento de
Landau como Embajador en México para su ratificación. No se anticipa que el
socio del exclusivo despacho de abogados Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan
enfrente obstáculos. “Christopher navegará suavemente a través del proceso de
confirmación”, previó Sabatini, autor de un reciente ensayo en Foreign Affairs
sobre el obsoleto y politizado tramite de ratificación al que se somete a los
diplomáticos de carrera en el Senado.
George Landau, el finado padre de Christopher, fue un
conocido Embajador de carrera que estuvo designado en Venezuela y otros países
latinoamericanos. Fue muy crítico de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y conservador
hacia Cuba. “Su hijo es visto como un paladín [de causas conservadoras] entre
los legisladores que tienden a bloquear nombramientos”, dijo Sabatini en
alusión al Senador Marco Rubio, influyente miembro de la Comisión de Relaciones
Exteriores quien bloqueó la ratificación de dos diplomáticos de carrera
escogidos para embajadores en Colombia y Honduras porque trabajaron en el
Departamento de Estado cuando se restablecieron relaciones con Cuba. “Los
antecedentes y la inclinación política de Christopher no lo relacionan a las
políticas de Obama hacia Cuba que Rubio ama odiar. Landau pasa todas las
pruebas de fuego que tradicionalmente pone Rubio para poder ser Embajador en el
hemisferio”.
Está por verse si Landau, quien habla bien español pero que
carece de experiencia diplomática, se conformará con ser el escudero de
Kushner. “Landau es el escogido de la Administración Trump [su predecesora fue
nombrada por Obama] y una designación política, no un diplomático de carrera.
Por lo tanto, no visualizo un reto al papel de Kushner proveniente de la
Embajada”, me dijo Shannon O’Neil, especialista sobre México en el Consejo de
Relaciones Exteriores. El Embajador Anthony Wayne cree que Kushner seguirá
siendo “clave” y que “ambos se esforzarán en trabajar bien conjuntamente”. El
segundo emisario de Obama a México descartó que la entrada de Landau al
escenario bilateral vaya a reducir las funciones de Kushner o generar
rivalidades entre los dos. Más bien serían aliados.
Se espera que pronto Landau comparezca ante el Senado donde
seguramente los demócratas querrán conocer su posición sobre el muro y las
políticas antimigrantes del Gobierno que va a representar. Landau aprobó los
rigurosos exámenes de confianza del FBI por lo que se descartan sorpresas con
el potencial de descarrilar su nombramiento. “Los demócratas usarán la
audiencia para hacer trizas la política migratoria de Trump, pero su
nombramiento saldrá sin problemas”, me dijo Feeley.
Entre los clientes mexicanos presentes y pasados de Quinn
Emanuel-donde Landau aún trabaja–están algunas de las empresas más poderosas de
México como Televisa, Grupo Salinas y Grupo Empresarial Ángeles, así como la
compañía Oro Negro y los empresarios multimillonarios Fernando y Leopoldo
Espinosa Abdalá, según verifiqué en el sitio de Internet del despacho. En 2017,
Oro Negro contrató a Quinn Emanuel para demandar a Pemex por presunto intento
de soborno. Los inversionistas estadounidenses y europeos de Oro Negro buscan
que Pemex les pague entre 500 y 700 millones de dólares de compensación. Juan
P. Morillo, abogado de Quinn Emanuel a cargo del litigio contra Pemex, declaró
en agosto pasado que esperaba que López Obrador resolviera el problema pues
prometió que reabriría contratos petroleros para ver si había corrupción
(Forbes México 10/08/2018).
El desempeño legal de Landau, abogado de apelaciones ante
cortes estadounidenses, no tiene relación con el litigio internacional de su
firma contra Pemex, por lo que no presenta conflicto de interés, según expertos
consultados. “No hay un problema ético de tipo legal. Si Landau hubiera
representado personalmente a clientes corporativos o a corporaciones estatales
mexicanos, entonces tendría que abstenerse de manejar ciertos asuntos
específicos que involucraran a esos clientes, pero eso no afectaría su
habilidad para ser embajador”, me dijo Stephen Gillers, profesor de la Escuela
de Derecho de la Universidad de Nueva York. “En todo caso, Landau deberá romper
sus lazo con Quinn. Su designación no afectará a Quinn siempre y cuando Landau
renuncie y no represente a la Administra Trump en México como abogado sino como
diplomático”, explicó el jurista especializado en ética legal.
De ahí que el mayor reto que enfrentará Landau no estará en
el Senado, sino en la Casa Blanca, donde el primer yerno puede marginarlo en lo
que considera su patio trasero: México. De ser así, Landau estaría reduciendo
sus atribuciones al de simple facilitador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.