Dolores
Padierna.
Para
enfrentar la pandemia, el gobierno de México ha tomado medidas correctas,
fundadas en criterios técnicos y científicos, alineados con las mejores
prácticas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.
En
comparación con los casos de otros países, México tiene una situación de
oportunidad para frenar la curva epidémica. Que quede claro: en este momento,
el objetivo primordial es reducir el acelerado número de contagios para evitar
que los hospitales y centros de salud se saturen. Sólo si evitamos la
saturación del sistema de salud, se podrá dar una mejor atención a los enfermos
graves.
No debemos
cansarnos de repetirlo: es indispensable que todas y todos, de forma masiva,
nos quedemos en casa durante un mes. Quédate en casa es el mensaje, porque es
la única manera de reducir la transmisión de este virus. Si te quedas en casa,
te proteges a ti, a tu familia, a tus vecinos, a todos.
Es tiempo de
cuidar a nuestras familias, pero también es tiempo de cuidar nuestra vida en
comunidad. Por la experiencia de otros países, sabemos que la pandemia no sólo
daña la salud sino también las economías. Los gobiernos federal y de la Ciudad
de México realizan diversas acciones de apoyo a la economía familiar. Todos
podemos poner nuestra parte si consumimos local, en la tienda o el mercado de
barrio, si apoyamos a los vecinos que tienen un pequeño negocio de abarrotes o
comida.
La pandemia
traerá consecuencias económicas, sociales y políticas cuyo alcance
desconocemos, aunque no resultan halagüeñas las proyecciones que han hecho
especialistas de diversas disciplinas.
También
comienzan a multiplicarse las propuestas e iniciativas para encarar la crisis
económica por venir. El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica
(CELAG) ha solicitado, por ejemplo, la condonación de la deuda externa soberana
de los países de América Latina por parte del FMI y otros organismos
multilaterales (BID, BM, CAF). El organismo ha instado a los acreedores
privados internacionales a que acepten un proceso inmediato de reestructuración
de la deuda que contemple una mora absoluta de dos años sin intereses.
Por su
parte, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
(UNCTAD) ha asegurado que el impacto de la pandemia será más dramático que
durante la crisis de 2008. De ahí que solicitó a la comunidad internacional un
paquete de 2.5 billones de dólares para asistir a los países en desarrollo.
Con esa
petición, la UNCTAD emitió una estrategia de cuatro puntos (el segundo es
precisamente parar inmediatamente los pagos de las deudas nacionales).
Igualmente,
plantea inyectar un billón de dólares de liquidez a los países que se han
quedado atrás mediante la reasignación de los derechos especiales de retiros
del FMI y añadir una nueva partida mayor a la que se implementó en 2009 para
responder a la crisis financiera mundial.
Otro punto
es diseñar un Plan Marshall para la recuperación sanitaria con financiamiento
de las partidas de asistencia oficial al desarrollo que los países
desarrollados han prometido, pero no entregado.
Igualmente,
propone establecer políticas de control para restringir el aumento de la salida
de flujos de capital y frenar la disminución de los precios de las divisas y
los activos.
La
estrategia de la UNCTAD surgió a partir de un informe (*) que muestra que en
los dos meses transcurridos desde que el Covid-19 empezó a extenderse fuera de
China, los países en desarrollo han sufrido un enorme impacto: 1) salida de
capitales (sólo de febrero a marzo salieron más de 59 mil millones de dólares
de capitales de las economía emergentes, más del doble que tras la crisis de
2008), 2) aumento de la percepción de riesgo de sus bonos, 3) devaluación de
sus monedas (han caído entre el 5 y el 25 por ciento frente al dólar en lo que
va del año) y 4) pérdida de ingresos por exportaciones, además de la caída de
precios de las materias primas (37 por ciento desde el inicio de la crisis) y
la baja de ingresos por turismo.
Mientras se
hace lo propio en nuestro territorio, México está obligado a impulsar en los
foros internacionales políticas a favor de las poblaciones que resultarán más
afectadas con esta crisis.
(*) UNCTAD, “The COVID-19 Shock to Developing
Countries”, marzo 2020, Dirección URL:
https://unctad.org/en/PublicationsLibrary/gds_tdr2019_covid2_en.pdf
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