El obispo de la diócesis de
Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reveló que la semana pasada se
reunió con un narcotraficante de la zona de la Sierra, quien se comprometió a
colaborar con el gobierno y no coaccionar el voto en este proceso electoral.
De acuerdo
con el jerarca católico, el pasado 30 de
marzo subió a la Sierra para “agradecer” al presunto delincuente su decisión de
restablecer el servicio de agua y luz para los habitantes del poblado de Pueblo
Viejo, municipio de Heliodoro Castillo, lugar donde dos bandas delincuenciales
mantienen una confrontación por el control de las zonas de producción y
trasiego de goma de opio.
Esa franja,
considerada como la principal zona productora de heroína en la entidad y el
país, actualmente es disputada por Isaac Navarrete Celis, El Señor de la I,
afincado en Chichihualco, municipio de Leonardo Bravo, y Onésimo Marquina, El
Necho, cuyo bastión se encuentra en Tlacotepec, según reportes del gobierno
estatal.
Ayer, en
declaraciones públicas, Rangel Mendoza
sostuvo que el narcotraficante con quien se reunió asumió el compromiso de
bajar el nivel de violencia en la Sierra y no interferir en el proceso
electoral, pero planteó dos condiciones: “que los candidatos no repartan dinero
para comprar el voto, sino que realicen obras en la Sierra, y que cumplan sus
promesas de campaña porque la gente está molesta ante la indiferencia
gubernamental y política”.
Agregó: “Ellos hicieron ese compromiso conmigo y
espero que lo respeten, yo espero que sí”.
Y dijo que el líder delincuencial le informó
que los últimos asesinatos en la capital del estado, entre ellos el de un
estudiante universitario, no están relacionados con el crimen organizado y que
más bien se trató de ajuste de cuentas por motivos personales.
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