Tatiana Clouthier.
La Navidad y el fin de año se acercan y –como es normal– la
vida en estas fechas se agita y las reuniones aumentan, limitando el tiempo de
las personas.
Este año cargó con elecciones y, todo lo que esto conllevó,
sin duda ha sido un año de muchas y difíciles tareas. Adicional a esto, la
elección de Monterrey, capital del estado de Nuevo León, se anuló, por lo cual
habremos de ir a una nueva elección.
Por un lado, uno puede
pensar acerca de la alegría que supone repetir un proceso viciado y manchado;
por otro, tenemos el tema de la pertinencia de la fecha, puesto que esta
elección se repetirá el día 23 de diciembre, según se publicó en el calendario
de la Comisión Estatal Electoral.
Escuchó bien, el 23 de
diciembre habrá que ir a ejercer el derecho a votar en la ciudad más poblada de
Nuevo León. En medio de las compras, los aguinaldos, los trajines, el pan o los
tamales, las y los ciudadanos de Monterrey deberán pensar a quién elegir como
su próximo alcalde. Sumado a esto, también se encuentra el hecho de que la
elección se realizará a tan solo 24 horas de la Nochebuena.
El reto es enorme. Por un lado, para la autoridad electoral, quien tendrá que cuidar el proceso,
velando por el resguardo de las casillas, así como asegurándose de que los
representantes asistan en tiempo y forma.
Por otro lado, los
partidos políticos participantes tendrán que hacer lo mismo; conseguir y
capacitar quien los represente en las mesas y, sobre todo, incentivarlos para
que no los abandonen, pues al día siguiente a la elección se celebrará la
Nochebuena.
El día 23 de diciembre
algunos estarán trabajando hasta tarde, dado que así lo demandan sus
actividades. Otras personas deberán cocinar o hacer tareas previas con el fin
de que la cena familiar sea un espacio de interacción grata y amena, o la
festividad religiosa se cumpla en tiempo y forma.
Sin duda, la fórmula
que habrá de ganar será aquella que pueda movilizar más gente al día de la
elección, pues por gusto o iniciativa propia lo harán muy pocos. No obstante
esto, la sorpresa llegará cuando nadie esté atento, pues el fin de año, las
vacaciones, la borrachera y los Reyes Magos nos tendrán distraídos.
Suerte a los contendientes y ojalá me equivoque y sí sean
unas elecciones bastante concurridas. “El 23 de diciembre habrá que ir a
ejercer el derecho a votar en la ciudad más poblada de NL”
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