Por Jesusa
Cervantes.
Por unanimidad, la Cámara de
Diputados desapareció este jueves la llamada “partida presidencial”, con lo que
deja de existir la caja chica que los presidentes de la República utilizaban de
manera discrecional.
Con 437
votos a favor y el respaldo de todos los grupos parlamentarios, los legisladores dieron luz verde a las
modificaciones al artículo 74 de la Constitución que propuso el diputado de
Morena, Pablo Gómez, desde el pasado 20 de noviembre.
El párrafo
tercero de la fracción IV del citado artículo establece: “No podrá haber otras partidas secretas fuera de las que se consideren
necesarias, con ese carácter, en el mismo presupuesto; las que emplearán los
secretarios por acuerdo escrito del presidente de la República”.
Ahora, a
partir de la aprobación, se elimina de
tajo cualquier partida de ese tipo: “No podrá haber otras partidas secretas en
el Presupuesto de Egresos de la Federación”.
Desde
tribuna, la presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales, Miroslava Carrillo, sostuvo que en temas
presupuestales “no debe existir secrecía alguna, y mucho menos cuando los
recursos del erario público sean transferidos a particulares”.
En tanto, el
promotor de la reforma, Pablo Gómez,
recordó que durante años estas partidas no fueron utilizadas por los
secretarios de Estado, “las usaba directamente el presidente de la República
sin ningún acuerdo escrito de él mismo. Las entregaba a quien quería, cuando
quería y para lo que quería.
“Coincidentemente, el presidente
tenía más gastos cuando había elecciones que cuando no las había”, agregó.
Para ver el
alcance del manejo discrecional y los elevados montos de dicha partida, el morenista recordó que durante el primer
año de gobierno de Carlos Salinas de Gortari la “partida secreta” fue de 102
millones de dólares, incrementándose a 190 millones de dólares al cierre de su
administración.
Dijo que mucha gente luchó no sólo
contra la “partida secreta”, sino también contra todos los gastos
discrecionales, como el financiamiento de la actividad política a través del
presupuesto, la corrupción y la práctica de sustraer fondos públicos para
aumentar la fortuna de servidores públicos y de empresarios.
“Hoy, en el momento en que la Cámara
se apresta a votar por un precepto que diga: ‘No habrá partida secreta en el
Presupuesto de Egresos de la Federación’, rendimos homenaje a los periodistas
valientes, a los políticos que se la rifaron en la denuncia, en la lucha contra
los gastos discrecionales del presidente”, subrayó el morenista.
El Partido
Revolucionario Institucional (PRI),
creador de dicha partida y de su uso discrecional durante años, se pronunció a
favor de la desaparición.
A través del
diputado Fernando Galindo, exsubsecretario de Hacienda en la administración de
Enrique Peña Nieto y uno de los operadores de José Antonio Meade, los priistas advirtieron que “más allá de
tener o no una partida secreta, lo que tenemos que buscar es que cada peso de
los mexicanos se gaste de manera eficiente, pero sobre todo en procesos
competitivos”.
Luego aclaró que en los últimos 15
años dicha “partida secreta” no se ha utilizado.
“Que quede bien claro, por más de 15
años ha habido una prohibición expresa dentro del decreto de Presupuesto de
Egresos de la Federación para utilizar una partida secreta.
“Con esto quiero decir que en los
últimos años el Ejecutivo federal no ha utilizado una partida secreta, es por
ello que en el grupo parlamentario del PRI estamos a favor de eliminar la
posibilidad de tener una partida secreta en el Presupuesto de Egresos de la
Federación”.
Marcos
Aguilar, del Partido Acción Nacional
(PAN), que ha tenido acceso a dicha partida y su discreción, soltó: “Este
recurso lamentablemente ha sido utilizado y destinado para propósitos
completamente distintos, y los ciudadanos no han tenido derecho de conocer el
destino de estos fondos”.
El Partido
de la Revolución Democrática (PRD)
consideró que la desaparición de la “partida secreta” no es suficiente, y acusó
al Ejecutivo federal de manejar los recursos públicos con intenciones
clientelares.
“En los apenas cuatro meses que tiene
este sexenio, de la manera más burda y cínica, el dinero destinado a comprar
clientelas se regala como bondadosa dádiva entre los más necesitados, abusando
de las necesidades más básicas de la población, arropando la pobreza desde el
hálito de su perpetuación a través de la bondad de la figura presidencial”, subrayó, Raymundo García.
El Partido
del Trabajo (PT), que forma parte de la
alianza entre Morena y Encuentro Social (PES), dijo –a través de la diputada
Maribel Martínez– que con esta reforma constitucional que elimina la “partida
secreta”, “la regla será que cada peso ejercido podrá ser auditado;
eliminaremos un obstáculo que impedía al ciudadano conocer en qué se usa, en
qué se gasta cada peso en manos del gobierno”.
Por su lado,
Jesús Carlos Vidal, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que en el 2000 fue en alianza con el PAN, en 2006 y 2012 con el
PRI, y ahora en la Cámara de Diputados ha establecido un acuerdo legislativo
con Morena, puntualizó:
“La administración de los fondos
públicos debe ser razonable, equitativa y sobre todo apegada a derecho. De tal
suerte que resulta inadmisible la existencia de las ‘partidas secretas’ en el
texto constitucional”.
La
modificación deberá ser avalada por el Senado de la República y por 17
congresos locales, ya que se trata de una reforma constitucional.
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