Siempre detrás –invisibles ante la opinión pública pero
influyentes en Los Pinos–, siete hombres
y tres mujeres integran el círculo de asesores más cercano a Enrique Peña
Nieto. Ellos fueron corresponsables del estilo de gobernar del Jefe del
Ejecutivo. Escribieron discursos, pasaron tarjetas, hicieron recomendaciones y
propusieron enmiendas luego de los frecuentes desatinos. Los salarios mensuales
de quienes hablaron al oído al Presidente fluctuaron entre los 204 mil y los 87
mil pesos, lo que coloca a algunos con sueldos comparables con los de un
Secretario de Estado.
De acuerdo con la estructura orgánica de la Presidencia de la
República, cuatro consejeros se
concentraron en la redacción de discursos y en ofrecer clases de oratoria al
Presidente, dos se dedicaron al análisis de indicadores económicos, una
participó en proyectos especiales, otra se concentró en la agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible y una más se desempeñó como secretaria técnica. La lista
la completa el coordinador del grupo compacto. El equipo tuvo apenas tres
cambios durante el sexenio.
Para cubrir los salarios de los diez asesores, el Gobierno erogó, durante la presente
administración, poco más de 87 millones de pesos. Una cuarta parte de estos
recursos se concentró en asesoría del discurso.
Los superasesores de
Peña Nieto estuvieron a la sombra del silencio tras la desaparición de los
estudiantes de Ayotzinapa y frente a las reacciones por la adquisición de la
Casa blanca. A juzgar por los niveles de popularidad del Presidente, sus
propuestas provocaron más furias que aplausos. VICE consultó el Portal de
Obligaciones de Transparencia (POT) para conocer los ingresos de este grupo de
consejeros.
LOS ESCRITORES “FANTASMA”
El discurso
presidencial estuvo permeado por lapsus, gazapos, dislates, traspiés
lingüísticos y enredos. Así pasó a la memoria de los ciudadanos y, a querer o
no, generó una inagotable industria de memes. Detrás de las palabras de Peña
Nieto hubo un equipo de escritores “sombra” o “fantasma”. De hecho, los datos públicos indican que la asesoría se concentró más en la
elaboración de discursos que en cualquier otro aspecto.
Entre quienes arrastraron el lápiz se encuentran Vicente Barrera Rodríguez, con un sueldo
bruto mensual de 119 mil 253 pesos al mes, así como Gonzalo Juan Carlos Canseco
Gómez, Raúl Hermosillo Carmona y César Augusto Cíntora Ordóñez, con 87 mil 312
pesos al mes, cada uno. No sólo elaboraron piezas y tarjetas de apoyo, también
le dieron clases de oratoria a Peña Nieto.
De 2012 a 2017, Peña
Nieto tuvo como escritor y maestro de oratoria a Ilhuicamina Díaz Méndez, quien
ocupó la Dirección del Discurso. Luego fue sustituido por Gonzalo Juan Carlos
Canseco Gómez, quien desempeña ese puesto hasta estos días.
Díaz Méndez –quien
estuvo con Peña Nieto en el gobierno del Estado de México– fue el autor de la
frase “Rosario, no te preocupes. Hay que aguantar” (Lanzamiento de la Cruzada
Nacional contra el Hambre, 2013). También de expresiones que, envueltas en controversia,
pasaron a la historia, pero además contribuyeron en la caída de aceptación de
la gestión presidencial: “La corrupción es un asunto cultural” (Entrevista en
Televisa, 2014), “Nadie despierta, un presidente no creo que se levante, ni
creo que se haya levantado pensando, y perdón que lo diga, (en) cómo joder a
México” (Foro Impulsando a México, 2016). “¿Qué hubieran hecho ustedes?”
(Gasolinazo, 2016).
Canseco Gómez, a su
vez, lidió con el chiste de “Estamos a un minuto de llegar, no, menos, como a
cinco” (dislate del presidente en el avión presidencial, septiembre 2017), el
“México se ha volvido” (discurso en París ante la OCDE, diciembre 2017) y ese
asegurar de que el Instituto Politécnico Nacional (IPN) tiene 40 o 50 décadas
de fundado (Entrega de la medalla Lázaro Cárdenas, noviembre 2017).
PAULINA, ASESORA DE FELICIDAD.
“El peñanietismo pasará
a la historia con una imparable cadena de estragos. Las estrategias dentro de
Los Pinos nunca salieron bien para crear un personaje empático con sus
gobernados. El hombre que aparecía en medio de las multitudes durante la
campaña se difuminó apenas promulgó las reformas estructurales y enfrentó
verdaderas complicaciones de gobierno. Al final, hay un deterioro notable de la
figura presidencial”,
evalúa el politólogo Eduardo Huchim May, uno de los observadores más críticos
de la administración que está por expirar.
Pese a ello, el 13 de febrero de 2018, Peña Nieto tomó la decisión de integrar a México en la Coalición por
la Felicidad, una iniciativa multinacional con el objetivo de generar políticas
públicas para el bienestar social y de los ciudadanos. En aquella ocasión
figuró una de sus asesoras, Paulina Terrazas Valdés, quien firmó el documento
constituyente de la coalición en la que también están Emiratos Árabes Unidos,
Costa Rica, Portugal, Eslovenia y Kazajistán, en la VI Cumbre Mundial del
Gobierno, efectuada en Dubai.
Ante reporteros, justificó: “De lo que se trata es de comenzar a repensar en la felicidad como
uno de los objetivos del gobierno, aunque el término felicidad puede ser aún
hoy muy controvertido (…) Nos estamos comprometiendo a discutir y a debatir el
asunto de la felicidad con toda la seriedad del gobierno y, más allá de la
teoría, empezamos a tomar nota, a dar pasos concretos (…) para que esa teoría
incida en la política pública”.
Terrazas Valdés es
responsable de la Unidad de Proyectos Especiales. Percibe cada mes un sueldo
bruto de 163 mil 437 pesos. Tiene una licenciatura por el Centro de
Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en Relaciones Internacionales y una
Maestría por The London School of Economics and Political Science. Ha
participado como asesora desde que Peña Nieto tomó posesión y hasta ahora.
Alfredo Paredes Zamora, director de un equipo de mercadólogos
políticos en Capitol Consulting & Communication, agencia con sede en México
y Miami, Florida, comenta a VICE que la
integración de México a esa coalición es “el mejor remate de un gobierno
descarrilado. Los tropiezos tanto en los conocidos gazapos de Peña Nieto como
en las decisiones políticas terminaron por averiar la figura presidencial. Fue
una construcción mal hecha que en sus últimos días puede incurrir en cualquier
acto de surrealismo”.
EL PRINCIPAL CONSEJERO.
El primer coordinador
de estos consejeros fue Francisco Guzmán Ortiz, quien ocupó el cargo de
diciembre de 2012 a agosto de 2015. A partir de mayo de 2016 fue nombrado
Carlos Pérez Verdía Canales, quien continúa en funciones por lo que es, en
estos días, el asesor principal de Peña Nieto. Este trabajo, pagado con 203 mil
487 pesos, consiste en formular “los estudios, opiniones y recomendaciones que
resulten convenientes según la coyuntura nacional”. A pesar de su peso
determinante, la posición se mantuvo acéfala durante ocho meses.
Guzmán Ortiz fue el
asesor de Peña Nieto mientras se promulgaban las reformas estructurales y luego
durante la crisis que ocasionó la revelación periodística de que poseía una
mansión mediante un crédito de uno de los contratistas del Gobierno, así como
cuando 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecieron y Peña Nieto los
llamó “afectados”.
Verdía Canales, de 50
años, fue subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones
Exteriores (SRE), donde también fue coordinador de asesores. Sus jefes fueron los entonces
cancilleres Claudia Ruiz Massieu –actual presidenta del PRI– y José Antonio
Meade –ex candidato presidencial del PRI–. También tuvo cargos en el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco de México. Luego de terminar la
licenciatura en la Universidad Iberoamericana hizo un doctorado en Economía por
la Universidad de Chicago.
Al actual coordinador
del grupo de asesores le tocó aconsejar al Presidente cuando recibió a Donald
Trump en Los Pinos, luego de que el entonces candidato maltratara sin descanso
a los mexicanos.
La ratificación de
Alfredo Castillo en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade)
también pasó por su escritorio, pese a que el funcionario acreditó a su novia
en la delegación mexicana que participó en las Olimpiadas de Brasil.
Verdía Canales fungía
como jefe de asesores cuando Peña Nieto pronunció el discurso en que pidió
perdón a los mexicanos después de 18 meses del escándalo de la Casa blanca. Lo
asesora aún en estos meses de despedida.
LOS ASESORES DE EPN.
1.- Carlos Pérez
Verdía Canales.
Coordinador de Asesores del presidente
Percepciones brutas al mes: 204,400.00
Inició en el cargo en 2016
Anterior en el cargo: Francisco Guzmán Ortiz, de 2012 a 2015
Grado máximo de estudios: Doctorado
* Posición acéfala de agosto de 2015 a mayo de 2016
2.- Paulina Terrazas
Valdés.
Responsable de la Unidad de Proyectos Especiales
Funciones: coordinación, seguimiento, análisis
Sueldo bruto: 163,437.32
Inició en el cargo en 2012
Se mantiene en el cargo
Grado máximo de estudios: Maestría
3.- Gonzalo Juan
Carlos Canseco Gómez.
Director General del Discurso
Funciones: Escritor de discursos
Sueldo bruto: 87,312.81
Inició en el cargo en 2017
Anterior: Ilhuicamina Díaz Méndez, de 2012 a 2017
Grado máximo de estudios: Licenciatura
4.- Alicia Félix
Mendoza.
Directora General de Análisis
Sueldo bruto: 174,185.36
Funciones: Análisis de políticas públicas e indicadores
económicos
Inició en el cargo en 2013
Se mantiene en el cargo
Grado máximo de estudios: Maestría
5.- Raúl Hermosillo
Carmona.
Director General Adjunto de Discurso
Funciones: Elaboración de discursos, líneas discursivas,
guiones temáticos, tarjetas de apoyo
Sueldo bruto: 87,312.81
Inició en el cargo en 2015
Anterior en el cargo: Alfonso Nava de los Reyes, de 2012 a
2015
Grado máximo de estudios: Maestría
6.- Mario Neftalí
Chocoteco Hernández.
Director General Adjunto de la Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible
Funciones: Asesoría para la creación de estrategias con fines
a un futuro con mayor salud ambiental
Sueldo bruto: 119,253.41
Inició en el cargo en 2012
Se mantiene en el cargo
Grado máximo de estudios: Licenciatura
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