Araceli
Damián.
Los empresarios, particularmente los
que representa Claudio X. González a través de su asociación “Mexicanos
Primero”, tienen varios años interviniendo en las directrices de la política
educativa en México, a pesar de que es responsabilidad del Estado diseñar e
implementar la política educativa. Este grupo es el que estuvo detrás de la
“reforma educativa”, que en los hechos no es más que una reforma laboral que
busca dominar al magisterio, violando sus derechos laborales.
La relación entre los maestros y el
gobierno federal es controvertida y se caracteriza por fuertes conflictos y
confrontaciones (como el del movimiento magisterial de 1956-1960, encabezada
por Othón Salazar), por lo que los gobiernos priistas, y luego los panistas,
han pactado con los líderes charros del Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Educación (SNTE), a quienes han dado apoyos diversos a cambio del control
magisterial.
La fuerza
política del SNTE tomó un nuevo aliento con la descentralización de la
educación de 1992, ya que, al transferir el personal magisterial de la
federación a los estados, se trasladó también parte de las negociaciones
salariales favoreciendo al sindicato. Como plantea Andere (1) “antes de 1992, la negociación se llevaba a
cabo entre el Poder Ejecutivo Federal y el SNTE; es decir, era una situación de
monopolio bilateral” ahora los gobiernos estatales se enfrentan a un poder
institucional nacional: el SNTE. De esta forma, se generaron incentivos
perversos que fueron aprovechados por la cúpula sindical para generar mayores
beneficios, desprestigiando aún más el trabajo realizado por los maestros.
Los
promotores de la reforma educativa
aprovecharon el descrédito del SNTE para satanizar y responsabilizar al
magisterio del bajo desempeño escolar de los alumnos mexicanos en exámenes
internacionales estandarizados, ignorando que el problema de la educación tiene
raíces más profundas, en las que el empresariado y el gobierno han contribuido
al ser cómplices del deterioro educativo.
Históricamente
la educación de las clases bajas ha sido un tema de discusión entre las élites.
Por ejemplo, en 1705, Bernard Mandeville, un médico psiquiatra y filósofo
publicó en Inglaterra La fábula de las abejas: o, vicios privados, beneficios
públicos, en la que ironiza sobre la sociedad de su tiempo, pero cuyas críticas
siguen siendo vigentes hoy en día. Por ejemplo, sobre el papel de la educación plantea que “para hacer feliz a la
sociedad… se requiere que haya grandes cantidades de ignorantes y pobres”,
además, con gran picardía sugiere
limitar la educación de las masas, ya que “el conocimiento aumenta y multiplica
los deseos y mientras menos cosas desee el hombre, más fácilmente puede
satisfacer sus necesidades” (2),
de ahí la preocupación de las élites por
mantener en un nivel muy bajo el conocimiento de las masas, para que no
cuestionen su condición de precariedad. Nuestras élites buscan, como los
liberales de aquel tiempo, que la educación pública ayude a los obreros a
“soportar su pobreza … mientras aprenden virtudes y habilidades que los
convertirán en mejores trabajadores”.
El derecho a la educación en México
no estuvo exento de debates. Después de la Independencia, los conservadores la
consideraban necesaria sólo para la clase mestiza y los pobres de la ciudad,
dejando fuera a los indígenas y masas rurales, que constituían 80 por ciento de
la población; además, promovían la intervención de la Iglesia en la educación.
En cambio, los liberales pugnaban por una educación pública, laica y formadora
de ciudadanía.
La reforma educativa de 2012, dictada
por Claudio X. González a Peña Nieto, es una reforma retrógrada y simplista, que vincula la evaluación obligatoria a la permanencia del docente, en
lugar de promover la evaluación como medio para identificar necesidades de
actualización de la planta magisterial. Es por tanto una reforma laboral y administrativa,
que sólo busca controlar al magisterio y que no modifica la relación con el
SNTE.
Además, la reforma educativa viola el Art. 14
constitucional que establece que ninguna ley puede tener efecto retroactivo en
perjuicio de persona alguna; también transgrede el Art. 123, fracción IX,
Apartado B, referido a las causas de cese, en el que no está como causa de
separación del trabajo un mal desempeño en la evaluación.
Las evaluaciones que se realizan al
magisterio son parciales, porque solo valora la destreza de los profesores
frente a una computadora y su capacidad de memoria, cuando el proceso de
enseñanza- aprendizaje es mucho más complejo. De igual forma, la
evaluación magisterial, lejos de llevar a la profesionalización, conduce a la
precarización del empleo, al castigar el sueldo de los maestros ante una
evaluación desfavorable.
Lo que no entienden nuestras élites
es que la calidad de nuestra educación refleja la pobreza generalizada, no sólo
de los alumnos sino también de los maestros. Los profesores de educación básica
ganan actualmente entre ocho y diez mil pesos al mes.
Las élites pretenden, además, ignorar
las pésimas condiciones de las escuelas públicas. Según el Instituto Nacional de
Evaluación Educativa (Panorama Educativo de México. Indicadores del Sistema
Educativo Nacional 2014. Educación básica y Media superior), el 44 por ciento de las primarias son
multigrado, 39 por ciento de las escuelas no cuenta con drenaje, una de cada
diez no tiene sanitario, 46 mil operaron con al menos un aula en la que el
maestro no dispone de silla, mesa o escritorio para desempeñar sus actividades;
34 mil tuvieron al menos un alumno que toma clase sin un mueble adecuado para
sentarse, escribir o dibujar. Todos estos indicadores seguramente se
deterioraron con el temblor del 19 de septiembre de 2017.
Mexicanos Primero es una asociación
clasista, que se autoproclama reflejo de la sociedad mexicana cuando solo es un
espejo de los intereses de empresarios como Claudio X. González. Si realmente
les interesa la educación, les propongo que paguen los impuestos, que no evadan
tanto, para mejorar las condiciones materiales de las escuelas y dejen de
intervenir en la política educativa.
Citada en
Villanueva Sánchez, Pablo “Impacto de la descentralización de la educación
básica y normal en México sobre el gasto en nómina magisterial de los estados,
1999-2004”, Economía Mexicana, Nueva época vol.19 no.2 México ene. 2010, CIDE,
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-20452010000200002
Himmelfarb,
Gertrude, 1988 [1983] La idea de la pobreza. Inglaterra a principios de la era
industrial, Fondo de Cultura Económica.
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