Por José
Raúl Linares.
El monto original para la adecuación
y construcción del aeropuerto civil-militar de Santa Lucía ya registró su
primer sobreprecio, al pasar de los 70 mil 342 millones originalmente a 78 mil
557 millones de pesos, según un informe publicado por la Secretaría de la
Defensa Nacional (Sedena).
Es decir, un incremento del 11.7% del presupuesto
elaborado por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y del
proyecto que presentó el ingeniero José María Riobóo, responsable de los planos
originales.
Lo anterior deriva de las conclusiones que llegó la
Manifestación de impacto ambiental modalidad regional, del Proyecto
“construcción de un aeropuerto mixto civil/militar con capacidad internacional
en la base aérea militar No. 1”, firmado por el capitán Robinson Ismael Ramírez
González, Encargado de los Estudios Ambientales del Proyecto, así como por la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Entre los montos no previstos que el
gobierno federal tendrá que desembolsar, destaca una inversión por 3 mil 030
millones de pesos para adquirir terrenos ubicados en el Cerro de Paula, cuya
elevación máxima es de 2 mil 625 metros sobre el nivel del mar y que obstruiría
“la ubicación de la pista sur” por diseñarse a sólo 10 kilómetros de distancia.
“Uno de los principales problemas detectados
en la planeación para la ubicación de las pistas lo constituye la presencia del
Cerro de Paula, cuya elevación máxima es de 2,625 metros sobre el nivel del
mar, para la ubicación de la pista sur. Por tal razón, se estableció de común
acuerdo entre las partes involucradas que dicha pista se considerara
exclusivamente para uso militar”, reza el informe.
Dentro de
estas obras, el responsable de Estudios
Ambientales de la Sedena, también dio a conocer la necesidad de erogar 6 mil
275 millones extras entre 2019 y 2020 para otros conceptos como la construcción
de la mencionada Pista 3 no contemplada en el proyecto original.
A ese
sobreprecio se sumaron 885 millones de
pesos para los “Estudios de preinversión”, es decir, extra al “Plan Maestro + Edificio Terminal” elaborado por Grupo Riobóo
durante los meses previos a la consulta para cancelar el Nuevo Aeropuerto
Internacional de Texcoco.
Por otra
parte, la Sedena aceptó que habrá
afectaciones al agua en las poblaciones aledañas pues el aeropuerto se ubica en
un manto sobreexplotado.
La Comisión
Nacional del Agua (Conagua) señaló que
de este acuífero se extraen 750 mil litros al día, ya que ayuda a abastecer a
los estados de México, Hidalgo y parte de la Ciudad de México. Sin embargo, la
operación de un aeropuerto comercial, según el estudio, requiere de 6 millones
de litros al día.
“Estos acuíferos abastecen a una
población considerable y muy probablemente se puedan ver afectados o ya se
encuentren afectados por las extracciones o la sobreexplotación de los mantos
acuíferos”, indica
el estudio.
También, se ignoró que la construcción y operación
del aeropuerto aumentará la emisión de contaminantes al aire por la actividad
de los aviones y diversas afectaciones al ecosistema del mencionado cerro.
“Los 7 factores que se consideraron
más importantes están relacionados con el impacto urbano, el factor ambiental,
el análisis de la infraestructura requerida (agua, energía, comunicaciones y
vialidades) el desarrollo por etapas del Complejo terminal, así como la
reubicación de las instalaciones militares y el obstáculo natural que
representa la presencia del Cerro de Paula”, añade el documento.
Para este
ejercicio fiscal, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ya destinó 15 mil millones de pesos
(Proceso, No. 2210) para que la Dirección General de Ingenieros, adscrita a la
Sedena, inicie la primera etapa de construcción para la que se ha considerado
una de las principales obras del sexenio.
Pese a no existir un proyecto
ejecutivo definitivo, los fondos ya fueron transferidos desde las cuentas de la
Tesorería de la Federación mediante la partida 7900 para el Presupuesto de
Egresos de la Federación 2019, etiquetado para “Provisiones de contingencias y
otras erogaciones especiales”.
Pese a que los recursos ya están en
manos de la Sedena, la Manifestación de impacto ambiental destaca que sólo en
este año, se requerirá elevar este monto a 23 mil 415 millones de pesos; es
decir 56% del presupuesto extra para la mitigación del “el obstáculo natural
que representa la presencia del Cerro de Paula”.
Según las
etiquetas del presupuesto aprobado por Hacienda, el dinero lo mismo podría ser usado para el “Desarrollo económico”,
“Transporte”, “Transporte aéreo”, “Aeropuertos eficientes y competitivos”,
“Provisiones para la modernización y rehabilitación de la infraestructura
aeroportuaria y de conectividad” y la “Dirección Nacional de Ingenieros”, lo que,
a decir de especialistas, eleva los riesgos de opacidad y malos manejos.
El error de
cálculo deriva del plan diseñado por el ingeniero José Mario Riobóo.
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