El ex Gobernador priista Eruviel
Ávila Villegas demandó por daño moral al periodista Humberto Padgett, a quien
reclama 10 millones de pesos por las supuestas afectaciones sufridas a su
reputación tras la publicación de un reportaje de perfil.
Ávila
Villegas es el hombre que sucedió a Enrique Peña Nieto como Gobernador del
Estado de México. Aunque no pertenece al círculo político cercano del presidente
de México, sí es un personaje poderoso dentro del Revolucionario Institucional
(PRI) y en la vida pública.
En el texto que origina la
controversia se relatan situaciones sexuales con menores de edad que involucran
al obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda, y en las que habría estado
presente el ex Gobernador del Estado de México. El reportaje fue publicado como
un capítulo dentro del libro Los Suspirantes 2018, editado por Planeta y
coordinado por Jorge Zepeda Patterson.
Padgett atribuye a cinco fuentes, todas abiertas,
los detalles de fiestas de la clase política de Ecatepec en que habrían
transcurrido los supuestos acercamientos y tocamientos a hombres con aspecto de
ser menores de edad.
Eruviel,
actualmente vicecoordinador de campaña del candidato presidencial del PRI, José
Antonia Meade, radicó la queja en un
juzgado civil situado en Ecatepec, municipio del que ha sido alcalde en dos
ocasiones y Diputado local otras dos.
La misma
cantidad de dinero, 10 millones de pesos, también
le es exigida a una de las fuentes informativa de Padgett, periodista que ha
cubierto el Estado de México desde hace 20 años y sobre quien pesan amenazas de
muerte por parte de narcotraficantes del sur de la Ciudad de México.
CARTA A
ERUVIEL:
Eruviel
Ávila Villegas,
ex
Gobernador del Estado de México,
vicecoordinador
de campaña de José Antonio Meade,
candidato
plurinominal al Sena de la República por el PRI:
PRESENTE. –
En días pasados fui demandado por
Usted y así pide a la justicia mexiquense que una de mis fuentes informativas y
yo le paguemos, cada uno de los dos, 10 millones de pesos por los daños morales
ocasionados por un reportaje biográfico publicado como un capítulo en libro
“Los Suspirantes 2018”, un trabajo coordinado por Jorge Zepeda Patterson a propósito de las
personalidades políticas mexicanas con posibilidades e intenciones de competir
por la presidencia de México. Entiendo
que se ha puesto furioso como pocas se le ha visto, pero como nunca se le vio,
por ejemplo, cuando la madre de una niña violada y asesinada se quedó esperando
su atención por décima ocasión afuera de su oficina, en el Palacio de Gobierno
del Estado de México.
El texto por el que Usted se dice
enfadado recoge cinco testimonios abiertos, además del ofrecido por mi
codemandado, Esteban Sánchez, en que se relatan fiestas de la clase política
del Estado de México en que habría participado el ex obispo de Ecatepec,
Onésimo Cepeda, quien se habría ejercido una conducta sexual inapropiada con
menores de edades, situaciones en las que Usted habría estado presente. El libro apreció a principios de
junio de 2017 bajo el sello de la editorial Planeta y fue promocionado en
medios de comunicación. Ni la una ni las
otras poseen domicilio físico ni fiscal en Ecatepec, Estado de México, donde
Ud. ostenta un poder considerable y donde radicó la demanda.
Aún como gobernador y en foros
públicos, actuando como funcionario, Usted advirtió que me demandaría por el
daño sufrido por su reputación, deterioro que no es posible observar ante el
hecho de que concluyó su gubernatura operando la cuestionada elección por la
que el PRI retuvo el Estado de México. Al poco tiempo fue designado líder de su partido en la Ciudad
de México, cargo que dejó para convertirse en vicecoordinador de campaña de
José Antonio Meade, aspirante priista a la presidencia de la República.
En algunos meses, Usted será senador
por la vía plurinominal, el mecanismo implementado por los políticos mexicanos
para acceder al congreso sin que se vote por ellos. Sin importar los múltiples
cuestionamientos por su desempeño como gobernador, periodo
caracterizado por el alza de los asesinatos, el incremento de los crímenes no
denunciados —más del 96 por ciento del total— y de la persistente pobreza en su
estado, será congresista y mantendrá sus relaciones con el poder entendido y
ejercido en las condiciones que tienen a nuestro país en el miedo, la tristeza
y la furia.
Por esta inequidad de poderes en conflicto, es
que hago pública esta carta. *** Reconozco
la posibilidad de las personas para reclamar ante la ley el derecho a su
reputación, pero, al mismo tiempo, observo con inquietud que ése instrumento
jurídico podría devenir en una nueva forma de abuso de quienes ostentan el
poder político en México en medio de un sistema de justicia endeble por su
corrupción e ineficacia.
Existen precedentes de funcionarios mexicanos
acusados de actividades ilícitas y que han recurrido a tribunales para exigir
silencio y compensación a periodistas. Un caso relevante es el de Humberto
Moreira, el ex gobernador de Coahuila señalado de estar vinculado con el Cártel
de Los Zetas, quien ha acudido a los tribunales contra el investigador
académico y articulista Sergio Aguayo. Si en México la justicia es a menudo un
artículo de compraventa, la verdad jurídica se convierte en otra mercancía y,
para el sistema político, un nuevo y peligroso medio de control para un
periodismo ya agobiado por otras varias taras. México es uno de los países más
peligrosos para el ejercicio periodístico. Si bien los asesinatos de comunicadores, que en 20
años rebasan los 100 casos, son los casos más alarmantes, el país es escenario
de otros mecanismos que de manera más o menos indirecta resultan en el
empobrecimiento de la libertad de prensa. Sumemos a esta situación otra que
está fuera del radar de cualquier análisis y reclamo: el peligro que corren las
fuentes informativas. Aunque es un problema bastante viejo, es hasta ahora que
organizaciones civiles y algunos medios informativos han elaborado y publicado
reportes sobre la publicidad oficial y la discrecionalidad con que funcionarios
del gobierno federal adquieren coberturas favorables y silencio. Sin oposición
alguna, el uso del dinero público para comprar medios de comunicación también
es permanente entre autoridades estatales y municipales. ¿Por qué los mexicanos
no creen en su prensa? Una de las respuestas obedece a esta complicidad. Tan
generalizado es el soborno específico de los políticos a los periodistas en
México, que existe un término específico para referir su práctica: “chayote”.
A la vez, la
mayor parte de los mexicanos se informan mediante los contenidos ofrecidos por
ocho grupos empresariales, algunos con intereses más allá del negocio de las
noticias, y mediante contenidos ofrecidos en televisión, cuya trasmisión de
hace mediante canales concesionados por el mismo gobierno mexicano que, como
dije antes, invierte, en esos mismos canales, sumas inusitadas del presupuesto
erario en comparación con el resto de las democracias en el mundo. Otro aspecto
menos considerado es el de las malas condiciones laborales de los periodistas. El promedio salarial para el sector es de
10 mil pesos mensuales. Esto significa que muchos reporteros y fotógrafos,
generalmente en los estados, ganan 5 mil pesos o menos al mes. La mayoría
labora sin seguridad social y suele complementar su ingreso percibiendo algún
porcentaje de la publicidad que vende al área de gobierno bajo responsabilidad
periodística. Es decir, la institución pública a la cual debe evaluar es, a la
vez, su principal fuente informativa y su principal cliente, así como el de la
empresa a la que envía su información.
En el país
no existe un gremio periodístico, sino un conjunto de grupos con orígenes e
intereses comunes que se mantienen en pugna por la influencia sobre el público
y la venta de espacios publicitarios, primordialmente de origen oficial. En
otro espectro hay conjuntos de comunicadores confrontados por la supuesta
superioridad editorial y ética de cada uno en los que se insertan organizaciones
sociales dedicadas a la defensa de la baja profesionalización, la ausencia de
capacitación y el escaso interés de las audiencias por contenidos complejos
completan el boceto que pretendo hacer de la prensa mexicana.
El 22 de agosto de 2017, mientras realizaba un
trabajo encubierto con los vendedores de drogas que operaban al interior de
Ciudad Universitaria, el principal campus de la Universidad Nacional Autónoma
de México, fui descubierto por algunos de los narcomenudistas. Me golpearon,
encañonaron y me obligaron a entregar mi documento identidad con la advertencia
de que me asesinarían a mí y a mi familia si los denunciaba. Decidí
denunciarlos. Es en estas circunstancias, el 30 de enero de 2018, es que Ud.
presentó la demanda por daño moral reclamando a una de mis fuentes
informativas, 10 millones de pesos a cada uno, el equivalente a mil sueldos
mensuales promedio de los periodistas mexicanos. Ante el abuso de la
herramienta jurídica, ¿se atreverían los modestos reporteros y editores de los
estados a exhibir los vergonzantes gobiernos, como los de Javier Duarte, César
Duarte, Roberto Borge, Tomás Yárrington, ¿Eugenio Hernández y otros?
Durante toda mi carrera profesional
no he ganado la tercera parte de lo que pretende de mí, incluidos sueldos,
honorarios, el valor económico de los 26 premios nacionales e internacionales
que he recibido y las regalías por los ocho libros que he escrito. La acusación
aparece luego de algunos precedentes periodísticos que considero relevante
mencionar. He realizado trabajos periodísticos desde hace 20 años en el Estado
de México, siempre denunciando la corrupción, la pobreza, las trampas
electorales cometidas por el PRI y el funcionamiento del crimen organizado. El
Estado de México es el más poblado, así que cuenta con la mayor dotación de
dinero público y de votos y, en 89 años, sólo ha sido gobernado por el PRI.
Estos son los libros que he escrito sobre el Estado de México seguidos de
algunas reseñas y entrevistas que ofrecí al respecto:
• Estado de México. La monarquía de
la barbarie, publicado por Editorial Planeta en 2017. Este libro documenta las
relaciones del narcotráfico con la policía de Huixquilucan, Estado de México,
durante la alcaldía del actual gobernador Alfredo del Mazo.
• Las muertas del Estado.
Feminicidios durante el gobierno mexiquense de Enrique Peña, publicado en 2014
por Penguin Random House.
• Jauría. La verdadera historia del
secuestro en México, publicado en agosto de 2010 por Grijalbo y reeditado en
versión de bolsillo, ambas de Random House Mondadori.
• Los Suspirantes 2018, libro
coordinado por el escritor y periodista Jorge Zepeda Patterson. Editorial
Planeta.
También
menciono los premios periodísticos que he obtenido por trabajos de denuncia
sobre las condiciones de corrupción y violencia en el Estado de México:
• Nacional Rostros de la
Discriminación convocado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal,
la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación y la Oficina del Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, entre otras
instancias, por el reportaje “Las muertas del Edomex son muchas más que las de
Juárez”.
• Mención honorífica en el
Internacional de Periodismo Rey de España por el reportaje “Las muertas del
Edomex son muchas más que las de Juárez”.
• Segundo lugar en el Premio de
Periodismo Alemán Walter Reuter con el reportaje “Antorcha Campesina: la
máquina de extorsión del PRI”.
• Tercer lugar en el Premio de
Periodismo Alemán Walter Reuter con la crónica “Plomo, plata y sangre”.
Tras años de hacer periodismo sobre
el Estado de México y ser demandado ahora, considero que su querella no es más
que un manotazo en su escritorio, su grito disfrazado exigencia de silencio por
mi trabajo de denuncia en uno de los lugares en que más y peor se ha arraigado
la violencia, el miedo y la corrupción en México.
Los gobernadores del Estado de México
se han caracterizado por mantener relaciones poco éticas con los medios de
comunicación. Para el caso suyo, Dr. Ávila Villegas, le recuerdo que rifó autos
entre los reporteros responsables de cubrir el estado que gobernaba.
Que un gobernador compre autos con el
erario y los obsequie como de su propiedad a los periodistas encargados de
vigilar su actuar público, es un buen ejemplo de las prácticas de adquisición
de conciencias en que el PRI ha ejercido el poder. La dependencia económica y
política de los medios es una de las varias pertenencias que los políticos
mexicanos hacen a favor de sus proyectos personales. Existiendo distintas
irregularidades en la gestión de Ávila, incluido el ejercicio del gasto
público, los diarios y estaciones mexiquenses guardaron silencio. Informes
extensos y completos sobre hechos la mala administración.
En mayor o
menor medida de un estado de la República a otro, ocurre esta colonización
política del gobernador a los otros Poderes de Gobierno, el Legislativo y el
Judicial. En el caso del Estado de
México, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Javier Medina
Peñaloza, fue nombrado durante la gubernatura y mediante la operación de
Eruviel Ávila Villegas quien, antes de dejar el cargo, fue condecorado con el
grado de doctor honoris causa por el mismo presidente del Tribunal Superior. El
juez justificó la distinción en virtud de la mejora en las condiciones
sociales, económicas y de seguridad de los mexiquenses, lo que fue rebatido en
la prensa sin que la clase política mexicana y mexiquense, priista o de
oposición, reclamasen la condecoración.
Medina Peñaloza es el jefe en mayor
grado del juez que resolverá si yo he dañado su honor. Usted me ha demandado en
un juzgado con sede en Ecatepec, el municipio más poblado y con mayor número de
pobres en México, de donde ha sido alcalde en dos ocasiones y diputado local en
otras dos antes de gobernar el Estado de México. Es en este lugar, el sitio en
que los mexicanos se sienten más inseguros, donde es mayor la influencia
Eruviel Ávila, futuro senador y actual vicecoordinador de campaña de José
Antonio Meade, el aspirante priista a la presidencia. Aquí me pregunto
nuevamente: ¿en dónde está el daño sufrido por Eruviel Ávila si en este país,
definido por la impunidad política, ninguna consecuencia sufrió, no por mis
publicaciones, sino por sus actos y omisiones que tanto dolor han traído a los
millones de personas que ha gobernado? Las demandas de esta naturaleza colocan
en contienda a dos individuos con influencias políticas y capacidades
económicas sumamente desiguales.
Una defensa capaz y comprometida
cuesta algunos cientos de miles pesos, imposibles de pagar para la inmensa
mayoría de periodistas.
A un político, un gobernador, nada
cuesta tomar a un periodista por el cuello y sentarlo en el banquillo de los
acusados ante un juez que puede ser, como millones de mexiquenses y mexicanos
lo hemos sufrido, un juez que no reflexiona sobre las leyes sino con la
calculadora política.
Pongo en su consideración, en la del Tribunal Superior de Justicia del Estado
de México y su titular Javier Medina Peñaloza, así como de la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos y de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de
México, que el Senador por el Estado de México Alejandro Encinas Rodríguez ha
presentado un punto de acuerdo en que pide el desahogo del diferendo legal con
imparcialidad y certeza. Es por lo anterior que, respetuosamente, le pido que
pelee con limpieza, ¿o qué honor resarcirá ganando a la mala, desde el poder
político, hoy sinónimo de corrupción e ignominia?
Atentamente,
Humberto
Padgett León.
reportero.
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