Por Mathieu
Tourliere.
Cuando Emilio Lozoya Austin estuvo al
frente de Pemex, la empresa tuvo una sangría millonaria de la cual se
beneficiaron el propio directivo, así como Fabio Massimo Covarrubias Piffer y
Ricardo Salinas Pliego –el conspicuo aliado del presidente Andrés Manuel López
Obrador– a través de las compañías de estos dos personajes. El triple desfalco
se realizó mediante el Proyecto Kimora y consistió en la compra de Grupo
Fertinal. Los implicados sabían de las irregularidades y el 31 de marzo de 2016
el Comité de Información de Pemex reservó por seis años toda la información
relativa a la transacción.
En 2015,
desde la Dirección General de Pemex, Emilio
Lozoya Austin y su equipo de asesores diseñaron la compra de la empresa
productora de fertilizantes Grupo Fertinal en poco más de 13 mil millones de
pesos.
La
operación, bautizada como Proyecto
Kimora, consistió en un triple desfalco a Pemex y tuvo entre sus protagonistas
centrales al multimillonario Ricardo Salinas Pliego, el empresario aliado del
presidente Andrés Manuel López Obrador.
Uno: A través de un fideicomiso abierto en Banco
Azteca, propiedad del propio Salinas Pliego, los accionistas encabezados por el
empresario Fabio Massimo Covarrubias Piffer vendieron a Pemex su empresa por
203.4 millones de dólares, cuando en realidad valía 15 millones; es decir,
menos de una décima parte.
Dos: Pemex compró la empresa aun cuando ésta
tenía una deuda de 425.8 millones de dólares, de los cuales 406 millones eran
créditos contratados con Banco Azteca y Arrendadora Internacional Azteca (AIA),
ambas de Salinas Pliego. Según el proyecto, Pemex deberá reembolsar ese monto
durante los próximos 16 años mediante dos créditos: uno de ellos celebrado con
Nacional Financiera (Nafin), Bancomext y… el propio Banco Azteca, por 360
millones de dólares.
Tres: El 25 de septiembre de 2015, unas semanas
antes de la transacción y mientras Grupo Fertinal estaba sujeto a auditorías
para cumplir con el proceso de due diligence, los accionistas se otorgaron a sí
mismos un dividendo por 871 millones 500 mil pesos –poco más de 51 millones de
dólares–, que Pemex pagó el día que compró la empresa.
(Fragmento
del reportaje especial publicado en Proceso 2208, ya en circulación)
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