La Fiscalía
General de la República (FGR) investiga
dos casos de posible lavado de dinero en los cuales grupos delictivos estarían
convirtiendo fuertes sumas de dinero, provenientes de actividades ilícitas, en
monedas digitales conocidas como “criptomonedas”, las cuales pueden ser
transferidas casi de forma anónima al sistema financiero internacional.
Los indicios surgieron cuando
entidades financieras que operan en plataformas tecnológicas detectaron en
México la compra masiva de “bitcoins”, la criptomoneda de mayor circulación en
el mundo, por lo que dieron aviso a la FGR; esta última inició dos carpetas de
investigación por posibles operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Las
indagatorias están a cargo de la Unidad de Investigaciones Cibernéticas y
Operaciones Tecnológicas, cuyo titular
Marcos Arturo Rosales García reconoció que existe una alta probabilidad de que
este sistema ya esté siendo utilizado para el ocultamiento de ganancias
ilícitas, debido a la naturaleza del mismo y a los escasos controles que
existen actualmente.
“Estas criptomonedas al permitirte
hacer movimientos internacionales de manera tan sencilla, te pueden dar la
capacidad de hacer el lavado de dinero sacando recursos de un país a otro, y
llevándolo a otro lugar donde ya viene limpio, lo incorporas al sistema
financiero y lo puedes sacar sin ningún problema”, dijo el funcionario.
En la investigación de estos casos se
está trabajando de cerca tanto con las entidades que manejan carteras de
“bitcoins”, así como con el Banco de México. Añadió que también cuentan con
asistencia del Buró Federal de investigaciones de Estados Unidos (FBI por sus
siglas en inglés), quien previamente capacitó a los funcionarios en la
detección y seguimiento de este tipo de casos.
De momento, y dado que las carpetas
de investigación se encuentran abiertas, no se pueden dar detalles del caso. No
obstante, cuestionado sobre si grupos de la delincuencia organizada dedicados
al narcotráfico, robo de combustible o alguna actividad similar podrían estar
involucrados en estas operaciones de lavado, el funcionario dijo que es una de
las posibilidades a considerar.
“Es algo que no podemos descartar. Si
bien no tenemos información que en este momento nos pudiera apuntar a eso no lo
descartaría porque, repito, es una nueva forma de dispersar recursos. Una más
de muchas. No solo usan un solo mecanismo para hacer lavado de activos, sino
emplean distintos métodos y esta puede ser una más de todas esas”, dijo el funcionario.
Rosales
García destacó la complejidad que
conlleva la investigación de estos casos no solo por el tema de lavado de
dinero sino por su naturaleza intangible, sobre todo en el manejo de la evidencia
y cadena de custodia. Y, además, aun no existen ministerios públicos
especializados en ciberdelitos.
“Los agentes del MP son licenciados
en Derecho, no son ingenieros y comprender los algoritmos matemáticos asociados
a criptomonedas, el uso de VPN y proxys, la dark web, al temporalidad de la
información, son asuntos que se vuelven complejos y nuestra tarea es traducirlo
de tal forma que para el agente del MP se vuelva digerible, y lo pueda vaciar
en una carpeta de investigación”, dijo Rosales
Los casos de lavado de dinero a
través de criptomonedas representan hoy un reto prioritario para la unidad de
delitos cibernéticos, de la FGR. No obstante desde la creación de este grupo,
hace casi dos años, se han realizado ya distintas investigaciones relacionadas
con monedas digitales y su uso en actividades ilícitas.
“Hay una sociedad importante entre el
bitcoin y la dark web, que es el mercado negro para estas actividades. Tenemos
algunas investigaciones abiertas por compra y venta de drogas en internet, y de
armas, utilizando la dark web y los bitcoins como mecanismo de transferencia”, dijo.
La dark web o internet oscura es la
manera coloquial con que se conoce a ciertas plataformas y contenidos en línea
al que solo se puede acceder con programas específicos que, en la mayoría de
los casos, permiten la navegación anónima y ocultan la identificación de los
equipos que se utilizan.
Hay casos que ya han tenido
resultados. Por
ejemplo, el funcionario explicó que hace
un año recibieron una alerta de Corea del Sur, luego de que dicho país detuvo a
varios distribuidores de droga. Al investigar descubrieron que la droga
distribuida provenía de México, y que se habían utilizado criptomonedas para su
adquisición internacional.
Con esa información la unidad de
investigación identificó a la empresa que había administrado las operaciones
con bitcoins, y les solicitaron apoyo para rastrear los movimientos sospechosos
y a la persona detrás de los mismos.
“Se hizo el análisis y logramos
identificar a tres posibles responsables, y uno de ellos era de origen coreano.
Se inició otro proceso de investigación ya en campo, y efectivamente este
individuo estaba produciendo droga y distribuyendo droga. La enviaba a través
de Fedex. No es como que mandan una lancha. Usan los servicios de paquetería”, dijo.
En síntesis,
fue gracias al seguimiento de los
movimientos de criptomonedas como se consiguió identificar al sospechoso.
Aunque no se trata de embarques
gigantes, medio kilo de ciertas drogas – que pueden enviarse con relativa
facilidad por paquetería – alcanzan un valor muy alto, sobre todo cuando llegan
a otra parte del mundo. Lo mismo sucede con las armas de fuego. Y es en estos
casos donde las criptomonedas se convierten en una herramienta “útil” para
hacer los pagos.
El uso de esta “divisa” digital,
advierte Rosales, va en crecimiento en diversas actividades ilícitas. El
funcionario reveló, por ejemplo, que el año pasado se registró el secuestro de
una licenciada en Derecho y como pago de rescate los delincuentes exigían la
transferencia de cuatro bitcoins (que para ese momento equivalía a más de 800
mil pesos). Afortunadamente la víctima fue rescatada antes de que se hiciera
ese pago.
50
criptomonedas y las computadoras zombi.
En México se han detectado
aproximadamente 50 criptomonedas distintas en operación, siendo las más
populares “Bitcoin” y “Ethereum”, de acuerdo con datos de la Unidad de Investigaciones
Cibernéticas y Operaciones Tecnológicas.
En 2018 el valor de cada bitcoin (la criptomoneda
más popular) cayó desde los 400 mil hasta los 75 mil pesos. Esto debido a una
desaceleración que hubo a nivel global en la adquisición de esta criptomoneda.
Aun así su valor sigue siendo muy superior a los 2 mil pesos que costaba cada
bitcoin hace diez años (cuando comenzó), y se prevé que tengan un nuevo
repunte.
Lo atractivo de esta “divisa” es que
no está regulada de forma central por un banco o una institución financiera
tradicional, por lo que su manejo e intercambio es más “libre” aunque también
más susceptible de fluctuaciones, y en síntesis depende de que los usuarios la
sigan utilizando.
En nuestro país existen
administradores transparentes de carteras de bitcoins como Bitso, que han
colaborado con las autoridades. De hecho, hace un año aproximadamente, se
publicó en México la denominada “Ley Fintech” que busca establecer cierta
regulación en el manejo de esta divisa, sobretodo para que haya entidades
responsables y que, en caso de ser necesario, colaboren con las autoridades.
Pero Rosales
dijo que también existen los llamados
“wallets negros”, que son administradores de criptomonedas que operan en la
opacidad, sin que se sepa quiénes están detrás o dónde pueden ser localizados.
Eso facilita aún más el “anonimato” en las transacciones de este tipo y, por
ende, el atractivo para quienes buscan realizar operaciones ilícitas.
Una de las primeras investigaciones
exitosas de la unidad cibernética de PGR tuvo que ver justamente con la
“minería de criptomonedas”, como se le conoce a la actividad que consiste en
validar transacciones con esa divisa, lo que permite obtener una fracción de
ganancia de la operación y a su vez criptomonedas.
Para hacer ese trabajo se requiere un
equipo de cómputo con un procesador potente que esté verificando múltiples
operaciones matemáticas. Pero lo que descubrieron los investigadoras a finales
de 2017 es que a través de un programa malicioso (malware), se infectó a
múltiples computadoras para que hicieran dicha minería de criptomonedas.
En palabras
de Rosales García se convirtió a dichos
equipos en “computadoras zombi”, pues ejecutaban ese trabajo sin que sus dueños
lo supieran, y sin obtener ellos el beneficio.
“El malware de este caso venía de
Corea y posteriormente ya que se instalaba disparaba la información a
servidores en aquel país. Hay un grupo de hackers de origen norcoreano que se
llama Lázarus, que han venido afectando al sistema financiero en el mundo con
casos así”, dijo.
Y añade: “Afortunadamente logramos identificar este
malware de manera rápida y controlarlo, pero existen muchos otros alrededor del
mundo. Hay redes masivas de computadoras
zombis que están en espera del comando para ejecutarse. Destruir estas redes
que existen en México no es un trabajo sencillo. Se cuelan por muchas fuentes
como paquetería pirata, ausencia de antivirus, descargar aplicaciones
desconocidas. Es un gran reto el que tenemos enfrente”, señaló.
Vayamos comprendiendo cada vez más sobre Mind Capital, ya que así lograremos muchos aspectos buenos e interesantes, como aprender economía y poder seguir avanzando mucho más.
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