Por Verónica
Santamaría.
Ocho millones de libros embodegados
en librerías mexicanas y del extranjero, dos mil libros perdidos, ejemplares
cuyos derechos de autor caducaron por descuido de servidores públicos o que
fueron destruidos por presentar algún tipo de daño, son parte de las
irregularidades que el Fondo de Cultura Económica (FCE) denunció en su primer
informe de trabajo a 62 días de la nueva administración.
Por esta
situación, las autoridades del FCE están
analizando estas irregularidades y así determinar si se presenta una denuncia o
queja por estos hechos, de acuerdo con funcionarios consultados por Animal
Político.
En el caso del material embodegado,
las autoridades explicaron que se trata de libros de Educal y del FCE cuyos
títulos no fueron difundidos correctamente o sin un análisis preciso que
justiciara su reimpresión.
Algunos de los títulos que se
encontraron en esas bodegas son de autores como los expresidentes Vicente Fox
Quesada y Miguel de la Madrid Hurtado, así como textos sobre la reforma
educativa.
“Son muchos libros que nunca fueron
vendidos o leídos”,
dijo uno de los funcionarios consultados.
Además, el FCE encontró 2 mil libros, de una
editorial argentina que se creían perdidos, en la bodega de la librería Juan
Rulfo, que pertenece a una de las dos librerías que el Fondo tiene en Madrid,
España.
Otra de las
irregularidades que se detectó, de
acuerdo con Paco Ignacio Taibo II, gerente general de despacho del FCE, quien
este miércoles ofreció una conferencia de prensa, es que existe “una extensa
lista de libros” de los que se perdieron los derechos.
Entre ellos se encuentra el libro
Todos los fuegos el fuego, de Julio Cortázar, considerado uno de los mejores
trabajos de este autor.
Sobre este
tema, los funcionarios del FCE
explicaron que analizarán con detalle por qué ocurrió esta situación. La
sospecha es que se trató de una negligencia de las anteriores administraciones.
“En todos los casos se tendrán que
volver hacer los contratos con los autores o sus herederos, pero hasta el
momento desconocemos si esto implicará un pago extra”, dijo una de las fuentes consultadas.
No sólo eso.
El FCE también descubrió que los libros
que no tenían salida comercial los convertían en pulpa para papel, es decir,
“las instituciones estaban destruyendo libros”, dijo Taibo II.
De acuerdo
con el encargado de despacho, los libros
que se destruyeron fueron aquellos que se encontraban dañados, o que ya no eran
aceptados por el mercado comercial.
“En algunos casos era justificado
porque había libros a los que les faltaba de la página 30 a la 42, en otros,
una inundación los había dejado tan inflados que era imposible leerlos”, dijo el también escritor Paco
Ignacio Taibo II.
Aparte, de las 11 filiales o librerías que el FCE
tiene en el extranjero dos estaban cerradas, una ubicada en Estados Unidos
rentaba parte de su terreno a una iglesia metodista, en otra de ellas se tenía
el registro de 52 personas para atender una librería.
Taibo II señaló que todas las filiales tenían
números rojos e irregularidades en su funcionamiento.
Alianzas
editoriales para abaratar libros.
De acuerdo
con Taibo II las grandes editoriales
como Era, Planeta, Alianza, Canaán, Dasa, Ibero y Penguin Random House también
se han unido al proyecto editorial de abaratamiento de libros con la
expectativa de bajar el precio de los libros, por ejemplo, si un libro cuesta
300 pesos se espera que su precio disminuya hasta los 100 pesos.
Otras de las alianzas que el FCE
anunció serán el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred),
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), la
Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Iberoamericana y el
Instituto Nacional para la educación de los Adultos.
En cuanto a las brigadas que
emprenderán con los Librobús, Taibo II confirmó que se tienen 7 operando y
esperan tener dos unidades más próximas a iniciar operaciones, dentro de esta
estrategia.
La colección de cuentos Vientos del
pueblo también se ampliará con 40 cuentos más, donde Rafael López Castro se
encargará del diseño de las portadas, cabe recordar que la primera entrega de
esta colección inició con textos de Elena Poniatowska, Rudyard Kipling y
Rosario Castellanos.
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